La búsqueda de la felicidad es una temática tratada desde la antigüedad. Los antiguos griegos y romanos siempre estuvieron interesados en el tópico, llegando a desarrollar escuelas filosóficas en torno al concepto. Esta hace referencia al estado emocional positivo que refleja una satisfacción profunda y duradera con la vida. Se basa en una combinación de factores, como la satisfacción con el entorno, la satisfacción consigo mismo, la satisfacción con la vida, el sentimiento de propósito, el amor, el optimismo, la creatividad y el gozo.
En la esfera empresarial, la gestión de la felicidad puede ser considerada una inversión a largo plazo que ofrece numerosos beneficios. Mejora el compromiso de las personas empleadas, la satisfacción del cliente, la rentabilidad, el compromiso con la ética y la responsabilidad social. Adicionalmente, contribuye a un ambiente laboral próspero, el cual motiva a los empleados a trabajar con mayor eficacia y productividad. Esto, a su vez, genera un mayor compromiso y lealtad hacia la empresa y mejora la satisfacción del cliente, contribuyendo a una cultura de responsabilidad y respeto.
De este modo, resulta esencial comprender los factores que contribuyen a mejorar la gestión de la felicidad en el ámbito empresarial, y cómo estos pueden ser implementados de manera eficaz en las organizaciones. En primer lugar, la dirección podría incluir la felicidad en su proceso de toma de decisiones, lo que supondría la creación de un entorno laboral seguro, la oferta de una compensación justa y el ofrecimiento de incentivos a los empleados por su desempeño. Además, en segundo lugar, los que lideran deberían ser flexibles con los horarios y permitir a los empleados un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal. Algunas de las medidas a implantar podrían incluir el establecimiento de horarios flexibles, el trabajo a distancia o la organización actividades en equipo, medidas todas ellas que contribuirían a que los empleados se sintiesen apoyados y valorasen que sus necesidades personales son importantes para la organización. Por otro lado, en tercer lugar, el ápice estratégico también debería promover un entorno de trabajo lúdico basado en la organización de actividades extralaborales, el reconocimiento del trabajo realizado o el fomento de actividades deportivas entre los empleados. Con ello se facilitaría la construcción de una cultura organizativa amigable en beneficio de la satisfacción de los miembros de la organización. Finalmente, en cuarto lugar, los líderes deberían asegurarse de que las personas empleadas reciban retroalimentación honesta y constructiva, lo cual permitirá motivar a estas personas al proporcionar una perspectiva clara sobre cómo mejorar sus habilidades.
En conclusión, la gestión de la felicidad es un factor fundamental para el logro de los objetivos organizacionales. Para mejorar la satisfacción de los empleados en su puesto de trabajo, los directivos pueden poner en práctica una amplia variedad de estrategias, como incluir la felicidad en su proceso de toma de decisiones, fomentar un entorno laboral lúdico, ofrecer horarios flexibles y proporcionar una retroalimentación constructiva. Estas medidas ayudarán a los empleados a sentirse apreciados y motivados, lo que, a su vez, contribuirá a un mayor nivel de satisfacción del cliente y un mayor rendimiento empresarial.