La Universidad de Cádiz ha promovido un proyecto genuino e innovador, la creación de una Red Internacional Universitaria de la Felicidad y la Creatividad. Esta idea nace para promover el estudio interdisciplinar de los capitales intangibles de la felicidad y la creatividad entre universidades, fundaciones públicas y entidades sin ánimo de lucro.

Una Red Internacional Universitaria de la Felicidad y la Creatividad que aparece con ilusión y fuerza, contando con universidades de España y de Latinoamérica, de países como Ecuador, Colombia, Brasil, Costa Rica, México, El Salvador y Paraguay. La idea se ha extendido con rapidez, esperando seguir creciendo con la puesta en marcha de este proyecto académico, y cuando se puedan apreciar la marcha de las primeras investigaciones y actividades científicas inicadas en la Red.

Puede resultar extraño que desde la Universidad se cree una Red para tratar de estos temas, pero ahora más que nunca se hace preciso profundizar en los recursos intangibles que influyen en el desarrollo de una economía sostenible y verde. Estamos en un mundo globalizado donde el hipercapitalismo se ha convertido en una maquinaria o sistema deshumanizador y deshumanizado, cuestión que, llevada al extremo, va contra los intereses generales de la ciudadanía y del planeta. Por ello, son muchas voces las que reclaman que la economía del futuro se compatibilice con el bienestar subjetivo de los diversos colectivos. Ahí es donde se enmarca la felicidad y la creatividad como algo inherente a la personalidad; además de ser factores que incrementan la productividad, el intraemprendimiento y la innovación.

Desde esta perspectiva, esta Red Internacional pretende facilitar que se estudie la filosofía del happiness management, así como la realización de análisis empíricos sobre los activos intangibles de la felicidad y la creatividad. Esto puede hacer crecer y entender la actual economía globalizada, pero desde otro punto de vista muy distinto actual, que contempla simplemente los valores materiales del consumisno, no teniendo en cuenta la felicidad y la creatividad.

Consideramos la necesidad de volver la vista a las personas, que son a quienes la economía tiene que servir. No es lógico, que en la actualidad, en las sociedades más desarrolladas nos encontremos con que los parámetros vinculados con la felicidad sean escasos. La falta de estos indicadores ponen de manifiesto que algo está fallando en nuestros principios inspiradores. Dicho grado de insatisfacción además supone una rémora al final para el crecimiento económico. Entonces, ¿qué clase desarrollo se ha originado?

Esta red, que rompe fronteras, quiere ser la antesala de la humanización de la economía global y, por qué no, del mercado. Hacen algún tiempo, se hizo famosa una frase: «otro mundo es posible», y lo será pero habrá que ver desde qué principios, culturas y valores se desarrolla. Quizás desde la Red Internacional Universitaria de la Felicidad se puedan establecer premisas y principios rectores desde los que dibujar la transformación que necesita la sociedad globalizada.

Este proyecto no sabemos cómo acabará, pero lo que si tenemos seguro es la ilusión que ya ha generado. Seguro que el trabajo que se realice servirá para que la humanización avance, en un mundo que aparenta haberla olvidado. No sabemos hasta dónde llegaremos, pero estamos seguro de que algo más felices y creativos haremos a la sociedad.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.