Uno de los elementos que los movimientos populistas y demagógicos, en muchos casos de extrema derecha, que se están extendiendo como una plaga por las democracias occidentales es la nacionalización de la situación internacional. Esto es, derivar los problemas que son consecuencia de los escenarios globales a la política interna de las diferentes naciones.

República Dominicana no es ajena a esta problemática y está viendo cómo el líder de la oposición, Leonel Fernández, culpa al gobierno del presidente Luis Abinader de elementos que son importados, que son consecuencia de la situación global. Un ejemplo de ello lo tenemos en el incremento de los precios de los alimentos, que está siendo utilizado como un arma cuando, en realidad, las medidas aplicadas por Luis Abinader ha frenado la subida de los precios y los ha situado en unos porcentajes muy inferiores a los de las grandes potencias de la Unión Europea y en unos niveles similares a los de Estados Unidos.

Según los datos publicados por Eurostat, la Reserva Federal, el Banco Central de la República Dominicana y del gobierno canadiense, el incremento del precio de los alimentos muestra cómo Abinader ha conseguido para su pueblo frenar la subida que se está dando en todo el mundo:

Fuentes: Eurostat, Banco Central de RD, FED, Gobierno Canadá

Sin embargo, y a pesar de las evidencias, Leonel Fernández focaliza una parte muy importante de su campaña presidencial hacia este asunto. El líder de Fuerza del Pueblo fracasó con el tema del narcotráfico, sobre todo tras el aval y la felicitación pública recibida del gobierno de los Estados Unidos por sus políticas de seguridad y control del tráfico de drogas. Ahora está fracasando con el asunto de la cesta básica de alimentos que, como está sucediendo en todo el mundo, está en una situación inflacionaria por las diferentes crisis internacionales encadenadas.

Esta semana se está celebrando en Davos el Foro Económico Mundial. El informe sobre Riesgos Globales advierte, precisamente, de esta situación internacional. La guerra de Ucrania y las reminiscencias de la pandemia han puesto en el primer plano las crisis energéticas, inflacionarias, alimentarias y de seguridad.

Según este documento, realizado en base a las conclusiones de más de 1.200 líderes económicos y políticos de todo el mundo, la crisis del coste de la vida es la primera preocupación global en el corto plazo. Es decir, la subida de los alimentos es un fenómeno global, no sólo local, como pretenden hacer ver los líderes populistas que basan su estrategia en la demagogia, la manipulación y la propaganda.

Según ha declarado la directora general del Foro de Davos, Saadia Zahidi, «el panorama de riesgos a corto plazo está dominado por la energía, los alimentos, la deuda y los desastres. Aquellos [países y colectivos] que actualmente son los más vulnerables están sufriendo y, ante las múltiples crisis, aquellos que pueden clasificarse como vulnerables están aumentando rápidamente, tanto en los estados ricos como en los pobres. El clima y el desarrollo humano deben ser las preocupaciones principales de los líderes mundiales, incluso mientras luchan contra las crisis actuales. La cooperación es la única manera de avanzar».

Esta crisis inflacionaria de los alimentos preocupa a todos los países del mundo, dado que afecta a los desafíos a largo plazo. La diferencia está no sólo en las medidas, sino en el modo en que los gobiernos los están implementando. Con las cifras oficiales de la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá, queda claro que, a pesar de que los alimentos suben, las medidas de Abinader han colocado a República Dominicana entre los países Top en el freno de esa inflación importada.

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