Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico | Foto: UE

La contundente afirmación a The Guardian de la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, se produce a las preguntas sobre el acuerdo alcanzado en noviembre con el Gobierno andaluz, por importe de 1.400 millones de euros, para proteger Doñana y diversificar la economía local, más allá de su dependencia de las frutas rojas.

Ribera ha manifestado que el acuerdo había sido el resultado de «presiones internas y externas», un «cambio en la opinión pública» y un «esfuerzo concertado para involucrar a la gente de la región» para explicar la necesidad de una acción urgente.

«Hay más futuro que las fresas y las frambuesas» ha señalado Ribera. «Y de todos modos, si no se cuida el agua, no habrá más fresas ni frambuesas. Creo que este cambio de mentalidad necesita una comprensión muy clara».

La ministra ha dicho que «es muy importante que aprendamos a combinar medidas estrictamente ambientales con medidas para reducir las presiones económicas y sociales en la zona en materia de infraestructuras verdes y recuperación de espacios naturales». Asimismo, ha indicado que «hay que convertir esa relación en una relación virtuosa en la que la gente tenga alternativas que les permitan estar orgullosos del lugar donde viven y no ver esas alternativas como una limitación o una amenaza».

Para Ribera las «percepciones de décadas» sobre la importancia de una política ambiental integrada ya no son válidas. Por ello, «se necesita una participación social realmente importante y un cambio cultural y emocional en lo que respecta a los comportamientos», porque si no existe una gestión adecuada de este cambio en la psicología colectiva y los valores sociales, «acabaremos con chalecos amarillos y con agricultores en los Países Bajos oponiéndose a las normas de protección del suelo. Terminaremos con situaciones complicadas porque la gente no sabe lo que significará para sus vidas en el muy corto plazo».

Por esa razón, considera que las elecciones europeas de 2024 serán decisivas para mantener el impulso y garantizar que no se pierdan los logros medioambientales conseguidos. «Este cambio para todos nosotros va a ser tan intenso que ninguno de nosotros podrá perder el barco de las elecciones de junio».

En sus declaraciones a The Guardian, Teresa Ribera no pasa por alto la «demagogia muy peligrosa de algunos partidos» que intentan desacreditar la emergencia climática para obtener «ganancias electorales cínicas» y sostiene que los políticos que no presten atención a los cambios en la opinión pública sobre cuestiones medioambientales pagarían el precio. Ha calificado, por ejemplo, como «una absoluta vergüenza», la decisión del Ayuntamiento de Madrid de talar cientos de árboles en dos parques populares para la ampliación de Metro Madrid.

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