En el Día Internacional contra el Cambio Climático, resulta obvio decir que el cambio climático es una realidad. Ya está afectando a la Madre Tierra desde hace años y nosotros, los responsables de ello, seguimos sin actuar con contundencia. Seguimos con el pensamiento egoísta e individualista de una sociedad consumista que se niega a frenar.

Aún resulta más surrealista escuchar a las personas, y sobre todo a los políticos, que lo niegan. Es increíblemente decepcionante que esto aún siga pasando. Es el caso de muchos políticos de extrema derecha, que niegan el cambio climático y justifican el daño a la tierra, solo por el beneficio económico de grandes empresas. Yo solo quiero decirles que el cambio climático no es una ideología, es una realidad y es nuestra responsabilidad. La mejor forma de argumentarlo es con datos:

En el año 2017, a nivel global se vertieron más de 36 millones de toneladas de CO² a la atmósfera. La explotación masiva de la tierra y la deforestación, son responsables del 25% de emisiones de gases de efecto invernadero. Las grandes ciudades, que solo suponen un 2% de la superficie terrestre, generan más del 60% de las emisiones y consumen el 78% de energía mundial.

La Antártica es una de las regiones más afectadas por el calentamiento global, ya que la temperatura anual sigue subiendo 0,5% cada década, desde 1950. Este fenómeno está provocando un rápido deshielo y, por lo tanto, la subida del nivel del mar, que alcanzó un nuevo récord en 2021: un aumento de 4,4 mm por año, entre 2013 y 2021.

A la vez, los océanos reciben entre 8 y 13 millones de toneladas de residuos plásticos al año que dañan a la biodiversidad y ecosistemas marinos. Si seguimos con el ritmo actual, en 2050 habrá más plástico que peces en las aguas del mundo.

Y volviendo a la tierra, se han desertificado 3.600 millones de hectáreas y han desaparecido 13 millones. 1 millón de especies animales y vegetales está actualmente en grave peligro de extinción.

En 2016, 9 millones de personas murieron por causas relacionadas con la contaminación. Y 64 millones de personas a nivel mundial han tenido que emigrar como consecuencia del cambio climático.

España, junto con otros cinco países de la Unión Europea, acumulan alrededor del 66% de las emisiones de todos los gases de efecto invernadero del continente europeo.

Las cifras son desesperantes y desoladoras, pero no podemos resignarnos. El cambio climático avanza muy rápido y no estamos actuando con contundencia y valentía. Estos sentimientos deben impulsarnos a actuar, a pasar a la acción.

En el Día Internacional contra el Cambio Climático debemos reivindicar que, las acciones individuales, sí que importan. Modificar nuestros hábitos de consumo e intentar llevar una vida más sostenible, por supuesto que tiene un peso. Pero sobre todo debemos presionar a los grandes poderes, que son los principales responsables del daño al planeta. Debemos reivindicar, luchar y seguir trabajando para crear conciencia y reflexión. No por nosotros, por el futuro y por la Tierra.

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