Que el comic de superhéroes sea una de las múltiples caras del tebeo mainstream tiene indudables ventajas (su capacidad para construir panteones de iconos pop, la multiplicidad de sus formas, que posibilitan resultados tan interesantes como los videojuegos de Batman o las películas de Los Vengadores ) e indiscutibles problemas. El principal de ellos es el inmovilismo.

Por extraño que le pueda parecer al profano, los lectores de comics de superhéroes son poco amigos de los cambios y la experimentación, lo que explica que personajes como Hulk, Superman o Spider-Man apenas hayan sufrido cambios significativos en décadas. Pero hasta eso tiene un lado positivo: cuando esos cambios llegan, pueden suponer un auténtico terremoto para el género, y hacer temblar los cimientos de lo que aparentemente está escrito en piedra.

Ms. Marvel es uno de esos comics que, aunque no sirvan para revolucionar por sí solos el estado de las cosas (los tiempos de Watchmen y Dark Knight hace mucho que quedaron atrás) sí que ayudan a socavar los cimientos de una industria que, como las interminables sagas sin alma de Marvel y los demenciales giros de ciento ochenta grados de DC nos demuestran cada año, es un mastodonte pesado, conservador y con escasa capacidad de reacción.    

Y eso que Ms. Marvel nace de un par de decisiones netamente empresariales: por una parte, engrosar el sello All-New Marvel Now, del que aquí ya hablamos del nuevo Ghost Rider y que está claramente orientado, sin disimulos, a atraer a un público joven. Más joven y desprejuiciado que el lector veterano, gruñón, puntilloso y poco amigo de que le toquen sus juguetitos. Por otra, es un movimiento de Marvel para crear unos nuevos “mutantes” -debido a que no parece probable que recupere la propiedad cinematográfica de los X-Men en breve-, que funcionen como le funcionaban éstos en los ochenta: como metáfora de la pubertad y como generador de héroes adolescentes con poderes estrafalarios.

En este caso, esta nueva versión del estilo mutante de Marvel (que no es que la editorial vaya a cargarse a los X-Men de momento, pero eh: cerró la colección de Los Cuatro Fantásticos porque los derechos cinematográficos son de Fox) está vinculada a unos históricos de la casa, los Inhumanos. Estos son los que proporcionan indirectamente poderes demenciales (cambios de tamaño a voluntad, extremidades que se estiran y hacen gigantes) a una adolescente musulmana, Kamala Khan, afectada por los efectos de una bomba terrígena. No hay que saber nada de la compleja telaraña de eventos Marvel, por suerte, para entender el comic: estamos ante un tebeo que, simplemente, nos cuenta lo complicado que es hacerse mayor.

Ese es el tono que G. Willow Wilson imprime en esta sorpresa colorista y pop: empática con su protagonista, sin necesidad de presentar la adolescencia como una sucesión de tragedias e incomprensión, pero sin renunciar a dar detalles

Ni siquiera hay que conocer anteriores encarnaciones de Ms. Marvel, un héroe mítico de la casa, para entender las motivaciones de Kamala: la protagonista adopta su identidad y traje porque es seguidora de la heroína clásica y escribe fanfictions de los Vengadores que publica en Internet. Ese es el tono que G. Willow Wilson, la guionista de la serie, imprime en esta sorpresa colorista y pop: empática con su protagonista, sin necesidad de presentar la adolescencia como una sucesión de tragedias e incomprensión, pero sin renunciar a dar detalles acerca de las dificultades de integración de una joven musulmana en la sociedad occidental de hoy. La extraordinaria labor a los lápices tanto de Adrian Alphona, a quien recordamos por una maravillosa etapa en Runaways, como de Jacob Wyatt, tremendamente divertido y desprejuiciado, son el acompañamiento perfecto para las aventuras de una joven que tiene la suerte y la desgracia de convertirse en la única superheroina de Jersey City.

Las revoluciones empiezan siempre en segundo plano, y lo mejor de este primer tomo de Ms. Marvel es precisamente que no funciona como serie estridente ni bandera de un crossover que cambiará Marvel para siempre. Es sencilla, directa, feminista con una naturalidad pasmosa y constructiva, deliciosamente narrada y dibujada, atenta a lo que pasa en la calle pero también imaginativa y enloquecida como tienen que ser los buenos comics de superhéroes. Una serie que deja un poso discreto y agradable y que seguiremos recordando dentro de años. Cuando Kamala, ya veréis, se haya convertido en un personaje esencial en el Universo Marvel.

ficha

Ms. Marvel 1 – Fuera de lo normal

Willow Wilson, Adrian Alphona, Jacob Wyatt

Panini Comics

2015

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