La Cumbre del Clima COP28 que ha reunido en Dubái a los mandatarios mundiales ha dejado un «acuerdo histórico» de «transitar para dejar atrás los combustibles fósiles», pero no un compromiso con el abandono total de los mismos. De ahí, ese inconformismo por no haber obtenido unas conclusiones más ambiciosas, que subyace de cada conferencia que se celebra.

Para Manuel Pulgar-Vidal, director mundial de Clima y Energía de WWF y presidente de la COP20, «el resultado de la COP28 nos deja un sabor agridulce ya que los países acuerdan la transición para dejar atrás los combustibles fósiles, pero no llegan a un consenso sobre la eliminación total del carbón, el petróleo y el gas en la COP28». No obstante, la decisión de dejar atrás los combustibles fósiles marca un momento importante. «Después de tres décadas de negociaciones de la ONU, por fin los países han centrado el debate en los combustibles fósiles, principales causantes de la crisis climática. Este resultado debe marcar el principio del fin de la era de los combustibles fósiles».

También considera que «es lamentable que, con la inclusión de la palabra ‘unabated’ (no mitigado), el resultado desvía la atención hacia  tecnologías cuestionables  como la captura y almacenamiento de carbono a gran escala y los ‘combustibles de transición’, proponiéndolas como soluciones. Esto no es así. Para que el planeta sea habitable, necesitamos eliminar por completo todos los combustibles fósiles», añade Pulgar-Vidal.  

Lejos de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC

«El Balance Global deja claro que, ocho años después del Acuerdo de París, todavía estamos lejos de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC y evitar el empeoramiento de la crisis climática. En esta década crítica, todos los países deben aumentar la ambición y la acción climática. Es vital que los países sigan trabajando  para  transformar sus sistemas energéticos y sustituir los combustibles fósiles por energías renovables limpias y más baratas, como la eólica y la solar, a una velocidad y escala sin precedentes», concluye. 

Stephen Cornelius, Subdirector de Clima y Energía de WWF, apunta que la financiación es clave para desbloquear la acción por el clima. El anuncio de poner en marcha el Fondo de Pérdidas y Daños «es un paso positivo pero hasta el momento los fondos prometidos son insuficientes para abordar las necesidades de los países más vulnerables. Y hay que tener en cuenta que esta necesidad de financiación irá aumentando rápidamente si los países no invierten más en la reducción de emisiones y en la eliminación progresiva de los combustibles fósiles contaminantes.»

Los países no incluyen la recomendación del IPCC de proteger entre el 30 y el 50% de todos los ecosistemas

En palabras de Fernanda Carvalho, Directora de Política Energética y Climática de WWF, «junto con la eliminación progresiva de los combustibles fósiles, la naturaleza es la otra gran aliada del clima. Es decepcionante ver cómo los países no incluyen la recomendación del IPCC de proteger entre el 30 y el 50 % de todos los ecosistemas. Este debería haber sido el momento en el que los países se comprometieran a abordar conjuntamente la doble emergencia climática y de la naturaleza. Actuar para restaurar la naturaleza y transformar los sistemas alimentarios es vital para reducir las emisiones y generar una mayor resiliencia ante el aumento de las temperaturas. Aunque los países han vuelto a reconocer la importancia de las soluciones basadas en la naturaleza, esperábamos mayor ambición especialmente a raíz del histórico Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal acordado el año pasado por estas mismas fechas.»

“Decepcionante, insuficiente y plagado de coladeros”.

Por su parte, Ecologistas en Acción califica el acuerdo final de la COP28 como “decepcionante, insuficiente y plagado de coladeros”. A su juicio, «demasiados intereses enfrentados imposibilitan alcanzar un acuerdo a la altura de la emergencia climática». 

La organización ecologista rechaza categóricamente la inclusión en el texto de la nuclear, la captura de carbono y otras falsas soluciones, al tiempo que afirma que, sin un cambio radical del sistema capitalista dependiente de los fósiles, «alejada de las estructuras patriarcales, necoloniales y extractivistas, será imposible alcanzar la justicia climática».

El texto, fuente de grandes conflictos entre bloques geopolíticos a lo largo de los últimos días, cuenta ahora con la aprobación unánime de los países. Para las organizaciones ecologistas, feministas y sindicales, el texto es insuficiente y plagado de “coladeros” que, dicen, pueden permitir incumplimientos graves de lo hasta ahora acordado.

El gran objetivo de poner fin a los combustibles fósiles queda recogido en el texto, pero nuevamente «con una redacción confusa que no establece con la claridad necesaria un fin de los combustibles fósiles diferenciado y alineado con las indicaciones científicas». Por esta razón, creen que el texto final sigue siendo una cesión «a los países productores de petróleo como EE UU y Arabia Saudí, que han bloqueado las menciones explícitas de borradores anteriores acerca de poner un fin rápido justo y definitivo a los combustibles fósiles, obviando una vez más la evidencia científica».

La organización ambiental critica, asimismo, «la incapacidad de los países del Norte global de facilitar la financiación y herramientas necesarias para que los países del Sur global sean capaces de optar por modelos de desarrollos alternativos impide mayores avances en la lucha climática, debido a la enorme dependencia de estos países de los fósiles para la erradicación de la pobreza. Objetivos como el de triplicar las renovables difícilmente podrán dar una respuesta a la emergencia climática si estos no se basan en la sustitución de los fósiles y se dirigen especialmente a las comunidades más vulnerables».

Preocupación en los pequeños Estados isleños

También los pequeños Estados isleños, que están en grave peligro, han expresado en el plenario de cierre de la cumbre su preocupación por la insuficiencia de los acuerdos alcanzados, y han recalcado que se necesita un cambio exponencial para hacer frente a la emergencia climática. Al mismo tiempo, han mostrado satisfacción por la mención a la ciencia, pero también preocupación si, en la práctica, se ignoran dichas recomendaciones científicas. Por último, han hecho hincapié en que, pese a que se menciona el fin de los subsidios a los combustibles fósiles, existen vacíos legales que no lo hacen definitivo, y han declarado que las falsas soluciones presentadas en los textos son un paso atrás.

Al cierre de la Cumbre del Clima, mientras abandonan el recinto de las negociaciones, insisten en que el esfuerzo real debe partir de los pueblos para continuar desarrollando las alternativas y exigiendo los cambios necesarios en los municipios, las regiones y los países.

Tras el análisis del texto final, Ecologistas en Acción incide en que «estos tímidos acuerdos deben reflejarse en los esfuerzos del Estado español que aún sigue muy lejos de cumplir con las indicaciones científicas y dotar de la financiación necesaria, tal y como muestra el último borrador del PNIEC». Del mismo modo, insta a la UE a cumplir con su propia palabra para evitar en el conjunto de la Unión estas lagunas del texto, y revertir, entre otras medidas, la inclusión de algunas de estas tecnologías en la taxonomía de la UE.

Javier Andaluz, responsable de Clima y Energía, afirma que «esta decisión está muy lejos de la acción decisiva e histórica que necesitamos. La incapacidad de los países del Norte global para facilitar una transición justa en todo el planeta, unida a los bloqueos de los países con intereses petroleros, como Estados Unidos y Arabia Saudí, siguen poniendo en peligro 1,5°C, por mucho consenso científico y social que se diga que existe sobre la cuestión. La sociedad civil seguirá resistiendo frente a las lagunas y falsas soluciones de este texto y exigiendo una financiación equitativa”.

Para Irene Rubiera, representante del Área Jurídica, «después de lo que hemos visto y vivido los últimos días, este acuerdo es, en el mejor de los casos, decepcionante y, en el peor, simplemente un cruel recordatorio de que los intereses económicos priman por encima de las vidas de las personas. Hoy empezamos el trabajo para la COP29 porque, no se olviden las Partes, el ecologismo y los movimientos sociales vamos a seguir aquí defendiéndonos”.

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