Calma tensa la que respiran ministros y dirigentes del PP a la espera de que Mariano Rajoy dé a conocer los cambios en el Gobierno y el partido. Hoy, tras despachar con Su Majestad el Rey, el jefe del Ejecutivo concluirá, previsiblemente, la crisis en su Gabinete. Mañana, ante el Comité Ejecutivo reunido en la sede de la calle Génova, anunciará las caras nuevas en la dirección del PP. Casi nadie en el partido político del centro-derecha espera un vuelco, sino tan solo cambios por adicción.

Ayer, en el palacio de la Moncloa, el presidente del Gobierno se encargó con su círculo más cercano de cerrar los cambios, de los que, de momento, poco se saben. Tan sólo que es intención de Rajoy mantener el equilibrio entre las facciones de Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal, con la intención de que ninguna de las dos salga perdedora de la crisis, según cuentan a SABEMOS fuentes del entorno presidencial. Si se resta poder a alguna, como sostienen algunos pronósticos, se hará entre ambas por igual.

A la espera de que llegue el momento del anuncio, Rajoy ha conseguido el objetivo de que no haya voces discordantes y que el partido y el gobierno den la imagen de unidad. Nadie en la última semana ha sacado los pies del tiesto, salvo la presidenta regional del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, quien ayer se despidió del puesto elevando el tono contra el jefe de su partido.

El sector crítico tiene las escopetas cargadas

Barones territoriales, antiguos primeros espadas del partido y, en general, todo el sector crítico del PP están con las escopetas cargadas esperando conocer el alcance de la renovación en el Gobierno y el PP. Si los cambios consisten en meros retoques cosméticos, dispararán contra Rajoy sin contemplaciones. Muchos de ellos miran ya hacia el presidente de honor del PP, José María Aznar, que guarda un mutismo absoluto desde el 24-M, cuando el partido en el gobierno perdió buena parte de su poder municipal y autonómico.

En esos sectores críticos no reina, precisamente, el optimismo ante el anuncio que hará Rajoy. En este sentido, dan por hecho que no será una revolución, sino más bien cambios por adición, sumando caras nuevas en el PP y el Gobierno, con la intención de mejorar la tarea comunicativa y acercarse en la medida de lo posible a los ciudadanos.

Nadie espera un cambio de discurso que atraiga a los desencantados con el PP, en especial, a las clases medias. “Habrá que ver si esos cambios son suficientes para ganar las próximas elecciones generales o si realmente la victoria puede venir por el desgaste de los partidos de izquierda, que ya han empezado a mostrar la patita de su nefasta gestión en los ayuntamientos que gobiernan”, sostiene un veterano barón territorial, para añadir a renglón seguido: “Yo me inclino por esa segunda opción y creo que Rajoy piensa lo mismo”.

Ya no hay más conejos en la chistera

Sin saber lo que tiene Mariano Rajoy en su cabeza, muchos de esos dirigentes críticos creen que el presidente del Gobierno no se atreverá a acabar con el cáncer que, en su opinión, sufre el PP, como es –según dicen- la guerra fratricida que mantienen desde hace siete años los bandos de la vicepresidenta del Gobierno y la secretaria general del PP.

De momento, desde las pasadas elecciones autonómicas y municipales, Rajoy va salvando los muebles como puede. Los críticos recuerdan que al día siguiente de los comicios dijo que no habría cambios en el partido ni en el Gobierno, para a continuación dar marcha atrás y anunciar una remodelación.

“El presidente del PP no ha tenido una actitud firme desde que se produjo el batacazo en las elecciones del 24-M. ¿Qué conejo se sacará de la chistera si hay contestación interna y los cambios no convencen al grueso del partido, las bases y la opinión pública?”, se pregunta el mismo veterano dirigente antes citado. “Tras los cambios que acometerá esta semana, ya no tiene más margen de maniobra”, añade a continuación.

El PP cede ante Ciudadanos en La Rioja

Mientras Rajoy daba vueltas a su cabeza a la remodelación, en La Rioja surgió un nuevo quebradero. A media tarde, Pedro Sanz anunció por sorpresa que no presidirá el próximo Gobierno autonómico, tras veinte años en el cargo. Al parecer, el PP de la comunidad firmará hoy un acuerdo con Ciudadanos en el que se refleja que Sanz no será el jefe del Ejecutivo regional. En comparecencia de prensa, el barón territorial confesó que la decisión de no presidir el próximo Ejecutivo autonómico la tomó la misma noche de las elecciones, “cuando vi que había que hacer un gobierno de coalición”, informa la agencia Europa Press.

El frente que se le abre a Rajoy es cómo comunicar a la opinión pública que su partido no cede a las presiones de Ciudadanos para mantenerse en el poder, ni que es el partido de Albert Rivera quien pone y quita candidatos en las filas populares.

 

 

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