Lisboa es una de las ciudades más visitadas y conocidas por los españoles, aparte de por millones de turistas de todas las nacionalidades. A apenas una hora de Madrid por avión y bien conectada a través de varias compañías y aeropuertos, la capital de Portugal, con algo menos de 600.000 habitantes, ofrece un sinfín de lugares interesantes por conocer y disfrutar, buenos servicios, un amplia nómina de bares, restaurantes y hoteles y una ubicación perfecta para combinarla con turismo urbano y playas cercanas. También las bellas localidades de Cascais y Estoril están muy cerca, bien por tren o en coche. El halo romántico y decadente, junto con los vestigios de un esplendor imperial que no volverá, hacen de Lisboa un destino inolvidable. Como sabemos que es una ciudad de sobra conocida por casi todos nuestros lectores, te queremos ofrecer y presentar algunos rincones que (seguramente) no conocerás.

Antiguo Café-restaurante Martinho da Arcada

Situado en una de las esquinas de la céntrica y mítica Praça do Comercio, bajo los arcos del ala nordeste de dicho recinto, el lugar fue abierto en 1778 e inaugurado oficialmente en 1782. Este pintoresco bar-restaurante ofrece comidas y bebidas a buenos precios y abre hasta las 10 de la noche todos los días menos el domingo. Este establecimiento es conocido mundialmente porque uno de sus asiduos era el poeta y escritor Fernando Pessoa (1888-1935), autor de numerosos poemas dedicados a Lisboa y libros conocidos mundialmente, como el «Libro del desasosiego». En este lugar, podremos ver la que era su mesa de trabajo, donde al parecer escribía sus versos, y el último retrato conocido de Pessoa. (Praça do Comércio, 3).

Museo Nacional Militar de Lisboa

Este lugar, no muy conocido pues se haya algo alejado del centro histórico de la ciudad, se encuentra situado en el lado opuesto de la Estación de trenes de Santa Apolónia en un edificio que fue asignado como el Arsenal del Ejército Real. El museo, que alberga una buena colección de piezas de artillería, entre los objetos que podemos ver, fue abierto en 1851 y el palacio
que lo alberga es del siglo XVI. Lo más interesante del mismo son los frescos que lo decoran y sus techos, bien decorados y cuidados. (Largo Museu da Artilharia, 1100).

 Iglesia de Santa Engracia, Panteón Nacional.

Panteón Nacional

El principal reclamo para visitar este lugar es que dentro del mismo se encuentran enterrados personajes míticos como la cantante de fado Amália Rodrigues, el conquistador y explorador Vasco de Gama, primer europeo en llegar a la India, y el militar disidente Humberto Delgado, asesinado por la dictadura de Salazar por osar desafiar al dictador y presentarse como alternativa al mismo. Este panteón fue creado por una orden nacional del gobierno de Portugal, en 1836, y se alojó desde sus orígenes en la imponente Iglesia
de Santa Engracia, construida en 1586 y que sufrió numerosos daños durante su historia. Hasta 1966 no se terminaron sus obras definitivamente y hasta esa fecha no se trasladaron los restos de la mayor parte de los hoy enterrados dentro. (Campo de Santa Clara, Alfama).

Casa del Alentejo

Este lugar, que es un centro cultural donde se realizan diversos eventos y aloja un restaurante, se abrió en un antiguo palacio del siglo XVII de estilo neomorisco. En su interior, podemos encontrar un gran patio al estilo andaluz –recuerda a una gran mansión de Córdoba o Sevilla– y en el segundo piso nos encontramos, aparte del restaurante, con unos grandes salones para eventos y una biblioteca, todo ello decorado con los típicos azulejos portugueses y con bellos motivos que recuerdan escenas campestres, de caza e incluso corridas de toros. (Rua das Portas de Santo Antao, 58).

Restaurante Príncipe

Es la típica casa de comidas portuguesa que ya escasea en casi todo el país. Se comparte mesa y mantel con el vecino y tiene una variada (y económica) carta de vinos y comidas. Recomendamos ir pronto para almorzar, ya que se suele llenar y no es raro ver colas en su puerta, y no debemos olvidar que en Portugal se almuerza entre las doce y las tres de la tarde, hora en que cierra la cocina de este lugar y ya no se sirven más comidas. El restaurante se encuentra muy cerca de la Praça Luís de Camoes y también del Barrio Alto lisboeta. Ofrece cenas –antes de las diez de la noche– y comidas y cierra los sábados. (Calçada do Combro, 28).

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