Conocida como Ciudad de Luxemburgo, esta pequeña urbe de apenas 115.000 habitantes y una extensión de 51 kilómetros cuadrados es la capital de uno de los países más diminutos del continente. Pero también de uno de los más ricos. Es conocida por ser una suerte de paraíso financiero, alberga numerosos bancos e instituciones económicas y goza de una saneada economía doméstica. Según varios informes económicos, su renta es la más alta del mundo -109.000 euros por habitante- y el país cuenta con buenas infraestructuras, transportes y comunicaciones. Los idiomas oficiales de este pequeño Estado son el francés, el alemán y una suerte de dialecto -el luxemburgués-, que vendría a ser un alemán mal hablado con muchos galicismos. Luego la Ciudad de Luxemburgo es una urbe coqueta, con bellos rincones, plagada de pequeñas plazas con encanto, exuberantes iglesias, puentes colgantes, balcones desde donde ver bellas vistas, miradores y muchos palacios. Es una ciudad que se puede recorrer y conocer en un par de días paseando y disfrutando de su tranquilidad y placidez. Nada de sobresaltos ni estrés, Luxemburgo es un lugar que invita al descanso, a disfrutar de una buena comida o una cerveza en una terraza y, sobre todo, caminarla.

Aparte de estas consideraciones, es una ciudad considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, sede fundacional de las primeras instituciones europeas que más tarde dieron paso a la Unión Europea y una manejable ciudad con un encanto romántico y plácido que embruja al viajero ávido de sensaciones. Merece la pena visitarla. ¿Cómo llegar? Bien sea por avión, por carretera o por tren desde Bélgica o los Países Bajos. Las conexiones desde España son malas y caras.

Palacio del Gran Duque

Palais Grand Ducal en francés, un poco más fácil de pronunciar que su nombre en luxemburgués, Groussherzogleche Palais. Es la residencia oficial del Gran Duque de Luxemburgo, o sea la residencia del Jefe de Estado del país y el lugar donde oficialmente reside y trabaja. Es un edificio imponente del siglo XVI y que también acoge a los mandatarios que visitan este pequeño
país en visita oficial.

Catedral de Nuestra Señora

Se comenzó a construir en 1613 y su estilo es, oficialmente, gótico tardío, aunque contiene algunos elementos renacentistas. Muy bella por fuera y por dentro. Como curiosidad, hay que reseñar que a la torre original se le añadieron otras dos torres mayores que la primera construida.

Palacio del Gran Duque

Plaza de Armas

Fue construida para los grandes desfiles militares y los eventos más significativos que se celebraban en este país desde la apertura de la misma, allá por el siglo XVI. Dos veces al mes abre sus puertas un mercadillo y en Navidades es un lugar para el esparcimiento muy recomendado, tanto por sus numerosos puestos donde comer algo, por sus bandas de música que actúan todos los días y por el fantástico ambiente. En esta plaza, además, puedes encontrar restaurantes de todos los gustos, desde restaurantes de cadena de comida rápida hasta sofisticadas brasseries al mejor estilo francés pasando por algún restaurante chino bien económico.

Plaza del Teatro

Acogedora, tranquila y pequeña plaza que tiene en el centro un grupo escultórico y algunos bancos donde descansar durante nuestro paseo. Luxemburgo es una ciudad que tiene muchos lugares para descansar y hacer un alto en el camino. Esta plaza es muy recomendable para ello.

Plaza de la Constitución

Plaza de Guillermo II

El Gran Duque Guillermo II inauguró en 1884 en la Plaza de Guillermo II el nuevo edificio del ayuntamiento y una estatua ecuestre del Gran Duque Guillermo II. Redundancias simultáneas aparte, con un Gran Duque en bronce y el mismo Gran Duque en carne y hueso, la plaza es hoy un enorme espacio abierto en el que se celebran anualmente distintos conciertos y eventos (aunque ahora mismo a los pies de la estatua están levantadas unas vallas que ocultan a la vista antiestéticas obras). Es el mejor lugar para buscar un buen restaurante, una taberna o un bar donde tomar algo. Ambiente tranquilo, relajado y sano para pasar un rato con una buena compañía y charlar un roto. Muy recomendable.

Plaza de la Constitución

Pequeña plaza con vistas al Puente de Adolfo y al corazón verde sobre el río Petrusse. En dicha plaza se encuentra la estatua de Gelle Fra en lo alto de un raro obelisco y es un homenaje de la ciudad a los caídos de este pequeño ducado en la Primera Guerra Mundial. Fue levantado en el año 1923. Tanto en la Primera Guerra Mundial como en la Segunda, Luxemburgo fue invadido por los alemanes rápidamente.

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