La Asamblea General reunida para tratar la cuestión de la representación equitativa y el aumento del número de miembros del Consejo de Seguridad. Foto: ONU/Eskinder Debebe

Los diferentes representantes de los Estados miembros de la ONU se han reunido esta semana para deliberar acerca de una reforma del Consejo de Seguridad, que se ha venido considerando desde hace décadas. Los espantosos conflictos armados que han tenido y aún tienen lugar en Ucrania y Gaza han detonado un deseo urgente de restaurar la eficacia del Consejo y de la misma ONU. 

El presidente de la Asamblea General afirmaba el jueves que, en un momento en el que las guerras en Ucrania y Gaza hacen estragos, «nunca antes había sido tan acuciante la cuestión de la reforma del Consejo de Seguridad».

En su intervención en el debate anual de la Asamblea, en el que se evalúa el principal foro de la ONU para la paz y la seguridad, Dennis Francis afirmó que, sin una reforma estructural, el rendimiento y la legitimidad del Consejo seguirán sufriendo inevitablemente.

«La violencia y la guerra siguen extendiéndose por regiones de todo el mundo, mientras que las Naciones Unidas parecen paralizadas debido en gran parte a las divisiones existentes en el Consejo de Seguridad», según Francis.

Con un mundo que cambia rápidamente, el Consejo se está «quedando corto de manera alarmante» en su mandato como principal custodio del mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, dijo, y añadió:

«A falta de una reforma estructural, su actuación y legitimidad seguirán sufriendo inevitablemente, al igual que la credibilidad y relevancia de la propia ONU».

Urgencia renovada

Aunque la cuestión de la representación equitativa figura en el orden del día de la Asamblea desde 1979, las peticiones de reforma han aumentado en un contexto de conflictos cada vez más graves en todo el mundo. 

En el debate anual de alto nivel de septiembre, la reforma del Consejo fue un estribillo común desde el podio, incluida la ampliación de su composición.

Las crisis recientes y la incapacidad del Consejo de Seguridad para acordar una posición unificada, como en el caso de la invasión rusa de Ucrania el año pasado, y la actual crisis entre Israel y Palestina, han subrayado aún más esa urgencia.

Por ejemplo, el Consejo de Seguridad no pudo aprobar su primera resolución sobre la crisis palestino-israelí hasta el miércoles, tras cuatro intentos fallidos y más de cinco semanas desde que estalló la crisis.

La inmovilidad es tan peligrosa como el caos

En su discurso, Francis advirtió a la Asamblea de que el estancamiento del Consejo de Seguridad puede ser tan peligroso como el caos.

«Advierto a esta augusta cámara de que la inmovilidad puede ser un enemigo tan formidable como el caos. No podemos perpetuar con provecho posturas que, aunque conocidas, no nos acercan», afirmó, instando a un pensamiento fresco e innovador sobre las reformas.

«Una de las maneras de reparar la confianza», dijo Francis, es reforzar la solidaridad y la conciliación, destacando la importancia de la Cumbre del Futuro del año próximo.

Pidió a los Estados miembros que «aprovechen esta oportunidad» para romper posiciones arraigadas y promover la reforma del Consejo de Seguridad mediante medidas prácticas que apoyen la eficacia y representen toda la diversidad del mundo actual.

Necesidad de reforma

En sus declaraciones, los Estados miembros de la ONU reiteraron que la reforma es más urgente que nunca.

Hablando en nombre del grupo L.69 de países en desarrollo de África, Asia y el Pacífico, junto con América Latina y el Caribe, la representante permanente adjunta de San Vicente y las Granadinas, Nedra P. Miguel, dijo que era una «cruda realidad» que el Consejo «ya no es adecuado para su propósito».

La sobrerrepresentación de los países occidentales en el Consejo no refleja ni la composición diversa de la ONU, ni las realidades geopolíticas actuales, dijo, subrayando que la reforma no sólo es urgente, sino también una condición previa para la paz internacional, la estabilidad, la seguridad y un orden multilateral eficaz.

Del mismo modo, hablando en nombre del Grupo Árabe, Jamal Fares Alrowaiei, embajador y representante permanente de Bahréin, hizo un llamamiento a la necesidad urgente de una verdadera reforma del Consejo, subrayando que el uso del veto de manera arbitraria ha puesto en entredicho su credibilidad.

Destacando el papel del Consejo en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, especialmente durante los recientes acontecimientos en Gaza, instó a los Estados miembros a redoblar sus esfuerzos para garantizar que los esfuerzos de prevención de conflictos sean más representativos, transparentes, neutrales y creíbles.

Por su parte, Antje Leendertse, embajadora y representante permanente de Alemania, hablando en nombre del Grupo de los Cuatro (Brasil, Alemania, India y Japón), que aspiran a convertirse en miembros permanentes, dijo que la composición actual del Consejo significa que no puede ser tan eficaz como se necesita para hacer frente a los retos contemporáneos.

«Así pues, no es de extrañar que, una y otra vez, el Consejo de Seguridad haya sido incapaz de estar a la altura de las expectativas a la hora de abordar algunas de las amenazas más graves para la paz y la seguridad internacionales de manera oportuna y eficaz», concluyó.- Publicidad –

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