La delegación vecinal del movimiento No a la tala posa con a la ministra Teresa Ribera en la sede ministerial | Foto: FRAVM

A pesar de las dolorosas talas de árboles de las últimas semanas ejecutadas por el Gobierno de la Comunidad de Madrid en el marco de las obras de ampliación de la línea 11 de Metro, el movimiento «No a la tala de Madrid» no tira la toalla. Es más, entiende «los destrozos perpetrados en los parques de Comillas y Arganzuela, Delicias y la zona del Paisaje de la Luz como un antes y un después del que aprender para defender el patrimonio natural de nuestras ciudades y pueblos». Y con este espíritu sus representantes y la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) se han reunido con Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

En el encuentro, que para el movimiento vecinal supone la apertura de una importante vía de interlocución con la Administración del Estado, Ribera ha estado acompañada por María Jesús Rodríguez Sancho, directora general de Biodiversidad, Bosques y Desertificación. La delegación vecinal, por su parte, ha estado representada por el presidente de la FRAVM, Quique Villalobos, y miembros de las asociaciones vecinales Pasillo Verde Imperial, Retiro Norte, Parque de Comillas, Unión Vecinal El barrio no se tala (Delicias), la AFA del CEIP PERÚ y la Plataforma Salvemos Nuestros Parques.

«Estamos muy satisfechos por el encuentro mantenido con la ministra, que se ha mostrado muy receptiva a nuestras propuestas y valoraciones, y dispuesta a mantener abierta una vía de diálogo con el tejido asociativo para mejorar la protección de nuestro arbolado”, ha indicado Susana de la Higuera, de la Asociación Vecinal Pasillo Verde Imperial y portavoz del movimiento «No a la tala de Madrid».

La representación vecinal, tras exponer las deficiencias legislativas y de vigilancia y control que han propiciado «los destrozos medioambientales» de la ampliación de la línea 11 de las últimas semanas, ha reclamado a Ribera una legislación más ambiciosa y, en concreto, la actualización de la Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de evaluación ambiental y de las normas autonómicas de protección del arbolado urbano y zonas verdes. Sobre este punto, la ministra destacado que su gabinete está impulsando «la creación de un grupo de trabajo con las comunidades autónomas y que nueve de ellas ya han mostrado su disposición e interés en participar».

Las talas de los últimos días han sacado a la luz «la falta de un órgano ambiental independiente y de mecanismos de control, una ley más protectora de nuestro patrimonio verde, un uso abusivo del interés general por parte de las administraciones para saltarse la ley, una falta total de transparencia y de participación ciudadana así como la ausencia de inventarios rigurosos del arbolado, entre otras muchas cosas», explican los vecinos. Por ello, dicen que se hace imprescindible «aprobar cambios que sirvan para proteger de manera más adecuada nuestros árboles y zonas verdes, el bien más preciado que tenemos para combatir el calor en el actual contexto de emergencia climática».

Respecto al problema concreto del proyecto de ampliación de la línea 11 de Metro, los representantes vecinales han compartido con la ministra una tabla de demandas, entre las que se encuentran las siguientes: la reducción del impacto de las obras mientras duren, alternativas para la tuneladora en Comillas y mejoras compensatorias para el barrio, la constitución de una Comisión de seguimiento de las obras con participación vecinal, el establecimiento de un Plan de vigilancia ambiental, una reparación real de los daños realizados, la aprobación de un proyecto de recuperación de las zonas verdes con participación vecinal y una mayor protección del Paisaje de la Luz.

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