Mujeres en defensa del Sáhara Occidental durante una manifestación. Foto: Delegación Frente POLISARIO en España

En su resolución, el Consejo de Seguridad ha recordado y reafirmado todas sus resoluciones anteriores sobre el Sáhara Occidental y reafirma su compromiso de ayudar a las dos partes, el Frente Polisario y Marruecos, a lograr una solución justa y duradera que prevea la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental. El Consejo de Seguridad reconoce igualmente el importante papel que desempeña la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) sobre el terreno y la necesidad de que cumpla plenamente su mandato.

El Consejo de Seguridad ha instado a brindar «mayor cooperación con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), facilitando las visitas a la región, que es un mensaje claro al estado ocupante de Marruecos que ha estado impidiendo que la ACNUDH visite el Sáhara Occidental ocupado por octavo año consecutivo». También ha acogido con satisfacción las consultas informales convocadas por el Enviado Personal con las dos partes, los países vecinos y otros países, incluidos miembros permanentes del Consejo, «lo que demuestra la importancia internacional otorgada a la cuestión del Sáhara Occidental», indican el Frente Polisario en España.

Considera que «sin embargo, el Consejo de Seguridad ha perdido otra oportunidad de adoptar medidas concretas que permitan a la MINURSO cumplir plenamente su mandato establecido en la Resolución 690(1991) del Consejo de Seguridad».

Denuncia que el Consejo de Seguridad tampoco ha abordado de manera decisiva las «prolongadas restricciones impuestas por el estado ocupante de Marruecos a la MINURSO que socavan gravemente el carácter internacional, así como la credibilidad y la imparcialidad de la Misión».

Rechazo al silencio del Consejo de Seguridad de la ONU

Por todo ello, ha expresado, una vez más, su rechazo «al continuo silencio» del Consejo de Seguridad, «en particular de algunos miembros influyentes, sobre las graves consecuencias de la violación y torpedeo del alto el fuego de 1991 por parte del estado ocupante de Marruecos, que ponen en peligro no sólo las perspectivas de relanzar el proceso de paz, sino también la paz, la seguridad y la estabilidad en toda la región», asegura.

Asimismo, ha reiterado su «rechazo categórico a la política de hechos consumados que el estado ocupante de Marruecos intenta imponer por la fuerza en los Territorios Saharauis Ocupados» y reafirmado la «inquebrantable determinación del pueblo saharaui de continuar su lucha de liberación por todos los medios legítimos para lograr sus aspiraciones nacionales de libertad e independencia», así como el establecimiento de su soberanía «sobre todo el Territorio de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD)».

El Frente POLISARIO ha puesto sobre la mesa su compromiso de alcanzar «una solución pacífica, justa y duradera a la descolonización del Sahara Occidental, la última colonia de África», basada en el ejercicio libre y democrático por parte del pueblo saharaui de su derecho «inalienable, innegociable e imprescriptible a la libre determinación y la independencia, de conformidad con la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General y las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas y la Unión Africana y sobre la base del mandato para el cual se estableció la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO)».

En este sentido, mantiene que el Plan de Arreglo de las Naciones Unidas y la Organización de la Unidad Africana sigue siendo «el único acuerdo mutuamente aceptado por las dos partes, el Frente POLISARIO y Marruecos, y aprobado por unanimidad por el Consejo de Seguridad en su resolución 658 ( 1990) y la resolución 690 (1991), por la que el Consejo estableció, bajo su autoridad, la MINURSO para celebrar un referéndum libre y justo, sin restricciones militares ni administrativas, para permitir al pueblo del Sahara Occidental ejercer su derecho inalienable a la libre determinación e independencia».

Defiende, por otro lado, que el marco jurídico internacional para una solución pacífica y duradera a la descolonización del Sahara Occidental ha sido «claramente definido» por los órganos pertinentes de las Naciones Unidas y aceptado por las dos partes que se comprometieron formalmente a ello ante la comunidad internacional. Por lo tanto, señala que «de nada sirve intentar justificar la injustificable inacción y la complacencia mediante la búsqueda de nuevas fórmulas fuera de este marco, porque es mucho lo que está en juego, incluida la paz y la seguridad en toda la región».

Por último, afirma que «lo que se necesita, urgentemente, en esta coyuntura crítica, es poner fin a la impunidad y exigir responsabilidades a la parte que ha estado obstruyendo el proceso de paz y adoptar medidas concretas que permitan a la MINURSO implementar plenamente su mandato». Añade que «este es el único camino viable que conduce al logro de la paz justa y duradera y al restablecimiento de la seguridad y la estabilidad en nuestra región».

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