La disminución mundial de tiburones es una consecuencia de la demanda internacional de aletas y carne, junto con la falta generalizada de gestión tanto para la captura como para el comercio de especies. Si bien, a menudo se culpa a los países consumidores, principalmente de Asia, otros estados con flotas pesadas que operan internacionalmente y comercian con productos de tiburón son igualmente responsables de de la reducción de ejemplares estas disminuciones.
Ahora, el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW) ha elaborado un estudio «para examinar el papel de la Unión Europea (UE) en el comercio mundial de tiburones y los pasos necesarios para garantizar que la UE se convierta en un actor positivo que deje de contribuir al declive de las especies de tiburones, además de brindar recomendaciones para el futuro».
Hasta 100 millones de tiburones mueren cada año en todo el mundo en la pesca comercial y un tercio de todas sus especies están en peligro de extinción. A pesar de todo, sólo alrededor del 25% del comercio internacional de aletas de tiburón está sujeto a requisitos de sostenibilidad en su abastecimiento. En otras palabras: el 75% no lo es, y los países pueden comercializar las especies de tiburones capturadas sin asegurarse que sean de origen legal o comercializadas en cantidades sostenibles.
El Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW) sostiene que «corremos el riesgo de perder estos tiburones y, sin embargo, permitimos la captura y el comercio internacional continuos sin contar con sistemas de gestión adecuados»
La Unión Europea y su cuota de responsabilidad
Aunque muchas de las soluciones propuestas se centran en los mercados de Asia, donde se venden la mayoría de los productos de tiburón, hay otro actor importante en esta tragedia oceánica que ha pasado desapercibido en gran medida: la Unión Europea.
En este nuevo estudio, el IFAW examina los datos aduaneros oficiales de los tres principales centros comerciales de Asia por donde pasa más del 50 % del comercio mundial de aletas: Hong Kong SAR, Singapur y Taiwán, provincia de China , y abarcó un período extenso (2003 -2020) para detectar responsables clave y tendencias en los datos. «Nos encontramos con algunos resultados sorprendentes. Estos tres centros comerciales importaron un total de 188.368,3 toneladas métricas de productos relacionados con las aletas de tiburón, y los Estados miembros de la UE suministraron un porcentaje significativo y creciente de aletas en los últimos años», explica Barbara Slee, gerente de programas marinos del IFAW.
Con un promedio del 28%, durante el estudio, la proporción de aletas en el comercio de la UE comenzó a aumentar en 2017 y fue la fuente de más del 45% de todas las importaciones de aletas de tiburón en 2020. «Sin cambios en la forma en que la UE comercia con aletas de tiburón, es probable que este porcentaje siga aumentando».
Italia, España y Grecia son los principales importadores de carne de tiburón, mientras que los principales Estados miembros exportadores de aletas de tiburón fueron España, Portugal, los Países Bajos, Francia e Italia.
El estudio demuestra que la UE proporciona gran parte de las aletas de tiburón del mundo e incluso podría convertirse en la fuente mayoritaria de aletas de tiburón que abastecen a estos centros comerciales asiáticos.
Medidas a futuro
Las recomendaciones del IFAW para la UE pasan por la mejora del registro de datos y registros comerciales a través de una revisión de los códigos de productos del Sistema Armonizado (SA) para productos de tiburón y estandarizar el uso de códigos con socios comerciales clave. También sugiere que se asegure que cualquier especie de tiburón que se encuentre en el comercio internacional de productos de tiburón se incluya en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
«El Apéndice II de CITES significa que cualquier comercio continuo debe demostrar que es legal y de origen sostenible. Si bien no es una solución mágica para salvar a los tiburones del borde del abismo, este es un primer paso necesario para garantizar que el comercio mundial ya no sea un factor que contribuya a la disminución de la población de tiburones», comenta Slee.
La UE es clave en los mercados mundiales de tiburones, tiene la importante responsabilidad de garantizar la precisión de los registros comerciales y la promulgación de requisitos de sostenibilidad de los tiburones en el comercio. «Sin duda, asumir tal papel de liderazgo influiría en otros actores para que también lo hicieran, lo que conduciría a un futuro mejor y sostenible para los tiburones», sostiene.
El seguimiento del comercio a largo plazo a través del análisis de datos comerciales y la priorizar el uso de datos comerciales para combatir el comercio ilegal de vida silvestre en tiburones y productos de tiburones son otras medidas planteadas.