Un año largo en el cargo y Pedro Sánchez no termina de afianzarse como secretario general del PSOE. Es más, su liderazgo –según refleja el último barómetro del CIS- pende de un hilo, ya que al 55,3 por ciento de los votantes socialistas le inspira poca o ninguna confianza y sólo el 19 por ciento del electorado del PSOE valora positivamente su gestión al frente del partido. Sánchez obtiene incluso peores notas de su parroquia que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de la suya. Es ése un importante argumento para que los detractores que tiene en el PSOE –que, a la vista de lo que ocurre en el partido, son numerosos- cuestionen su liderazgo.

Los datos del último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) no podían ser más desalentadores para el líder de la oposición, Pedro Sánchez. Aunque los dos últimos barómetros le dan un balón de oxígeno –al afianzar al PSOE como la fuerza hegemónica de la izquierda, por delante de Podemos-, su valoración es peor que la que obtenía su antecesor en el cargo, Alfredo Pérez Rubalcaba, al año de alzarse con la Secretaría General del PSOE, pese a que unos meses antes había perdido claramente las elecciones frente al PP.

En el barómetro de julio, el electorado socialista concedía a Pedro Sánchez una nota de 5,44 puntos, en una escala de 0 a 10, donde el 0 es la puntuación mínima y el 10 la máxima. En julio de 2012, los votantes del PSOE daban a Alfredo Pérez Rubalcaba un 5,76.

El problema de Pedro Sánchez no es Rubalcaba, sino Rajoy, al que quiere batir en las próximas elecciones generales. Y es que el secretario general del PSOE obtiene de su parroquia peor nota que el presidente del Gobierno en la suya. Los votantes del PP otorgan a Rajoy 5,56 puntos frente al 5,44 de Pedro Sánchez.

Además, hay dos datos en el sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas que deben escocer al secretario general del PSOE: el primero, que el presidente del Gobierno le gana en confianza ante su electorado; y, el segundo, que también le vence en valoración entre sus votantes.

El electorado del PSOE es más pesimista que el del PP

A la pregunta “el líder del principal partido de la oposición, Pedro Sánchez, le inspira, personalmente, mucha confianza, bastante, poca o ninguna”, el 45,2 por ciento del electorado socialista manifiesta que poca y el 10,1, que ninguna (lo que hace una suma del 55,3) A la misma pregunta, el 29,5 del electorado del PP confía poco en Rajoy y el 15,5 nada (porcentajes que suman 45). O lo que es lo mismo: la diferencia en el grado de confianza de su electorado entre Rajoy y Sánchez es de más de diez puntos a favor del primero.

En el polo opuesto, la misma diferencia: el 41,3 por ciento del electorado socialista confía mucho o bastante en Pedro Sánchez. En cuanto a Rajoy, ese porcentaje llega hasta el 52,9.

A la pregunta “cómo calificaría la actuación política que está teniendo el PSOE en la oposición: muy buena, buena, regular, mala o muy mala”, sólo el uno por ciento del electorado socialista la tacha de muy buena, mientras el 18 la defina de buena. Ante el mismo interrogante, el 3,1 por ciento del electorado popular la considera muy buena, mientras el 33,3 la ve buena. En total, la diferencia de la valoración en su electorado de la labor de Rajoy y Sánchez es de 17 puntos a favor del presidente del Gobierno.

En el polo opuesto, los votantes del PSOE que tachan de mala o muy mala la gestión del líder del PSOE al frente de su partido alcanzan el 27,4 por ciento. En cuanto a Rajoy, ese porcentaje entre los suyos se queda en el en el 18,5.

En resumen, los datos del CIS son concluyentes: pese al desgaste de casi cuatro años de gobierno, con medidas altamente impopulares, la parroquia del PP confía más en el presidente del Gobierno que la del PSOE en el líder de la oposición, independientemente del plus que supone la novedad de la llegada al cargo.

Los votantes del PP son más fieles a sus siglas

En todo caso, hay que destacar que el electorado del PP es más fiel a sus siglas que el socialista. Así, el 57.8 por ciento de los votantes populares manifiesta su intención de repetir el sentido de su voto. Respecto al electorado socialista, ese porcentaje de fidelidad desciende al 54 por ciento. Una diferencia de 3,8 puntos.

El PP también supera al PSOE en simpatía y cercanía con su electorado. El 60,8 por ciento de los votantes populares se siente próximo al partido en el Gobierno. En cuanto a los del PSOE, la cifra se queda en el 59,4.

También gana el PP al PSOE en la visión que tienen los encuestados de la opción política con más posibilidades de alzarse con la victoria en las próximas elecciones generales. Es decir, el electorado popular es más optimista que el socialista. El 63,3 por ciento de los votantes del PP confía en la victoria de su partido. Respecto al del PSOE, el porcentaje desciende al 40,4. Nada menos que casi 23 puntos de diferencia.

En lo que ganan los socialistas es en el capítulo relativo al grado de rechazo de su electorado a las siglas adversarias. Así, el 75,3 por ciento de los votantes socialistas (tres de cada cuatro) manifiesta, con toda seguridad, que no votaría nunca al PP. En cuanto al electorado del PP, el 43 por ciento dice que jamás se decantaría por el PSOE.

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