No acostumbro a hablar de lanzamientos en los que colaboro, pero creo que en este caso (y en el de otro que viene en otoño… del que ya hablaremos) el proyecto vale la pena, independientemente de que yo participe en él.

Primero, porque soy solo una firma más en una impresionante oleada de más de setenta autores, entre articulistas, prosistas, poetas, fotógrafos y dibujantes. Segundo, porque Folloneras es un fanzine, una publicación al margen de los canales de producción y distribución habituales creado sin mas ánimo que el de dejar una impronta tangible de lo que ha sido la segunda edición del festival de autoedición y trompazos de Madrid, ¡Hostia un libro!

El primer volumen de Folloneras (ni idea de si habrá un segundo, o de si ese segundo insistirá en la temática de las féminas descamochadas) es un compendio de textos que abarcan todo tipo de encarnaciones de la mujer fuerte, despatriarcada, independiente y, en definitiva, follonera: de las pandilleras a las punks, de las piratas a las fugadas, de las heroínas a las luchadoras (literales y metafóricas). Todo un catálogo, parcial y personalísimo, como son los buenos fanzines, de las distintas encarnaciones del tremendo combo de tortas y estrógenos.

Como no podía ser de otra manera en un proyecto que nació como un pequeño souvenir para los visitantes del ¡Hostia un Libro! (una deliciosa mezcla veraniega, en pleno centro de Madrid, de puestos de libros independientes y adrenalina bien entendida -espectáculo de lucha libre en la primera edición, roller-derby en esta-) y que creció hasta convertirse en un volumen que va por la segunda (y última) edición, el conjunto tiene de todo.

La irregularidad es inevitable, y hay algún enfoque incompleto, alguna ficción coja y alguna opinión desastrada. Completamente normal en una publicación con setenta y tantos autores, pero por otra parte, el nivel general es muy bueno. ¿Mis favoritos? Montones: la historia del pandillerismo de Sangre Fucsia, las sinuosas crónicas de boxeo de Lector Constante, la tremenda historia de las Cholitas de Luis Cobelo, la inmersión en la mente de Andy Kaufman de Noel Ceballos, la defensa del autoguantazo de Sabina Urraca, la oda a la piratería de Darío Adanti, la crónica ruidista de Blanca Rego, la devoción mononokista de Adrián Encinas, el enciclopedismo serial de Jonatan Sark, el homenaje a la huida de Esther Miguel Trula, la semblanza de la heroína feminista de Elisa McCausland, la reivindicación de la mujer jugadora de Eva Cid, la alucinante historia de Mademoiselle Maupin de Antonio Castaño Tierno y Jota Prado, el por qué Baba Yagá está en todas partes de Katya Torres, la entrevista con la madre de Elisa Victoria y, en general, todos los cuentos, poemas y dibujos, de autores tan destacados como Francisco Serrano, Carlos Pérez, Guillermo Zapata, Carmen G. de la Cueva, Bea Tormo, Guillermo Mogorrón, Juan Díaz-Faes, Guibo, Judith Chamizo, Juan García o Ana Galvañ entre, arf, muchos otros.

El resultado es encomiable y desborda ideas y pistas para seguir indagando en un tema apasionante: cómo las mujeres están empapando cada vez más aspectos de la cultura popular y por qué nos encanta. Puro fanzinismo bien entendido y cuya enseñanza no entiende de sexos: para según qué cosas, todo es ponerse.

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