Pocas cosas hay tan propias del cine de acción asiático como la reducción a la mínima esencia de sus elementos, en una búsqueda intuitiva y despreocupada de la pura abstracción. Desde los tiempos del cine hongkonés de kung fu y el chanbara japonés, hasta las últimas y estilosas modas del cine de otros países orientales, como la soberbia The Raid y secuela, o las tendencias más recientes del cine de acción coreano.

A diferencia del cine de Hollywood o europeo, donde la mayor parte de las veces acción y reflexión transcurren en líneas paralelas que se cruzan pero nunca se complementan, en las películas orientales ­sean thrillers, de artes marciales, o epopeyas bélicas de época­, la acción se tamiza por un colador conceptual y se plantean todos los elementos de la película ­(personajes, argumento y desarrollo­) a través de ella.

Para el desentrenado ojo occidental, equivale un descuido en los elementos formales que erróneamente creemos que son imprescindibles para constituir una película. Para el gourmet del cine en estado puro, pocas cosas hay tan estimulantes como una película de acción oriental que prescinde de todo lo que no sea movimiento, violencia y dinamismo.

The Target (El objetivo), recién editada en DVD y blu­ray en nuestro país por A Contracorriente Films, funciona de ese modo: su argumento puede resumirse en tres banales líneas, esencialmente una persecución a múltiples bandas entre un grupo de policías corruptos, un médico cuya mujer ha sido secuestrada y un exmiembro de las Fuerzas Especiales cuyas historias y pasados se van entrecruzando de las formas más rocambolescas. En realidad, lo que se despliega ante el espectador es una impecable persecución de hora y media en la que se llega al límite de lo verosímil (hombres en coma y heridos de muerte que despiertan ya en pleno proceso de curtir lomos, deducciones detectivescas que no hay por dónde cogerlas, peleas y tiroteos al límite de lo humano) solo para que la montaña rusa de emociones y la ensaladilla de impactos no cese ni por un momento.

The Target puede cargar las tintas demasiado en una persecución sin fin

Para los devotos del thriller coreano de investigación y crímenes -a menudo con un análisis psicológico de los personajes mejor tramado­-, The Target puede cargar las tintas demasiado en una persecución sin fin, pero los devotos de la acción física desenfrenada sabrán apreciar sus cualidades.

La delirante huida del hospital, la entrada del protagonista a golpes en la mugrienta guarida de un mafioso de poca monta o el casi superheroico clímax final permiten al joven director Chang convertir The Target casi en un manifiesto por la búsqueda de la perfecta máquina del movimiento perpetuo. Esa que el cine oriental más pop lleva persiguiendo sin descanso desde los tiempos del celuloide mudo.

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