La progresiva vuelta a la normalidad en España tras la situación de alerta generada por el coronavirus ha comenzado. Ya es posible salir a pasear o a hacer deporte en determinadas franjas horarias. También acudir a algunas tiendas con cita previa. Y en gran parte del país, desde el 11 de mayo, se pueden realizar reuniones de hasta 10 personas, mientras que han abierto algunas terrazas con limitaciones de aforo y está permitido organizar ciertas actividades culturales. Pero hay que extremar las medidas de higiene y prevención para evitar nuevos contagios.

“No debemos pensar en ningún momento que ha disminuido el riesgo de transmisión de la enfermedad”, señala Kika Colom, profesora de Microbiología en la Facultad de Medicina de la Universidad Miguel Hernández. De hecho, según explica, la desescalada aumenta el riesgo de contagio. “La mayoría de la población no sabe si es contagiosa y en este punto de la epidemia no podemos descartar que algunos de nosotros lo seamos; debemos concienciarnos de que es importante evitar dispersar el virus mediante las oportunas medidas de contención”, explica Colom, que forma parte de la Sociedad Española de Microbiología (SEM).

Fase 0

Antes de salir de casa, es necesario lavarse las manos y ponerse la mascarilla. Así lo afirma Colom, que hace hincapié en que es muy importante llevar mascarilla “siempre que salimos a la calle, aunque estemos solos paseando”. “Eso evita que distribuyamos el virus y que quede en bancos, puertas, botones de ascensor u otras superficies. Tenemos que pensar que podemos ser portadores asintomáticos o presintomáticos del virus”, afirma.

El uso correcto de los diferentes tipos de mascarillas es primordial para evitar la propagación del virus. María José Valderrama, profesora de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la SEM, explica que si no se usan correctamente, puede dar una falsa sensación de seguridad que es contraproducente y distraer la atención al resto de medidas: “Si no se colocan bien, se suben o bajan cuando se tienen puestas, se intercambian con otras personas, se dejan en cualquier sitio una vez usadas, no se desechan si no son reusables, no se desinfectan si el tipo de material lo permite… Es peor el remedio que la enfermedad”.

No tocarse la cara y mantener distancia interpersonal de al menos dos metros son algunas de las medidas más repetidas por el Ministerio de Sanidad. Y también evitar tocar superficies, ya que pueden estar infectadas. No se sabe con certeza cuánto tiempo sobrevive el SARS-CoV-2 en distintos materiales, pero la Organización Mundial de la Salud indica que parece comportarse como otros coronavirus y podría permanecer en distintos materiales durante horas o días.

María Dolors Vidal, investigadora de la Universidad de Castilla-La Mancha, recomienda llevar gel hidroalcohólico encima y usarlo siempre que se toquen puertas, manivelas, pasamanos… “Los guantes son desaconsejables porque con ellos garantizamos nuestra seguridad, pero no la del resto de las personas. Con ellos, tocamos todo; nos podemos tocar la cara inadvertidamente y podemos diseminar más fácilmente el virus porque no somos conscientes”, añade Vidal, que también forma parte de la SEM. Al llegar a casa, es recomendable lavarse las manos y apartar o lavar adecuadamente el calzado y la ropa usada en zonas frecuentadas por otras personas.

En la fase 0, también han abierto los locales y establecimientos con cita previa para la atención individual de los clientes. En la situación epidemiológica actual, la Sociedad Española de Microbiología desaconseja acudir a ellos por el momento salvo en casos de extrema necesidad. Y recuerda que siempre que se sale de casa, bien sea a uno de estos locales o a hacer la compra, hay que tener en cuenta las medidas de prevención mencionadas.

En la fase 0, antes de salir de casa, es necesario avarse las manos y ponerse la mascarilla.

Fase 1

Una de las novedades importantes de la fase 1 es la apertura de restaurantes y cafeterías, que podrán abrir solo el 30% de mesas permitidas en la terraza. Colom recomienda comportarse de forma similar a cuando se va a hacer la compra y pagar con aplicaciones móviles o transferencias. Y si la comida se pide para llevar, algo que ya se puede hacer en la fase 0, “al llegar a casa, hay que desinfectar los envases con un paño humedecido en solución desinfectante o pulverizándolo con un espray. Después, hay que esperar unos minutos antes de manipular los envases para sacar la comida”, añade.

“Si no se está comiendo, mejor usar mascarilla. Si se estornuda o tose, hay que desinfectar el área que se está ocupando”

En la fase 1, en algunas localidades ya se permite, además, volver a mantener contacto social, en grupos de un máximo de diez personas, en domicilios y al aire libre. Colom aconseja que las reuniones sean al aire libre siempre que sea posible y en caso de hacerla en un interior, que no se haga en un domicilio particular: “Mejor en un local que tenga establecidas medidas adecuadas”. Si la actividad es incompatible con el uso de mascarilla, como comer o beber, recomienda aumentar la distancia social y no compartir materiales como la cubertería. “Si no se está comiendo, mejor usar mascarilla. Si se estornuda o tose, hay que desinfectar el área que se está ocupando”, explica.

También en esta fase , en algunas localidades se pueden realizar espectáculos culturales de menos de 30 personas en lugares cerrados (con un tercio de aforo) y de menos de 200 personas al aire libre. Y se permiten visitas a museos limitadas a un tercio del aforo o velatorios para un número limitado de asistentes. Colom considera que las actividades al aire libre que permiten llevar mascarilla a los asistentes y en las que se pueda garantizar la distancia de seguridad y la adecuada desinfección de superficies son menos arriesgadas que las relacionadas con restauración. Pero en interiores no sólo hay que considerar el aforo sino el tiempo que se prevé que va a permanecer la gente. “A más tiempo, mayor riesgo de transmisión y cuantas menos personas, mejor”, añade. Por ello, los locales deben ventilarse adecuadamente y mantenerse ocupados el menor tiempo posible.

Pese a esta progresiva vuelta a la normalidad, no hay que bajar la guardia. Para Vidal, “hay que pensar que estamos casi como al principio de la pandemia”. Es decir, la inmensa mayoría de la población es susceptible de enfermar: “Solo entre el 11% y el 30% del personal sanitario que ha estado más en contacto con infectados son positivos. Dicho al revés, entre el 70% y el 89% siguen siendo susceptibles y con riesgo elevado de contraer el virus. Si por probabilidad de contacto más de dos terceras partes del personal sanitario tiene riesgo, el resto de la población debemos asumir que tenemos mucho más. Pasar de fases de desescalada no significa que no haya riesgo: el riesgo existe y es real”.

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