La Caixa es el principal acreedor del partido de Ramón Espadaler, con un pasivo acumulado de más de 7 millones, seguida por el Santander y el BBVA. UDC lleva casi medio año en situación de preconcurso y se une a otras formaciones políticas, como IU, que ya han atravesado la misma situación.

El pasado mes de marzo Unió Democràtica de Catalunya (UDC) hacía pública su decisión de acogerse a un preconcurso de acreedores voluntario ante su alarmante situación financiera fruto de la elevada acumulación de deudas.

Si en un primer momento se estimó que el pasivo ascendía a los cerca de 16 millones de euros, a día de hoy se sabe que el partido cumula casi 20 millones de deuda con entidades bancarias (19.314.655,49), según los datos de Crónica Global.

El fracaso de las últimas elecciones autonómicas y generales, donde UDC perdió su representación tanto en el Parlamento catalán como en el Congreso de los Diputados, sumado al continuo goteo de concejales y militantes y a la ruptura de la alianza con Democràcia i Llibertat (CDC) parecen los principales motivos que han arrastrado al partido a la quiebra.

La situación límite de la formación la ha obligado a tomar medidas inmediatas para hacer frente a los pagos más urgentes, como una reducción de personal o la venta de su sede central en Barcelona.

Dentro de la lista de acreedores de UDC se encuentran prácticamente todas las entidades catalanas y algunas muy relevantes a nivel nacional. La principal deuda del partido es con La Caixa, con la que negoció en noviembre de 2011 un crédito por 7,5 millones de euros en concepto de préstamo personal.

En total, el que fuera partido de Durán i Lleida debe casi 9 millones de euros al banco de Isidoro Fainé por préstamos solicitados desde 1996.

El siguiente en la lista de acreedores es el banco Santander, el cual prestó hasta 3,5 millones de euros a Unió en agosto de 2014. La entidad de Ana Patricia Botín ya le había dado tan sólo cinco meses antes 20.000 euros en concepto de préstamos personal.

El BBVA completa el podio de las deudas bancarias de UDC, con un pasivo de casi 1,1 millones en concepto de hipoteca desde abril de 2006. Sabadell y Banco Popular son algunas de las caras conocidas que completan este ranking.

Ni el primero, ni el último

El partido catalán no es el primero que se ha visto obligado a presentar el preconcurso ante los juzgados. El año pasado Izquierda Unida tuvo que hacer lo propio con su federación de Madrid (IUCM) tras presentar un agujero de 1,7 millones con Hacienda y la Seguridad Social y una deuda de 300.000 euros con Bankia.

En este caso, la situación de la formación era mucho más extrema, con lo que terminó siendo desfederalizada y presentó un ERE para el 100% de su plantilla.

Sin embargo, los números rojos son un habitual en la contabilidad de los partidos. Según los últimos datos aportados por el Tribunal de Cuentas; a finales de 2013 la deuda de las formaciones políticas con las entidades de crédito ascendía a 205,7 millones de euros, de los que 127 millones correspondían a deudas con garantía hipotecaria.

En este documento, el alto organismo ya advertía de que tanto CDC, como Izquierda Unida y la antigua Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) se encontraban en una situación de quiebra técnica.

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