La jerga oficial del Partido Socialista para intentar justificar lo injustificable, es decir, la Ley Sánchez de Amnistía, afirma que el objetivo de esa ley no es otra cosa que la concordia y la reconciliación. Sin embargo, el independentismo catalán ya ha dejado claro que la norma no arreglará el conflicto político, sino que es el primer paso para el referéndum de autodeterminación y la proclamación de la independencia de Cataluña. Es decir, que volverán a cometer los mismos delitos que Sánchez pretende amnistiar.

Al presidente del Gobierno se lo han dejado claro el actual presidente de la Generalitat, Pere Aragonès y ayer se lo expuso Carles Puigdemont de una manera que no puede ser interpretado de otra forma.

El expresidente prófugo de la justicia, en una intervención en el Ayuntamiento de Elna (Francia), afirmó sin dejar ningún género de dudas, que culminará «con éxito el proceso de independencia iniciado en octubre de 2017.»

Si el teórico objetivo del PSOE para la Ley Sánchez de Amnistía es el de la reconciliación, la concordia, la fraternidad, la hermandad, el flower power y todas las palabras grandilocuentes que se quieran poner, los hechos y las intenciones de los líderes independentistas catalanes han demostrado que el único objetivo real existente de esa ley no era otro que la investidura de Pedro Sánchez.

La Ley Sánchez de Amnistía no va a solucionar el conflicto político en Cataluña. Más bien al contrario, lo va a reactivar porque el único camino que pretenden las formaciones independentistas catalanas de las que depende el actual gobierno es el retomar el proceso en el mismo lugar en que se quedó tras la declaración ilegal de independencia.

Ni el más radical pedrista del PSOE puede rebatir el hecho de que durante el procés se cometieron delitos que están recogidos en el Código Penal, delitos que, en ningún caso, son de intencionalidad política.

En consecuencia, tras las elecciones catalanas del mes de mayo, ¿cuál será el argumentario del PSOE de Pedro Sánchez? ¿Continuar con el flower power de la pretendida reconciliación y concordia? ¿Reunir al Comité Federal contemplando una puesta de sol en Ibiza y sintiendo la fuerza de los rayos del dios Ra? ¿O se producirá un nuevo cambio de opinión y se buscará crear una ley inconstitucional para convocar un referéndum de autodeterminación? Con Sánchez todo es posible, sobre todo si lo necesita para mantenerse en La Moncloa.

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