El exministro José Luis Ábalos y Koldo García en una rueda de prensa del Partido Socialista | Foto: PSOE

El Caso Koldo tiene una magnitud y unos tentáculos que obligan al presidente del Gobierno a dar todas las explicaciones posibles y no esconderse en el «y tú más». Tampoco se puede parapetar tras el muro de «respetar las investigaciones policiales o judiciales». Sánchez, quien se definió a sí mismo en una ocasión como «un político limpio», no puede alinearse con la opacidad ante un asunto que se dio dentro de la estructura de su gobierno. Tampoco sirve que se hayan tomado medidas internas en el PSOE porque la cuestión no está sólo en el partido, sino que la trama se desarrolló en la estructura del gobierno, tal y como se puede comprobar en los múltiples informes de la Guardia Civil a los que Diario16 ha tenido acceso.

Cuando se está en la cúspide del poder, una de las responsabilidades más importantes es la de dar explicaciones cuando un caso de corrupción se da en el interior de la estructura del Estado, sobre todo si no se tiene implicación directa en la misma. No sirve sacar el ventilador ni utilizar una investigación sobre presuntos crímenes fiscales de particulares, por más que sean parejas o cónyuges de líderes institucionales, sobre todo si no ha habido contratos públicos de por medio. En el Caso Koldo, tal y como certifican los informes de la Guardia Civil, la trama sí que obtuvo beneficios de contratos públicos.

La trama organizada alrededor del asesor del exministro José Luis Ábalos se lucró con dinero público. Un pelotazo en toda regla con el dinero de todos. Eso está en el sumario, no es una cuestión periodística y Sánchez está obligado a dar explicaciones a los dueños legítimos de esos millones de euros con los que los «4 Mosqueteros» se llenaron los bolsillos.

Pedro Sánchez, por otro lado, tiene que explicar muchas cosas sobre las razones por las cuales se han utilizado los recursos del Estado, como por ejemplo los aviones del Ejército del Aire para viajes a países latinoamericanos que no estaban justificados por la agenda oficial o, sobre todo, por qué se le nombra en un informe de la Guardia Civil del Caso Koldo.

En ese documento de la Guardia Civil, al que Diario16 ha tenido acceso, se confirma el temor de los miembros de la trama por la inspección de la Agencia Tributaria a Víctor de Aldama, uno de los «4 Mosqueteros», y por las consecuencias que podría tener si nombra a determinadas personas:

«El día 4 de octubre de 2023, siendo las 19:30 horas y las 19:51 horas, CUETO e ÍÑIGO se ponen en contacto. En el transcurso de ambas comunicaciones, el primero le informa que la AEAT ha citado a ALDAMA para que comparezca el día 18 de octubre de 2023. En esa conversación, CUETO manifiesta que esa comparecencia la tiene que preparar inmediatamente porque cuando pregunten a ALDAMA por los contratos no sabrá ni su contenido. Además añade que cuando el inspector le diga que le niegan todos, incluido AIR EUROPA, ALDAMA va a enfurecer y va a “saltar”. En esta llamada, CUETO hace referencia a que hablará con su abogado para pasarle una “chuleta” para que ALDAMA prepare su comparecencia. Extracto de la conversación que se refleja en este oficio a los efectos de dejar constancia de la disposición de CUETO para coordinar y preparar la respuesta de ALDAMA y que estaría fundamentada en el temor a que éste comentara alguna cuestión que no debiera al actuario de la AEAT: […] Juan Carlos dice que mañana quiere reunirse con Fernando para pasarles “una chuleta” y que lo puedan enfocar, para prepararle un poco «porque si no va preparado…mal vamos… y luego que le preparen en lo suyo… porque lo suyo tiene tela marinera (lo repite)» Juan Carlos dice que el está contando la versión correcta, pero que la gente reniega de Victor DE ALDAMA y de sus sociedades porque lo conocen, conocen su fama de mal pagador, de «marrullero» y porque «es un tio que ha tenido unas relaciones que no se saben…»[…]».

En la misma conversación recogida por la Guardia Civil se hace mención a Pedro Sánchez, a Ábalos y el tema de las maletas traídas por la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez. «CUETO hace la siguiente reflexión sobre los asuntos que el inspector preguntará en la comparecencia de ALDAMA: “le preguntarán por todos por mí, por ANGOLA, por ÁBALOS, por el Presidente del Gobierno, por la Ministra de Defensa, por DELCI, por las maletas… por todo”El día 10 de octubre de 2023 ÍÑIGO mostraba45 a CUETO su preocupaciónsobre que ALDAMA le dijera al inspector –se entiende que de la AEAT– que conocíaal Ministro –se deduce que a José Luís ABALOS MECO– porque era Consejero deAIR EUROPA, y que le comentara que estaba todos los días en el Ministerio –seinfiere que en el MITMA– porque había un problema con las aerolíneas.En esta llamada ambos interlocutores afirmaron que ALDAMA conocía alMinistro y estaba todo el día en el Ministerio, haciendo alusión a que ALDAMAhabría tenido un pase especial».

¿Por qué había temor a que Aldama mencionara a Pedro Sánchez? Este es un punto importante que el presidente del Gobierno, por higiene democrática, debería aclarar y no encender el ventilador para atacar a la pareja de Isabel Díaz Ayuso. La mera mención a Pedro Sánchez en una conversación de imputados en una presunta trama de corrupción obliga a respuestas y explicaciones que, hasta el día de hoy, no se han producido.

Sánchez, por otro lado, tiene que rendir cuentas ante la ciudadanía española sobre otras dudas que genera el Caso Koldo, porque la mera mención a las maletas que traía en su avión la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, ya supone que era una cuestión conocedora por parte de la trama, algo que es evidente por el hecho de que fueran Koldo García y José Luis Ábalos los que recibieron a esa dignataria.

El presidente del Gobierno debió autorizar a que fuese Ábalos y no Arancha González Laya la que estuviera en Barajas aquel día, que, en principio, era a la que por protocolo correspondía. Por otro lado, Sánchez tiene que explicar el contenido de esas maletas que fueron descargadas y el fin para el que fueron utilizados esos presuntos millones de euros que se encontraban en su interior. Sería muy grave que se confirmara lo que señala la investigación sobre el blanqueo de dinero en países de Latinoamérica o que ese dinero fuese el pago de una deuda de Venezuela a Air Europa, la misma empresa que fue rescatada por el gobierno de Sánchez meses después de que el máximo dirigente de la compañía mantuviera reuniones con la esposa del presidente.

La aerolínea de Globalia ya ha confirmado que contrató a Aldama para recuperar esa deuda y la propia empresa matriz de Air Europa confirmó también las reuniones mantenidas por Javier Hidalgo con Begoña Gómez. Hay demasiados hilos que concuerdan en un mismo nudo de sospechas por las que Sánchez está obligado a rendir cuentas ante los españoles.

En otro orden, las supuestas relaciones con Venezuela de la Trama Koldo, donde, según han informado diferentes medios nacionales e internacionales, un presunto miembro de los servicios de inteligencia del régimen de Nicolás Maduro era el encargado de blanquear el dinero a través de un laboratorio, refuerzan la hipótesis de que el dinero entregado por Delcy Rodríguez era para uso de la trama. ¿Qué hacía allí el ministro Ábalos? La vicepresidenta venezolana, quien, según informaron medios de ese país, mantuvo una relación con el hermano de un empresario afincado en España imputado por, entre otras muchas cosas, estafa, debió tener contacto con Jorge Brizuela. Sánchez también debería dar explicaciones sobre estas relaciones.

El silencio siempre es cómplice, lo mismo que la opacidad. Si no hay nada que ocultar, la mejor forma de demostrarlo es dando la cara y rindiendo cuentas ante el pueblo, cosa que hasta ahora no ha sucedido. Cada cual es dueño de sus palabras, pero también de las consecuencias de sus silencios.

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