Antes de darle la palabra, la presidenta del PE, Roberta Metsola, afirmó que «para muchos en Rusia y fuera, Alexéi Navalny representaba esperanza. Esperanza de días mejores. Esperanza de una Rusia libre. Esperanza sobre el futuro». Metsola reseñó que «si la historia nos enseña algo, es que los pilares de la autocracia, al final, siempre, siempre se desmoronan bajo el peso de su propia corrupción y del deseo inherente del pueblo a vivir en libertad. Y cuando inevitablemente caigan, será gracias a lo que Alexéi y su familia hicieron».
Yulia Navalnaya, esposa de Navalny, ha visitado esta semana el Parlamento Europeo donde ha acusado a las autoridades rusas, encabezadas por Vladimir Putin, de orquestar el asesinato de Navalny. Ha señalado que el asesinato público vuelve a demostrar que «Putin es capaz de cualquier cosa y que no se puede negociar con él». También ha lamentado que ninguna de las sanciones impuestas por la UE hayan servido para detener la agresión de Rusia contra Ucrania.
Navalnaya ha pedido «ideas más innovadoras para derrotar al régimen de Putin», tanto internamente como en sus agresiones contra sus vecinos.
«Si de verdad quieren derrotar Putin, tienen que innovar. No harán daño a Putin con otra resolución u otra ronda de sanciones que no es diferente de las anteriores. No están lidiando con un político sino con un mafioso sanguinario. Lo más importante son las personas cercanas a Putin, sus amigos, sus socios y quienes custodian el dinero de la mafia. Ustedes, todos nosotros, debemos luchar contra esa banda criminal».
Ha insistido en que, en este caso, ser políticamente innovador significa luchar contra el crimen organizado, no hacer competencia política.
«No mensajes diplomáticos, sino investigaciones sobre la maquinaria financiera. No declaraciones de preocupación, sino investigar a los socios de la mafia en sus países, los discretos abogados y financieros que ayudan a Putin y sus amigos a esconder el dinero».
Navalnaya también ha dicho que «en esta lucha, tienen aliados fiables –hay decenas de millones de rusos que están en contra de Putin, de la guerra y de su maldad».
Para concluir, ha afirmado que «Putin debe responder por lo que ha hecho a mi país. Putin debe responder por lo que ha hecho a un país vecino pacífico. Y Putin debe responder por todo lo que ha hecho a Alexéi».
Antes de su muerte en prisión el 16 de febrero de 2024, Alexéi Navalni fue uno de los activistas contra la corrupción en Rusia más conocidos, opositor, premio Sájarov 2021 y fervoroso crítico del presidente Putin.