Según el IPCC, sin una reducción inmediata y profunda de las emisiones en todos los sectores, será imposible limitar el calentamiento global a 1,5 ºC y evitar los peores efectos | Foto: Greenpeace

Un acuerdo comercial entre la UE y los países del Mercosur provocaría un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y es incompatible con la legislación europea e internacional sobre el clima, según indica un nuevo análisis jurídico encargado por Greenpeace Alemania. Esto abre la posibilidad de que el acuerdo pueda ser impugnado ante el Tribunal Europeo de Justicia, por un gobierno de la UE o por el Parlamento Europeo, ha explicado la organización.

A pesar de la oposición generalizada de agricultores y grupos ecologistas, la Comisión Europea ha manifestado su deseo de continuar las negociaciones con el objetivo de alcanzar un acuerdo comercial UE-Mercosur lo antes posible. Sin embargo, el análisis jurídico en cuestión realizado por la Dra. Roda Verheyen y el Prof. Dr. Gerd Winter, concluye que el Acuerdo de libre comercio (ALC) no cumpliría la legislación vigente de la UE ni la internacional, «porque se prevé que provoque un aumento general de las emisiones de gases de efecto invernadero y una mayor deforestación»

Un informe de la ONU de 2023 ya advertía de que, si no se toman medidas agresivas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), la temperatura media mundial aumentará hasta 3°C a finales de siglo. Según el IPCC, sin una reducción inmediata y profunda de las emisiones en todos los sectores, será imposible limitar el calentamiento global a 1,5 ºC y evitar los peores efectos. La deforestación, especialmente en los bosques tropicales, es una de las principales causas de las emisiones de carbono debido a la destrucción de los sumideros de carbono.

«La versión actual del acuerdo UE-Mercosur sencillamente no puede ser firmada ni ratificada por las instituciones de la UE»

Lis Cunha, responsable de la campaña de comercio de Greenpeace Alemania, ha expresado que «cuando los países empezaron a negociar el acuerdo comercial UE-Mercosur en los años 90, el mundo era muy diferente y apenas empezábamos a comprender las consecuencias del colapso climático. En 2024, no sólo sería moralmente irresponsable que la UE firmara un acuerdo responsable de cantidades masivas de CO2 y de la destrucción de ecosistemas enteros, sino que también sería ilegal. La Comisión Europea y los gobiernos de la UE deben poner fin a este acuerdo tóxico de una vez por todas».

Roda Verheyen, abogada ecologista, que desempeñó un papel destacado en el éxito del recurso de inconstitucionalidad contra la Ley alemana de protección del clima de 2019 -caso que dio lugar a una sentencia del Tribunal Constitucional alemán que declaró parcialmente inconstitucional la ley climática de 2019 y ordenó al gobierno que adaptara la ley al acuerdo climático de París de 2015- ha afirmado que «el acuerdo comercial UE-Mercosur infringe las obligaciones climáticas de la UE en virtud del Derecho internacional, así como otras leyes de la UE. Nuestro análisis muestra que la versión actual del acuerdo UE-Mercosur sencillamente no puede ser firmada ni ratificada por las instituciones de la UE. Las enmiendas parciales a este borrador no serán suficientes. Sería una pena tener que recurrir de nuevo a los tribunales de la UE: los legisladores deben actuar en coherencia con la legislación sobre el clima y los derechos humanos y aplicarla». 

El análisis jurídico coteja el proyecto de acuerdo comercial con una serie de tratados de la UE e internacionales, para evaluar si cumple la legislación de la UE e internacional, incluidos el Tratado de la Unión Europea (TUE), el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), la Carta de los Derechos Fundamentales (CDF) y el Acuerdo de París sobre el cambio climático. El ALC también se evaluó en relación con el principio general de coherencia, que exige que la Comisión y los gobiernos de la UE garanticen que es «compatible con las políticas y normas internas de la Unión» (art. 207.3 del TFUE)

¿Qué es el Acuerdo de Libre Comercio UE-Mercosur?

La UE y los países del Mercosur Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay alcanzaron un «acuerdo de principio» para un acuerdo comercial en 2019. Pero el acuerdo quedó en suspenso mientras el entonces presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, estaba en el cargo, en gran parte debido a las preocupaciones sobre su apoyo a la deforestación masiva en el Amazonas. En virtud del acuerdo, los países del Mercosur eliminarían los aranceles sobre más del 90% de los bienes importados de la UE, incluidos los productos manufacturados y los productos industriales, como pesticidas, automóviles con motor de combustión y plásticos. A cambio, la UE reduciría los aranceles de más del 90% de las mercancías importadas de Mercosur y liberalizaría más del 80% de las importaciones agrícolas, como carne de vacuno, aves de corral, azúcar y bioetanol.

Impacto devastador sobre la biodiversidad, los bosques y el clima

El ALC, sostiene el análisis de Greenpeace Alemania, aumentará el volumen de producción en determinados sectores tanto en la UE como en los países del Mercosur y, debido a los mayores incentivos comerciales, también aumentará el transporte marítimo y aéreo, «lo que provocará un incremento de las emisiones de GEI. La evaluación oficial del impacto del ALC sobre la sostenibilidad, realizada por la London School of Economics (LSE), no tuvo en cuenta los efectos del transporte sobre los GEI, ni los cambios en el uso del suelo y las emisiones derivadas de la deforestación, a pesar de su importancia para los recortes arancelarios y las cuotas agrícolas del ALC».

Aunque el ALC UE-Mercosur recuerda los compromisos internacionales existentes de los países, incluidos los Acuerdos Multilaterales sobre Medio Ambiente (AMMA), en particular sobre biodiversidad (art. 7), bosques (art. 8) y cambio climático (art. 6), no tiene en cuenta el impacto devastador de un aumento masivo del comercio en estos tres ámbitos.

UE-Mercosur, deforestación y cambio climático

La Evaluación del Impacto sobre la Sostenibilidad (EIS) del ALC, realizada por LSE para la Comisión de la UE, calcula que el ALC provocaría un aumento global de metano y óxido nitroso, así como un aumento de las emisiones de CO2 en la UE, Brasil y Argentina, y un «aumento moderado general» de las emisiones de GEI en otros países del Mercosur. Basándose en el supuesto de que los GEI disminuirán en el resto del mundo para equilibrar el aumento de las emisiones en los países del Mercosur, el estudio prevé que las emisiones mundiales de GEI se mantendrán más o menos sin cambios en general.

Sin embargo, LSE admite que estas proyecciones excluyen cualquier cálculo de las emisiones derivadas de los cambios en el uso del suelo y la deforestación. Para Greenpeace, «esto es sorprendente, dada la tarea de evaluar el impacto del ALC UE-Mercosur en su conjunto. Según la legislación de la UE, una evaluación del impacto sobre la sostenibilidad debe incluir todos los impactos relevantes. El propio estudio señala que las emisiones derivadas de los cambios en el uso del suelo y la deforestación representan el 55% de las emisiones de CO2 de Brasil y el 70% de las de Paraguay». 

Según el documento dado a conocer por la organización, «claramente, la EIS omitió una parte importante del efecto del ALC sobre las emisiones de GEI. Los expertos prevén que las emisiones relacionadas con la tierra en su conjunto aumentarán significativamente debido al ALC. Sólo debido al aumento previsto de las exportaciones de carne de vacuno generado por el ALC UE-Mercosur, las tasas de deforestación en la región del Mercosur se acelerarán en un 5% anual durante seis años, según otras proyecciones, lo que afectaría a una superficie de entre 620.000 y 1,35 millones de hectáreas. En conjunto, se estima que el aumento de la deforestación debido a los mayores volúmenes de comercio provocará un inmenso incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Además, los expertos han señalado que la EIS no ha tenido suficientemente en cuenta las emisiones vinculadas al transporte internacional de mercancías, que representan aproximadamente un tercio de las emisiones relacionadas con el comercio en todo el mundo.

Vulneración de las obligaciones jurídicas de la UE en el marco del régimen climático de la ONU

Tanto la UE como los países del Mercosur son partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y en el Acuerdo de París de 2015. Sin embargo, advierte el informe, «el TLC podría poner en grave peligro los objetivos vinculantes generales de estos tratados internacionales, como consecuencia de sus incentivos a la deforestación y el consiguiente aumento de las emisiones de GEI».   

Aumento de las emisiones de GEI

En cuanto al aumento de las emisiones de GEI y la pérdida de sumideros de carbono en la UE debido al crecimiento de la producción de automóviles, la intensificación de la agricultura y la producción de productos químicos, los autores del análisis concluyen que: cualquier nuevo acuerdo internacional debe apoyar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y, como mínimo, ser neutral en ese objetivo, sobre todo teniendo en cuenta la previsión de la ONU de 3ºC de calentamiento global. Un aumento global de las emisiones y una reducción de la capacidad de sumidero de carbono, como se espera si el ALC entra en vigor, no se ajusta a esta obligación.

Respecto a las emisiones de GEI y la pérdida de sumideros de carbono fuera de la UE pero causadas por la UE (por ejemplo, a través del suministro de automóviles, o por la demanda de piensos, carne y minerales), los autores concluyen que: La norma de «no perjudicar» del derecho internacional abarca todos los efectos causados por un Estado; no restringe las obligaciones de los Estados a las emisiones internas de GEI y, por lo tanto, apoya la conclusión de que la UE no debe celebrar un nuevo ALC que provoque un aumento general de las emisiones de GEI y de los niveles de deforestación.

«Incumple la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE»

Todas las iniciativas de la UE, incluida la redacción y adopción de un tratado, deben respetar la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE (CDF). Estos derechos fundamentales incluyen la vida y la salud humanas (arts. 2 y 3), la libertad de ocupación (art. 15), la libertad de empresa (art. 16), la propiedad (art. 17) y los derechos del niño (art. 24). Todos ellos pueden verse afectados por el cambio climático.

Los derechos fundamentales de la UE se extienden a los impactos de las emisiones internas y externas y a las pérdidas de sumideros de carbono bajo el control de la UE. Los impactos de las emisiones causadas por los países de la UE ya interfieren con los derechos fundamentales, y cualquier otra fuente de emisiones, como el crecimiento del comercio generado por un TLC, agravará la situación, se sumará a los impactos climáticos catastróficos y vulnerará aún más los derechos fundamentales. Muchas personas que viven tanto dentro como fuera de la UE se verán afectadas.

Sobre la legislación climática de la UE

El actual borrador del TLC, explica el análisis de Greenpeace, va en contra del Art. 2 de la Ley del Clima de la UE, que obliga a la UE a adoptar medidas para alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones, y contra el Art. 6 de la Ley del Clima de la UE, que exige a la Comisión que evalúe la compatibilidad de las medidas de la UE con los objetivos de neutralidad climática de la Unión.

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