Recientemente España fue llevada ante el Comité Contra la Tortura de la ONU por el caso Tarajal. Un superviviente cuestiona la falta de investigación sobre el mortal retroceso en la playa ceutí, del que se cumplen 10 años. ¿Cómo analiza las relaciones España-Marruecos y sus políticas migratorias?
Nosotros, en temas de política, intentamos no opinar. Si me habla de crisis migratoria, mientras que el flujo de los recursos de los países del Tercer Mundo fluya de una forma unidireccional, es difícil que esas personas donde hay tanta diferencia social entre los propios dirigentes, es decir, roba muchas veces, tanto o más la mano negra como la mano blanca. Cuando hay esas diferencias sociales tan acuciantes, lo que tendrían que hacer las políticas económicas si fueran sanas, es revertir parte de esas ganancias en los países de donde se han extraído esos recursos. Ello generaría una satisfacción en los habitantes de estos países. Y también, al mismo tiempo, digamos, las grandes empresas conseguirían satisfacer las necesidades de estas gentes y no habría estas inmigraciones que están ocurriendo de forma tan brutal. Volvemos, una vez más, a un concepto de justicia. La política económica del islam es que hay una parte del beneficio que tú posees, que no te corresponde. Así lo dice el Santo Corán. No es que tú des por caridad, sino que le corresponde a aquella persona que no tiene esa capacidad. Mi visión sobre la política migratoria es que este discurso lo dio Su Santidad en el Capitolio, es que tiene que haber unas relaciones justas comerciales entre las naciones.
¿Cuál es el camino para la paz que propone la Comunidad Musulmana Ahmadía?
El camino para la paz es muy sencillo. Es muy sencillo, primero reconocer que hay un creador. Si no lo reconocemos, desde mi punto de vista, obviamente, somos desagradecidos, ¿no? Es decir, nos ha dado todo antes de nacer. Por lo menos ser agradecido. Eso es lo primero, ser agradecido y el segundo punto es intentar ayudar al hermano oprimido, ese es el camino hacia la paz.
«Si prevalecen motivos egoístas, motivos personales, motivos que no están dentro del contexto para el que Dios nos ha querido crear, civilizaciones tan extraordinarias como esta quedaron reducidas a las piedras»
¿Del Sahara Occidental no me va a hablar tampoco?
(Rie) No quiero hablar de temas de política… Fíjese, la Comunidad Ahmadía es una comunidad apolítica, autofinanciada. Nosotros pagamos diezmo, o sea una décima parte del dinero que ganamos lo damos a la Comunidad para la difusión de estas enseñanzas que creemos van a proveer una solución, una nueva era de paz, tras tristemente un baño de sangre que vamos a tener que pasar todos. Entonces la cuestión geopolítica se resolverá cuando la gente acepte este mensaje. Yo recuerdo en un mitin, en Alemania, estaba el IV Jalifa cuando había conflictos entre Irán e Irak. Él se levantó y dijo, si había ahmadis iraníes y ahmadis iraquíes.Y se abrazaron. Es decir, si el cambio en los corazones de la gente, sea el país que sea, se focaliza en estas enseñanzas de paz, podremos crear un entorno de paz nosotros entre nosotros mismos. Si prevalecen motivos egoístas, motivos personales, motivos que no están dentro del contexto para el que Dios nos ha querido crear, civilizaciones tan extraordinarias como esta quedaron reducidas a las piedras. Y esa la amonestación que da el Santo Corán. O sea, no penséis que vuestra civilización va a salir preponderante, porque en el pasado -pone el ejemplo de la época egipcia, la época de Lot, la época de Noé, civilizaciones incluso más más avanzadas o tan avanzadas como estas- al final quedaron reducidas a la nada. Entonces yo creo que el mensaje es claro. En cuanto a la religiones, tenemos que unirnos en la comunalidad. Y la comunalidad es que todas las religiones, sea la región que fuere, habla de creer en un hacedor. Y segundo, reconocer que tenemos que servir a la humanidad, la gente que no cree en Dios, por lo menos en el segundo punto, puede estar de acuerdo.
«No somos reconocidos por la propia Comunidad islámica porque somos apóstatas. No nos consideran musulmanes»
Usted dice que no hablan de cuestiones políticas, pero el Jalifa ahmadí sí se ha pronunciado ante el conflicto de Israel y Palestina.
Lo que dice el Jalifa es que si hay resoluciones de la ONU en contra del Estado de Israel, que no se aplican sistemáticamente y, cuando hay una resolución en contra de un país musulmán, no se tarda ni 24 horas en aplicarla, está hablando de un concepto de justicia absoluta. No puede haber dos raseros. Si queremos crear un entorno de paz. Si el mismo Secretario General del de la ONU, el señor Guterres, está diciendo que razones habrá para el ataque de Hamás, que su Jalifa lo condenó tajantemente, porque el islam no permite que tú ataques a inocentes, que cojas prisioneros, que ataques a mujeres, y ellos lo hicieron. No están actuando bajo las enseñanzas del islam. Entonces lo que dice Su Santidad es por qué hay ese doble rasero de medir las cosas, que no es una cuestión política, es una cuestión como él menciona en el Santo Corán que dice en un versículo que aunque sea una decisión en contra de vuestros padres, hermanos, allegados, etcétera, siempre adheridos al concepto de la justicia absoluta. Es decir, no puede haber un diferente rasero porque sea tu hermano, tu padre, tu amigo. Tiene que ser la misma ley para todos. Eso es un criterio coránico y el Jalifa sí se pronuncia en este sentido.
«Debido a los problemas migratorios ocurre que cuando un miembro de una comunidad emigra y comete una falta, pues tristemente todos somos culpables»
¿Cómo se sienten los musulmanes ahmadís en España?
Me parece fenomenal que me lo pregunte. Un musulmán en España se siente primero que tiene una obligación inmensa de llevar este mensaje de paz a nuestros hermanos españoles. Y los que somos españoles sentimos aún más este deseo interno de que hay una alternativa de paz, hay una alternativa que puede generar un mundo mejor. ¿Cuáles son los problemas con los que nos encontramos? Pues, por un lado, no somos reconocidos por la propia Comunidad islámica porque somos apóstatas. No nos consideran musulmanes. Y por otro lado, debido a los problemas migratorios ocurre que cuando un miembro de una comunidad emigra y comete una falta, pues tristemente todos somos culpables, ¿no? Entonces hay dos retos importantes, pero tenemos que vencerlos, como hacía mi padre, con cariño, con amor… Sí, la única arma que funciona es el cariño. Lo que sí yo aprecio en la gente española y fíjate que soy madrileño, aunque mi tez no es madrileña como tal, pero cuando ya te conocen un poco, pues la gente te abre su corazón. Y eso es de lo que se trata. Tenemos que conquistar los corazones, tarea muy difícil, pero es la única vía de un ahmadi musulmán español para dar a conocer este mensaje: Cómo conquistar los corazones de la gente. Te pongo un ejemplo que a mí me parece muy bonito. Cuando mi padre fue a hacer las gestiones de la primera mezquita, en Pedro Abad, claro, tenía que pedir las licencias. Y el Comisario Jefe de Policía le dijo, pero en tono de enfado y al mismo tiempo de broma: Bueno, pero, ¿es que viene usted a reconquistarnos otra vez?, refiriéndose a la reconquista islámica. Y respondió mi padre: Sí, vengo ahora a reconquistar su corazón. Y no hubo más, no hubo más debate.
Claro, pero ese mensaje de la reconquista de Al-Andalus aparece en la propaganda de estos grupos extremistas, y si no toda la sociedad, una parte lo recibe con temor, en un estado de alerta de seguridad nacional elevado en el caso de España…
Yo tengo 67 años. Recuerdo que hasta el año 80 que se producen los primeros atentados, toda nuestra literatura estaba destinada a dar a conocer las verdaderas enseñanzas del islam. Es decir, la figura de Jesús en el islam, la posición de la mujer en el islam, la filosofía de las enseñanzas del islam…No había ningún atisbo de que el islam pudiera ser cuestionada como una religión terrorista.
«Si analizamos los muertos de la Segunda Guerra Mundial o la bomba de Hiroshima, nadie dice que fue una bomba cristiana»
Claro, cuando se producen los atentados. Y particularmente en España, el 11 M, es que todos los discursos, los escritos, las publicaciones, los comunicados de prensa estaban orientados. Ahora quizá menos, porque ya hay parte de la comunidad internacional que reconoce que el islam no es una religión de compulsión. Pero se ha dedicado muchísima literatura a intentar aclarar este tema. Y tristemente yo este tema también lo comenté en un acto del 11 M. O sea, ¿por el comportamiento errático de decenas de miles se va a meter en el mismo saco a 1.500 millones de musulmanes? ¿Y por qué el islam es la única religión que se juzga, si es una religión extremista o no? Porque si analizamos los muertos de la Segunda Guerra Mundial o la bomba de Hiroshima, nadie me dice que fue una bomba cristiana.
Hábleme de su profeta…
De Mirza Ghulam Ahmad, el fundador de la Comunidad, se reían todos. Entonces él dijo: “esto no sale de mi boca propia”. Él era un ermitaño. Si ves la vida de Jesús, pues era gente que se recluía porque veían injusticias y buscaban la oración. Entonces, fíjese, en aquella época, Dios le dijo, y esta es la fe de los ahmadis: “yo extenderé tu mensaje a los rincones de la Tierra”.
Yo he ido a Qadian (India), su pueblo, pero no llegaban los trenes, ni los coches, los carros de caballo volcaban. No había nadie. Una aldea perdida, como pudo ser en su época Belén o Jerusalén y, curiosamente, estas 40 personas que hacen un pacto de iniciación hacia él, hacen que poco a poco se vaya extendiendo y hoy configuramos casi 150 millones de personas en casi 220 países del mundo.
«El Santo Corán es el único libro que reconoce a todos los profetas de todas las religiones que fueron enviados en diferentes épocas»
¿Y su Jalifa actual?
Su Santidad Hazrat Mirza Masrur Ahmad, el Jalifa actual, después de la reina de Inglaterra, es la figura más reconocida en una revista inglesa. Es un hombre de una gran proyección a nivel internacional, buscando esas fórmulas de paz y también con un argumento importante que dio delante de autoridades importantes. Dijo básicamente que “las leyes que puede hacer el humano son leyes defectuosas, mientras que las leyes que provienen de las enseñanzas divinas son leyes”. Más internas, más perdurables. Y yo también pienso como él. Es decir, desde la perspectiva religiosa, esas leyes que el Creador nos ha dado para que nos rijamos. Y de hecho, tengo un argumento poderoso a favor de lo que estoy aseverando ahora. Las civilizaciones que han perdurado la crisis del tiempo están todas ellas fundamentadas en libros sagrados. Mientras que de las civilizaciones que se alejaron de estas enseñanzas, apenas quedan piedras, ruinas… Y él se refirió a esto respecto al Santo Corán.
Ustedes afirman que el islam debería ser la religión del futuro. ¿Por qué?
El Jalifa habla de forma clara. El Santo Corán es el único libro que reconoce a todos los profetas de todas las religiones que fueron enviados en diferentes épocas. Entonces el libro global tiene que ser un libro que reconozca a todos los fundadores de todas las regiones. ¿Por qué el Santo Corán? Porque reconoce la verdad del cristianismo, la verdad del hinduismo, la verdad del judaísmo, la verdad del confusionismo, el Corán habla de estos profetas.
¿Y por qué el Santo Corán? Porque es la última ley. Pongo un ejemplo: la ley del judaísmo no es una ley universal. Ahora no aplican ojo por ojo, sino 100 ojos por 1 ojo. Eso es lo que está pasando ahora en Palestina. La ley del cristianismo no es una ley universal porque no puedes aplicar el perdón sistemáticamente. ¿Qué dice la ley coránica? Dice: se os da derecho a la ley del talión, es decir, tú tienes derecho a injuriar en el grado en que has sido injuriado más si el perdón produce la reforma de la persona, es mejor el perdón, esa sí es una ley universal. Entonces ¿qué condensa el Santo Corán? El Santo Corán es la última evolución, digamos, de la mente humana cuando Dios vio que el ser humano tenía la capacidad de recibir la última ley, envió la última ley. Está condensada en el Santo Corán, pero en el Santo Corán del Santo Profeta Mohammad, la paz de Dios sea con él, y no el Santo Corán, como interpretan estos mulá, estos denominados ulemas, que el mismo profeta del islam dijo que serían lo peor bajo el canopio del cielo.
«La Comunidad Musulmana Ahmadía pretende revivificar los verdaderos valores islámicos, de justicia, de compasión, de igualdad, de fraternidad, de respeto interreligioso y de convivencia pacífica»
Hay un dicho del Santo Profeta que afirma que llegaría una época en la que quedaría del islam sólo su nombre y una tradición, las mezquitas estarían llenas, pero exentas de guía y los ulemas de aquella época serían lo peor bajo el canopio del cielo. Es decir, esta época de degradación del mundo islámico fue profetizada por el Santo fundador del islam y también dijo que en aquella época vendría el Imam Ahmadi para la revivificación, para recordar los valores en los que fue fundamentado el islam.
España tiene un testimonio enorme en los cuatro primeros siglos de presencia del islam aquí. En la preponderancia de las ciencias, las artes, la arquitectura… cuando eran buenos musulmanes. Y cuando dejaron el Corán, sobre todo en la última etapa de la época musulmana en España, podéis ver vosotros que no ha quedado ni rastro de su presencia física. ¿Entonces, qué pretende la Comunidad Ahmadía en España? Revivificar los verdaderos valores islámicos, de justicia, de compasión, de igualdad, de fraternidad, de respeto interreligioso, de convivencia pacífica.
¿Qué opinan del Papa Francisco? ¿Ven una evolución en la Iglesia Católica desde su llegada?
Ha habido emisarios ahmadis que se han entrevistado con Su Santidad el Papa y, bueno, no queda más remedio que buscar esa fuente de comunalidad, porque todas las religiones derivan del mismo Dios y todas las religiones predicaron en esencia lo mismo. Dice el Santo Corán respecto a todas las religiones, que se les ordenó que se adorara a Dios padre, siendo fiel sincero a la creencia, se practicara la oración y se diera lo que le corresponde al necesitado y al débil. Estos son los principios no perecederos. Entonces cualquier evolución buscando este tipo de comunalidad, pues bienvenida. Por el bien de la humanidad con respeto, eso sí, tenemos que respetarnos.
Dice el Santo Corán: “no hay compulsión en materia de fe”. Los judíos, los cristianos, los seguidores de religiones antiguas, todo aquel que crea en Alá, que es Dios Padre, y haga buenas obras no tiene nada que temer, ni nada por lo que entristecerse. Es decir, está dando una albricia, una buena nueva a toda aquella persona que tenga un corazón sincero. Esta es la condición primordial. Es actuar con sinceridad hacia la fe que tú practicas, y luego corresponderá a Dios juzgarnos, no ni a usted, ni a mí, ni a ninguna persona, digamos a ningún humano, respecto a la vida futura, porque los musulmanes, los cristianos, prácticamente todas las religiones creen en una vida futura. El juicio le corresponde a Dios Padre, no a nosotros.
Ahora bien, como buscador de la verdad. Te dicen: ¿y dónde está la verdad? Bueno, pues uno es libre para viajar por el mundo, intentar buscar dónde está la verdad. ¿Está en el cristianismo? Bueno, pues que cada uno investigue. ¿Está en el hinduismo?, que investigue. Tú eres libre. No hay compulsión en materia de fe. ¿Qué decimos los ahmadis musulmanes? Que en el Santo Corán están recogidas todas las verdades de religiones enviadas anteriormente y han sido descartadas todas aquellas incrustaciones que se metieron con el paso del tiempo. Y aquí podría hablar una hora u hora y media sobre el cristianismo que fue instaurado por Jesucristo en su época, con toda la influencia del sincretismo, de la cultura romana, etcétera, etcétera. Porque yo, de padres del norte de la India, me hago la pregunta, por qué la concepción del cristianismo allí es distinta al cristianismo que yo he visto y he estudiado aquí al nacer aquí. Entonces eso me lleva a múltiples preguntas que yo intento resolver. Y cuando leo el Santo Corán me da esas respuestas.