Los hechos matan al populismo y la propaganda, del mismo modo que el dato erradica el relato demagógico y manipulado. Mientras la oposición al gobierno Luis Abinader ha recibido un golpe de realidad por parte del pueblo, pero continúan con su intención de engatusar a la ciudadanía con cuentos, los hechos demuestran que el presidente dominicano ha cumplido con la principal promesa que hizo a la ciudadanía en el año 2020: se ha implementado un cambio muy profundo que, a pesar de una situación geopolítica global muy complicada, está generando prosperidad para todos los ámbitos de la población.

No son sólo las cifras que pueda ofrecer el gobierno, sino los principales organismos internacionales, avalan que Abinader ha incrementado el bienestar tanto de la ciudadanía como de las empresas, además de llevar a República Dominicana a una situación de prestigio internacional ignota en toda su historia.

Según el Ministerio de Economía, la pobreza monetaria se redujo en un 4,7% sólo en 2023, lo que, evidentemente, indica que las condiciones de vida de la ciudadanía están mejorando. Estas cifras rompen totalmente el discurso apocalíptico tanto de Leonel Fernández como de Abel Martínez, un discurso, por cierto, basado en la transformación de lo anecdótico, o de casos concretos, en crisis nacionales.

Estos descensos no se consiguen por casualidad sino que son el resultado de diferentes elementos como el incremento de la creación de empleo, la subida de los salarios y la reducción de la inflación. Todos estos elementos, en los que la administración bajo el liderazgo indiscutible de Luis Abinader lleva trabajando desde el primer día en el gobierno, están conformando un escenario que no puede ser interrumpido porque el desarrollo del proyecto del cambio aún está por dar mejores resultados. Todo ello, además, sin demagogia ni populismo.

Los datos ofrecidos por el Ministerio de Economía, además, son corroborados por diferentes organismos internacionales. Según el Banco Mundial, el Índice Gini, es decir, el medidor universal de la desigualdad, es un 26% inferior a la del año 2004 y un 17% menos que en 2012.

Respecto a los distintos umbrales de pobreza, el Banco Mundial señala que República Dominicana también ha rebajado sus niveles desde que gobierna Luis Abinader. En el gap de ingresos de 3,65 dólares diarios, en 2004 República Dominicana estaba situada en una ratio del 10% de la población. Abinader lo ha logrado rebajar a 1%.

Lo mismo sucede, según el Banco Mundial, con el umbral de pobreza extrema, es decir, ingresos inferiores a 1,90 dólares diarios. En 2004 estaba situado en un 11,6, mientras que el presidente Abinader lo ha dejado en un 0,9%.

Por otro lado, según publicó el Fondo Monetario Internacional en referencia a República Dominicana «en la actualidad, el país mantiene una combinación equilibrada de industrias y sectores, incluidos la agricultura, la industria manufacturera y los servicios, y ostenta el sexto PIB per cápita más alto de América Latina si se tiene en cuenta el poder adquisitivo, superando a gigantes regionales como Brasil y México. Este dinamismo ha desempeñado un papel crucial en la reducción de la pobreza en dos tercios s y en la reducción de la desigualdad, con una disminución del coeficiente de Gini que indica una tendencia positiva continuada hacia una distribución más equitativa de la renta. Este progreso ha repercutido en la familia media dominicana, cuyo poder adquisitivo se ha multiplicado por cuatro, lo que le ha permitido disfrutar de una mejor calidad de vida y de mayores oportunidades económicas».

Desarrollo empresarial

Por otro lado, en República Dominicana se ha producido un desarrollo empresarial que sólo es posible gracias al escenario de estabilidad económica derivado de la fortaleza generada por las políticas implementadas por el gobierno de Luis Abinader.

El espectacular sector de las franquicias en el sector de la restauración es un claro ejemplo de ello. Además de las grandes franquicias internacionales por todos conocidas, los negocios de empresas dominicanas también se están beneficiando de ello, con un posicionamiento comercial que, en muchos casos, ya supera el volumen de mercado que esos grandes franquiciados.

Todo ello ha sido posible por la estabilidad de los mercados internos y de una política bancaria que da acceso a una serie de posibilidades que, en otro escenario, habría sido imposible.

Oportunidad de inversión internacional

Por otro lado, la República Dominicana de Luis Abinader se ha convertido en un objetivo para los grandes inversores internacionales de todos los principales sectores productivos.

José Luis Romero, presidente de GMS Group, declaró recientemente que «creemos en el inmenso potencial de la República Dominicana, y Punta Cana, con sus paisajes, su seguridad jurídica, la próspera industria turística y su gente presentan una oportunidad única».

Esta es la demostración de que República Dominicana no sólo atrae inversiones para el sector hotelero, sino que la construcción de complejos residenciales es una oportunidad de entrada de divisas de una enorme dimensión, porque es un arca de generación de puestos de trabajo directos e indirectos a lo largo del tiempo.

A un complejo de viviendas, le sigue la inauguración de comercios de distintos sectores y, en consecuencia, de nuevos empleos formales. Además, de que se abre la puerta a un tipo de turismo, tanto interior como exterior, basada en la fidelidad, lo que aporta ingresos que no dependen de situaciones externas.

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