El populismo tiene buen comer pero mala digestión. Esto se comprueba día a día con los líderes que se han acogido a los discursos basados en la anécdota, sin ningún tipo de análisis y que sólo buscan generar una crispación que piensan que es el trampolín al poder. El problema de todos los tipos de populismo es que asolan el mundo en la actualidad es que los hechos, sobre todo cuando hay una gobernanza que sólo busca el beneficio de la ciudadanía, suelen matar a los agoreros de un desastre que sólo sobrevive en el mundo virtual.

Leonel Fernández es el representante del populismo de corte trumpista en la República Dominicana. En la actualidad, hacer oposición en el país caribeño es muy complicado, puesto que la gestión que el presidente Luis Abinader está realizando está siendo avalada por los hechos y, además, confirmada por líderes y organizaciones internacionales. Por eso, Leonel se queda solo con su discurso mientras el país avanza y obtiene una presencia global ignota desde 1863.

Recientemente, en un evento organizado por la fundación Funglode, es decir, por él mismo, Leonel afirmó, en referencia a la lucha contra el narcotráfico, que «aquí [por República Dominicana] llegaba la droga, salía hacia Puerto Rico, Estados Unidos y países de Europa. Con el tiempo nos hemos convertido en un país receptor, por lo tanto, se ha entrado a un mercado de consumo que ha generado adicción en distintos sectores de la vida nacional».

Sin embargo, los hechos vuelven a derrotar al populismo trumpista de Leonel. Si se analiza bien esa declaración se puede comprobar que al expresidente no se le ha ido la cabeza ni ha tenido un lapsus. Todas y cada una de las palabras están perfectamente estudiadas. Es una declaración corta, de menos de 300 caracteres, es decir, perfecta para transmitir en las redes sociales y, a través de cadenas de bots perfectamente estructuradas, llegar a decenas de miles de personas en apenas unos segundos. El mismo sistema que han utilizado Donald Trump y las formaciones de extrema derecha europeas instruidas por el ultra Steve Bannon en una escuela situada en un monasterio italiano.

Por otro lado, el mensaje que se pretende transmitir es que durante los gobiernos de Leonel no había droga porque República Dominicana era un país de paso. Eso es falso. En todos los países del mundo, incluso en Corea del Norte, hay drogas y eso ocurre porque es el negocio ilegal más rentable. Por tanto, Leonel miente. Durante sus gobiernos había drogas en RD, se trapicheaba y se traficaba con drogas de igual manera que sucede ahora. La única diferencia es que en la actualidad sí se persigue la corrupción y, durante los gobiernos de Leonel, se incentivaba.

Luis Abinader ha tumbado con hechos la propalación de información manipulada a la que tanto se ha acostumbrado Leonel Fernández. El presidente dominicano ha presentado un informe en el que destaca el hecho de que durante los tres primeros años de gobierno de la actual administración se ha incautado más droga que en los 16 años de gobiernos del PLD, es decir, de Leonel y de Danilo Medina.

En concreto, desde agosto de 2020 a 2023 las fuerzas de seguridad de la República Dominicana han incautado 103,6 toneladas de sustancias estupefacientes. De 2004 al primer semestre de 2020 el total decomisado fue de 77,52 toneladas.

Respecto a las operaciones realizadas para incautar toda esa droga, más de 80% fueron responsabilidad directa de los operativos dominicanos, mientras que el resto corresponden a la colaboración con agencias internacionales.

Todos estos datos destrozan, una vez más, la estrategia de Leonel. Son la demostración de que la estrategia populista de convertir la anécdota en crisis nacionales no es más que la propalación de una realidad que no existe más que en las salas de estrategia de los community manager y de los bots con los que se difunden informaciones manipuladas.

Esas cifras, además, reproducen directamente al fracaso de Leonel, puesto que la comparación se hace con lo que él hizo durante sus mandatos. ¿Esto es lo que quieren los dominicanos? Los sondeos demuestran que la ciudadanía cada vez tiene más claro lo que quiere para su futuro y, desde luego, no es volver a un pasado idealizado que no fue más que un desastre.

Por otro lado, Leonel no puede frenar, por más campañas y viajes al extranjero que haga, el hecho de que el prestigio internacional de República Dominicana se está incrementando a niveles históricos. Las cifras de lucha contra el narcotráfico demuestran que al presidente de los Estados Unidos nadie le engañó, como pretenden transmitir algunos para desprestigiar a su patria.

Los datos son un espaldarazo absoluto al prestigio internacional de las fuerzas de seguridad y al Ejército de la República Dominicana, porque la efectividad siempre va seguida de la confianza de las agencias internacionales antidroga que, como es lógico, tendrá más consecuencias para el futuro inmediato.

El cambio que prometió Abinader es esto: convertir las promesas en hechos palpables, algo que Leonel no hizo durante los 12 años que gobernó.

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