Dentro de las muchas cosas de las que se pueden hablar con el estreno de la nueva película de La Guerra de las Galaxias una de las más curiosas es la extraña relación que ha tenido durante décadas con la televisión, desde el estreno de ‘The Star Wars Holiday Special’ en 1978 al estreno de Rebels en 2015 o esa serie de acción real que nunca llega a materializarse. Motivo de sobra para repasar su historia conjunta.

La Guerra de las Galaxias pilló en 1977 la taquilla americana totalmente desprevenida. Cuando terminó su ciclo comercial -el primero de ellos- en las salas de cine había hecho más de trescientos millones de dólares, logrando mucho más del doble de lo que recaudó la segunda, Los caraduras, e incluso más que la suma de esta y la tercera, Encuentros en la tercera fase. El éxito había sido tan rotundo que inmediatamente se acercaron a George Lucas los productores de televisión de la época con distintas propuestas. La primera en realizarse marcaría de manera definitiva a todas las que vinieron después. Me refiero, por supuesto a «The Star Wars Holiday Special» (1978). Sí, en 1977 la cadena ABC emitiría un ‘making of’ de la película, pero esto iba a ser diferente, iba a contar con nuevo material y a estar dentro de continuidad. Al menos en teoría.

‘The Star Wars Holiday Special’

Intento de programa especial que mezcló las variedades, con actuaciones gimnásticas, dibujos animados, ‘sketches’ cómicos y canciones, aprovechando una muy discutible línea argumental sobre el regreso de Chewbacca -acompañado por Han Solo- a su planeta natal, Kashyyyk, para reunirse con su familia y celebrar con ellos el Life Day. Con un resultado ciertamente desastroso.

En las dos horas de televisión hay tiempo para todo. Conocemos a la familia de Chewbacca, formada por su padre Itchy (Attichitcuk), su mujer Malla (Mallatobuck) y su hijo Lumpy (Lumpawarrump), y nos encontraremos con unos cambios de registros que van de las aventuras infantiles del pequeño, a los ‘sketches’ con Harvey Korman interpretando a una cocinera con cuatro brazos y a un androide defectuoso, además de participar en la historia que rodearía la canción humorística de nada menos que Bea Arthur -quien luego disculparía su participación con el siempre socorrido «Es que mi hijo es muy fan de la película»-. Además de esto tiene lugar también una actuación de Jefferson Starship (evolución a su vez de Jefferson Airplane) con un estilo de rock psicodélico después de que hayamos visto a Diahann Carroll cantándole sensualmente, dejémoslo ahí, al padre de Chewbacca que es su fantasía y puede experimentar con ella. Por si esto no fuera suficiente el gran final es la reunión de los protagonistas de la primera película tras la reunión de los wookies con túnicas rojas para celebrar su festividad, acabando todo en Carrie Fisher cantando -con poco acierto- una extraña versión del tema principal de la película. A eso se añade que en la historia intermedia nos hemos aburrido de oír la forma de hablar de los wookies -creada de nuevo a partir de los sonidos de osos y leones-, y de la participación de Art Carney como un comerciante miembro de la rebelión que lo mismo sirve de alivio cómico que ayuda a la historia principal.

El único punto que pareció contar con la aprobación de los aficionados y del propio Lucas fue el pequeño corto animado utilizado para mostrar la primera aparición de Boba Fett en la saga, una historia con el primer encuentro de Fett con los protagonistas de las películas realizado por Nelvana que acabaría siendo significativo porque dos motivos fundamentales. El primero, porque sería el único nuevo personaje en ser utilizado en el futuro. Ni las propuestas para la familia del wookie ni el personaje de Carney regresarían a la saga, aunque en las primeras versiones del guión de El imperio contraataca se supusiera que iban a regresar al planeta y que el personaje humano sería una versión de lo que acabaría siendo Lando. Fett, por contra, reaparecería para convertirse en uno de los personajes más recordados de la franquicia. El segundo motivo, porque introduciría a Nelvana tanto a los espectadores como a Lucas, permitiendo abrir una vía para posteriores negocios.

Por lo demás, el fracaso fue mayúsculo y las críticas demoledoras. Hasta el punto de convertirse en uno de esos temas que mejor no mencionar a los implicados, comenzando por George Lucas que trata de echar balones fuera cuando se le pregunta y asegura que querría destruir cada versión disponible. Algo difícil porque los aficionados que tuvieron acceso a grabadoras en 1978 no dejaron pasar la oportunidad, a partir de ahí se organizó un tráfico de copias en VHS y con la llegada y popularización de internet ahora el especial se puede encontrar en cualquier lado. Y eso que es de lo poco que Lucas no ha querido sacar a la venta en distintas configuraciones.

Hay que decir, bien como explicación o como justificación, que desde el principio nadie parecía tener muy claro que era lo que esperaban los productores de la CBS o Lucas. A él culpan de la idea de los diálogos en wookie, si bien nadie parece poder asegurar hasta qué punto estaba al tanto de lo que ocurría en la producción. El caos era una de sus constantes incluyendo un cambio de director, David Acomba se fue tras un par de días de rodaje y haber encargado el corto animado, habiendo dirigido las actuaciones de Bea Arthur y Jefferson Starship, ocupándose finalmente Steve Binder bajo la atenta supervisión de la productora Mitzie Welch.

En cualquier caso, la experiencia fue tan desastrosa que mantuvo Star Wars alejado de la televisión… poco más de un lustro.

Llegan los ewoks

Si Lucas pudo aceptar expandir su universo en la radio, aunque fuera solo un poco, tampoco parecía haber ningún problema para volver a televisión acabada la trilogía original. Y la televisión tampoco les olvidaba, como demuestra las parodias de la «Second City TV«.  Así, El retorno del jedi se estrenó con gran éxito en 1983 y para 1984 se estrenó en la ABC el telefime La aventura de los ewoks («Caravan of Courage: An Ewok Adventure» en el original). Para ello exigió control total sobre el productor logrando incluso pasar su idea original de una hora hasta las dos con una duración sin anuncios de 96 minutos. La otra mente pensante tras el especial sería la de Joe Johnston, director artístico de Industrial Light & Magic y autor del libro The Adventures of Teebo: A Tale of Magic and Suspense que serviría como fondo del desarrollo de la civilización ewok.

El especial, la aventura de dos niños que pierden a sus padres en el planeta de los wookies y tienen que unir fuerzas con estos, fue un éxito. Al menos lo suficiente como para que el canal pidiera una continuación para el año siguiente. Lamentablemente en esta segunda ocasión Johnston no estaba disponible y en su lugar se encargaron de lidiar con Lucas y sus ideas los hermanos Jim y Ken Wheat, acreditados como directores y guionistas de la misma. La historia que Ken contaría años después a la revista EON sería que Lucas había estado viendo «Heidi» y decidió que la aventura de una huérfana rodeada de ewoks sería una buena idea. Así que decidieron matar fuera de plano a la familia de la anterior película dejando solo a la hija menor que conocería a un viejecito -por llamarle de alguna manera- que la acogería, y puestos en ello los Weath decidieron añadirle elementos de Los robinsones suizos o Los siete viajes de Simbad quedando Lucas tras este impulso inicial solo para detalles de diseño y edición.

En cualquier caso, no hubo una tercera película -aunque se rumoreara a finales de los ochenta- pero sí hubo otro regreso. Un regreso que, en realidad, se había producido entre ambos telefilmes. Visto el éxito que había tenido el primero y el buen recuerdo dejado por la productora Nelvana en el especial navideño les encargaron realizar un par de series animadas que siguieran la idea de ese corto. Por un lado realizarían una serie con los ewoks como protagonistas que se situaría entre El imperio contraataca y El retorno del jedi, aunque posteriores también a los telefilmes -dando igual que la serie se estrenara en septiembre y el segundo telefilme en noviembre- en un complejo juego de encaje. La serie Ewoks, centrada en Wicket y sus jóvenes amigos ewoks, tuvo el suficiente éxito como para repetirla emparejada con la otra producción de Star Wars e incluso tener una segunda temporada -conocida también como Las nuevas aventuras de los Ewoks– en la que pasarían de los 13 de la primera a 22 episodios haciendo que en total se emitieran 35. La segunda serie sería, eso sí, más sencilla y orientada a los más pequeños, con algunos cambios en personajes pero -sobre todo- una simplificación de sus tramas y motivaciones. En el último capítulo se enlazaba con el descubrimiento de su planeta, de Endor, por el imperio en lo que serviría como enlace con los sucesos de la tercera película.

Menos suerte tuvo la otra serie animada del lote. Droids solo tuvo una primera temporada de 13 episodiso durante los cuales el dúo de C3PO y R2D2 daban tumbos por la galaxia al servicio de varios amos (tres en total) en historias anteriores a Una nueva esperanza. Quizá la peculiar forma de abordarlo, casi más cercana a los héroes errantes que a un grupo de secundarios fijo, o los ciclos de propietarios, hicieron que la serie pronto fallara. Se intentó recuperarla emparejándola con la de los ewoks en una reemisión llamada The Ewoks and Droids Adventure Hour, e incluso se le daría un especial con doble duración en 1986 titulado The great Heep que tampoco lograría avivar el interés por los personajes, dejando que se extinguiera, mientras su acompañante permanecía en emisión. Y una vez desaparecidos también los ewoks, olvidada la idea de realizar un tercer telefilm, comenzados los años noventa sin que aparecieran más proyectos, parecía que se hubiera terminado la historia de «Star Wars» y sus paseos televisivos. Al menos hasta que no hubiera nuevas películas.

Nuevas películas, nuevas series

Las precuelas llegaron con el cambio de siglo. En 1999 se estrenó La amenaza fantasma y en 2002 El ataque de los clones. Precisamente sería esta segunda, causante de menos controversia que su anterior encarnación, la que decidiría en 2003 a los ejecutivos de Cartoon Network a darle una oportunidad a una serie de cortos de tres minutos bajo el título «Star Wars: Clone Wars» llamados a explicar lo sucedido entre la segunda película y el previsto final de La venganza de los sith (2005). Al frente pondrían nada menos que a Genndy Tartakovsky, el brillante creador de El laboratorio de Dexter o Samurai Jack que, lamentablemente, poco podría hacer en esos escasos minutos. Por suerte para todos tras dos temporadas de espacio reducido se crearía una tercera a emitir en 2005 con 5 capítulos de 12 minutos, que terminaría mostrando a algunos personajes de la siguiente película.

Ese mismo 2005, durante los festejos del lanzamiento de la tercera película conocidos como ‘Celebration III’, Lucas haría dos declaraciones relacionadas con la televisión. Uno sería la labor de preproducción de una serie de acción real de Star Wars. Algo que parecía lógico teniendo en cuenta las buenas críticas que el estreno de la nueva encarnación de Battlestar Galactica (2004) estaba cosechando. Lucas afirmó que se trataría de una historia ajena a los Skywalkers, centrada en los criminales y políticos de la sociedad entre la segunda y la primera trilogía. Algo a lo que volvería a refererise en 2008 y de lo que se hablaría de nuevo en el futuro. 

La segunda y más importante era el regreso de la serie de animación, igual pero diferente. Pasaría a llamarse Star Wars: The Clone Wars (2008) y, además de ese «The», sufriría también un cambio de estilo asociado a la marcha de Tartakovsky de la producción. Pasarían a ser creaciones en 3D y a durar, por fin, 22 minutos. El resultado fue una obra con más espacio para narrar las evoluciones de los personajes, siguiendo aún la idea de servir de puente entre ambas series. Y también para acercarse más a esas idas de ofrecer otros personajes, insistir en la importancia de la diplomacia y los movimientos políticos, y sazonar con unos y otros las batallas, a la vez que se iban creando oportunidades para arcos largos.

Pero mientras esta se emitía y aparecían otros documentales sobre la saga como «Star Wars Tech» (2007) que emitiera The History Channel -sí, en serio- para explicar la parte técnica teórica que respaldaba la ciencia de las películas. Y, de nuevo, la atención que había despertado en otros programas como el especial que le dedicó «Robot Chicken: Star Wars» (2007) o en «Padre de Familia«, mostraba que -al margen de discusiones sobre su calidad- la franquicia estaba viva en el imaginario colectivo. Un buen momento en principio para que Lucas volviera a la carga con la serie de acción real, e incluso hablando con una de las mentes pensantes tras «Robot Chicken», Seth Green, para crear una nueva serie animada de temática cómica conocida como «Detours«. Excepto…

El anuncio de que George Lucas había vendido Star Wars a Disney significaba muchas cosas. Disney estaba sin duda preparando sus propias ideas para ‘Los años Disney’ de la saga, y también quedaba en suspenso lo que estaba realizando. Empezando por la propia «Detours» que veía como con 39 capítulos realizados desaparecían las posibilidades de que llegaran a ver la luz de manera legal tras ser puestos en suspenso por parte de Disney. Lo mismo que le pasaría a The Clone Warscancelada de facto con episodios ya preparados que acabarían siendo recogidos por la RTL alemana y luego por Netflix, mientras se lanzaba la iniciativa The Clone Wars Legacy para recuperar y poner a disposición del público los episodios que estaban en proceso de creación de la serie, desde las primeras fases de animación a solo los guiones, la iniciativa pretende que no queden flecos de lo que había antes de la llegada de la compañía del ratón.

Los años Disney

Lo primero que se vería en estos años, ya con Lucas a un lado, sería un proyecto que venía de antes, de las adaptaciones que Lego estaba realizando de diferentes universos y que en el caso de Star Wars habían dado lugar a videojuegos, películas directas a vídeo o incluso especiales para televisión como «Revenge of the Brick» (2005), «The quest for R2-D2» (2009), «The padawan menace» (2011) o  «The Empire strickes out» (2012). Esto daría lugar a que la colaboración entre LEGO y La guerra de las galaxias continuara primero con la miniserie The Yoda Chronicles (2013) convirtiéndose en la primera aproximación televisiva, aunque fuera de manera más cercana a lo que ya había antes que a una nueva manera de enfocar la situación.

Por supuesto el cambio de régimen también traería nuevos rumores sobre la serie de acción real de la franquicia, de la que no se sabía antes desde enero de 2012 y que incluso llegaría a tomar un nombre «Star Wars: Underworld«. Sin embargo, tras indicar que estarían interesados en una serie de estas características tomaron el camino habitual de decir que había que reevaluar el proyecto como serie para la ABC, haciendo que se supusiera que intentarían seguir el mismo camino que con Marvel, aunque, de momento, seguimos sin tener nada fijo.

Por supuesto, la falta de una serie de acción real no ha quitado que en los últimos años haya habido muchas novedades de Star Wars centradas, por supuesto, en la animación. Así, hemos visto una nueva serie limitada de LEGO, Droid Tales (2015), que intenta hacer -con menos gracia, sea todo dicho- lo que El Rey León I 1/2 en su momento, ofrecer un punto de vista diferente de la saga desde las bambalinas de los secundarios cómicos. 

Pero la serie que ha tomado el relevo de las distintas aproximaciones a las Guerras Clon es, sin duda, Star Wars: Rebels (2014), que se aparta de los Skywalker para mostrar una mezcla de personajes similar a las de las películas originales u otros referentes vivos en la memoria como Firefly o Los guardianes de la galaxia, para presentarnos a un nuevo grupo de personaje y a varias razas, cinco años antes de Una nueva esperanza. Convirtiéndose con gran rapidez en un éxito entre los más pequeños y también entre los seguidores de la franquicia que han encontrado, una vez más, eliminada la vieja continuidad expandida.

Por supuesto todas estas series han tenido lugar antes del final de la trilogía original. Las ha habido cercanas a El retorno del jedi como las de los Ewoks, a medio camino entre una y otra trilogía como las diferentes encarnaciones de los clones, o al margen de cualquier continuidad pero claramente antes de la muerte del Emperador. Habrá que ver si ahora, con el estreno de Una nueva esperanza, se animan a mover y rellenar los huecos entre ellas. Y también si en algún momento logran realizar la tan esperada serie de acción real.

Mientras aguardamos noticias solo nos queda confiar en que, por lo menos, lo intenten.

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