Una imagen hasta ahora poco común, pero que cada vez será más frecuente. Fue en Boadilla del Monte, durante la última Junta General de Accionistas de Banco Santander. Miembros de la campaña internacional «Fossil Banks No Thanks» (Bancos fósiles, No, gracias) se manifestaron para poner el foco en las inversiones que sigue realizando el banco en la industria fósil, la cárnica y la armamentística.
Los negocios y sus consecuencias
Además de visibilizar las inversiones de la banca armada y banca sucia, con estas protestas instaron al banco «a dejar de invertir en empresas como Leonardo, dedicada al armamento militar, JBS, la mayor procesadora de carne del mundo y una de las responsables de la deforestación en el Amazonas Brasileño, o la financiación en proyectos gasísticos como el LNG Nigeria, que provoca desplazamientos forzosos y agrava la contaminación del aire».
43.000 millones de dólares en combustibles fósiles
Según las organizaciones Desarma Madrid, Ecologistas en acción y SETEM, que participan desde España en la campaña «Fossil Banks No Thanks», entre 2016 y 2021 «Banco Santander financió con 43.000 millones de dólares a la industria de los combustibles fósiles, a los que habría que sumar los más de 5.000 millones invertidos entre 2019 y 2021 en la industria armamentística».
El objetivo de la campaña es que entidades como Banco Santander dejen el lavado verde y la financiación de proyectos que no están alineados con el objetivo del 1,5 ºC.