No hace tanto tiempo, el ser glamouroso por excelencia del mundillo terrorífico era el vampiro. Desde la original ropa a la japonesa del Dracula de Coppola (y sus perturbadoras concubinas) hasta el Lestat más rockero, pasando por los vampiros tecnófilos y extremadamente cool de la saga Blade, el único monstruo del que podías enamorarte hasta ahora era el famoso chupasangres. Las modas evolucionan y, tal vez por el deslucido brillo que nos han ido dejando las últimas hornadas de vampiros, o tal vez por agotamiento del género, son ahora los zombies los que se arriesgan a encandilar al personal.

Los zombies han lucido muchos estilos y pelajes: tenemos a los zombies esforzados de Romero, cuya unión hacía la fuerza; a los velocistas de Zack Snyder; a los zombies-tipo-plaga que nos trajo Brad Pitt; a los que son simple atrezzo de un mundo humano muy chungo en The Walking Dead…  Eso por no hablar de los incontables muertos vivientes que pueblan populares sagas de videojuegos o reputadas sagas literarias.

El caso es que todo esto ha acabado desembocando, no sé muy bien cómo, en cosas como Warm Bodies (Memorias de un zombie adolescente), donde los muertos vivientes reivindicaban su capacidad de amar y ser amados. En realidad, habiendo probado ya varios géneros cinematográficos (la comedia se les da muy bien, acordaos de Shaun of the dead) ¿por qué no probar con el romance?

Y es que hemos llegado ya a ese momento en que, de tanto verlo, el monstruo se humaniza y pierde su propósito original, su razón de ser. El zombie ya no es la excusa para mostrarnos el peor lado del ser humano en un mundo apocalíptico. Ahora nos enseña que ni siquiera la muerte puede arrancarnos nuestra humanidad. O al menos no siempre.

Si te gustan los zombies pero lo pasas fatal con las típicas producciones del género, ésta es definitivamente tu serie

Es en este momento del género Z donde encaja la estupenda serie iZombie, adaptación muy libre del cómic del mismo título firmado por Chris Robertson y Michael Allred. Si te gustan los zombies pero lo pasas fatal con las típicas producciones del género, ésta es definitivamente tu serie. Amable, pero con puntitos de mal rollo que te dejan claro que esto es, te pongas como pongas, una serie de zombies. 

La protagonista es Olivia Moore, una joven estudiante de medicina con una vida ideal que se convierte en zombie por cosas del destino. Con un look entre lo albino y lo gótico que pasa por lo excéntrico, la pizpireta zombie se las apaña para pasar por humana en su nueva vida como forense, mientras ayuda a resolver crímenes, lidia con diferentes problemas amorosos y con el resto de zombies de este mundo tan normal. Lo malo es la comida, que tiene efectos secundarios…

No hay vuelta atrás. El zombie moderno tiene estilo, viste con gusto, se broncea, se tiñe el pelo, disfruta del sexo y, además, monta startups.

Apartaos, vampiros brillantes.

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