La organización Transport and Environment (T&E), de la que ECODES forma parte, lanzó en marzo de este año, el estudio «Food not Fuel» (es español, la comida no es combustible). En él, se analizaba la cantidad de trigo y otros cereales que se desperdician para producir biocombustibles, en concreto etanol, mientras países dependientes de las importaciones como Egipto y muchos otros de África y Oriente Medio luchan por alimentar a su población.

Ahora, y «ante la gravedad que está adquiriendo la crisis alimentaria debido en parte a la prolongación de la guerra de Ucrania», T&E da con da continuidad a este asunto con la segunda parte del informe que se centra en la producción de biocombustibles a partir de aceites vegetales, especialmente de girasol y de colza.

19.000 botellas de aceite de cocina

Según recoge el informe, el 18% de la producción mundial de aceite vegetal se destina al biodiésel. La gran parte de este aceite es apto para el consumo humano. El análisis muestra, basándose en la media de los últimos 5 años, que sólo en Europa se queman cada día más de 17.000 toneladas de aceite de colza y girasol, el equivalente a casi 19 millones de botellas de aceite de cocina.

Europa destina un 58% de todo el aceite de colza y el 9% del aceite de girasol al biodiesel para coches y camiones. También se desvían grandes volúmenes de colza y aceite de palma, principales alimentos básicos en otras regiones, para impulsar el transporte por carretera. En ello se emplea el 50% del aceite de palma y el 32% del aceite de soja consumidos en la UE.

Esta situación ha contribuido a que los aceites vegetales presenten los mayores aumentos de precios entre todo los alimentos, incluso antes del conflicto bélico. Los precios en 2022 son hasta 2,5 veces más altos que antes de 2021, cuando comenzó la subida tras años de estabilidad, con aceite de colza y girasol a precios que muestran incrementos por encima del promedio entre los principales tipos de aceite vegetal.

Llamamiento a los responsables políticos

Ante la crisis alimentaria mundial, sostiene ECODES, «debemos hacer todo lo posible para aumentar el suministro. Acabar con la quema de cultivos alimentarios en coches y camiones debe ser una prioridad inmediata. Los responsables políticos tienen todos los instrumentos a su alcance para actuar con urgencia, como la Directiva de Energías Renovables (RED, por sus siglas en inglés) de la UE. Ahora más que nunca, los políticos deben dar prioridad a los alimentos, y no a los combustibles». 

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