Sólo el 2,4% de esta financiación mundial clave para el clima puede clasificarse como destinada a apoyar actividades que tengan en cuenta a los niños, con un valor medio de apenas 71 millones de dólares al año. Foto: UNICEF/Raphael Pouget

Los menores de 48 de los 49 países africanos evaluados están clasificados como en riesgo alto de sufrir los efectos del calentamiento global, según el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF). Su informe «Hora de actuar: Los niños africanos en el punto de mira del cambio climático» advierte de que los niños del continente se encuentran entre los más expuestos a los efectos del cambio climático, pero continúan desatendidos por los principales flujos de financiación necesarios para ayudarles a adaptarse, sobrevivir y hacer frente a la crisis climática. 

El estudio evalúa los países en función de la exposición de la infancia a las perturbaciones del clima y medioambientales, como ciclones y olas de calor, así como su vulnerabilidad a esos cambios en función de su acceso a los servicios esenciales.

Físicamente son menos capaces de resistir y sobrevivir a las perturbaciones, y fisiológicamente son más vulnerables a sustancias tóxicas como el plomo y otras formas de contaminación. Según los autores, «los que viven en la República Centroafricana, Chad, Nigeria, Guinea, Somalia y Guinea-Bissau son los que corren mayor riesgo».

En respuesta a este riesgo, el informe examinó la forma en que los fondos multilaterales para el clima destinan sus recursos. Sólo el 2,4% de esta financiación mundial clave para el clima puede clasificarse como destinada a apoyar actividades que tengan en cuenta a los niños y las niñas, con un valor medio de apenas 71 millones de dólares al año. Si se amplía el grupo destinatario para incluir a los jóvenes, la cifra aumenta a sólo el 6,6% del gasto total de los fondos, advirtió el organismo.

La era de la migración climática

Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha pedido medidas concretas para hacer frente al cambio climático y a los retos de la movilidad humana.

«Hemos entrado oficialmente en la era de la migración climática», dice la directora general de la agencia. «Urgen soluciones para abordar el nexo entre el cambio climático y la movilidad humana a escala continental», añade Amy Pope. 

Según el Banco Mundial, «sin una acción climática eficiente y sostenida, hasta 105 millones de personas podrían convertirse en migrantes internos para 2023 sólo en África«.

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