Las aguas subterráneas son este año protagonistas. La celebración del Día Mundial del Agua 2022, tiene el objetivo de “hacer visible lo invisible” promoviendo campañas de concienciación. La cantidad total de agua en la Tierra es de 1.386.000.000 Km cúbicos; de los cuales: 1.338.000.000 Km cúbicos es agua salada. A pesar de que el 70% del planeta esté compuesto de agua, solo el 3 % es agua dulce. Sin embargo, de esta cantidad, tan solo el 0,007% está disponible para consumo humano. Esto se debe a que el 69% está congelada en los polos, el 30% está como agua subterránea en los acuíferos y el 0,3% en los ríos y arroyos.

En 2015, aproximadamente 2.100 millones de personas carecían de acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura y 4.500 millones carecían de acceso a servicios de saneamiento gestionados de manera segura (OMS / UNICEF, 2017a) Se estima que alrededor de 4.000 millones de personas, que representan casi dos tercios de la población mundial, experimentan una grave escasez de agua durante al menos un mes del año (Mekonnen y Hoekstra, 2016).  (1)

Las Naciones Unidas (ONU) han decidido que el Día Mundial del Agua 2022, con el lema “Aguas subterráneas, hacer visible lo invisible”, se centre en este recurso hídrico de suma importancia que, al margen de los glaciares y los casquetes polares, supone más del 90% del agua dulce disponible en el mundo. Por el peligro de la sobreexplotación y la contaminación de las aguas subterráneas, principalmente debidos a las explotaciones agrarias. es urgente acentuar su protección y promover el equilibrio entre las extracciones y la capacidad de renovación y mejora de su estado ecológico.

“Dependemos en gran medida del agua subterránea, pero mucha gente no lo sabe. El Día Mundial del Agua 2022 debe ayudar a que la sociedad civil, el sector privado, las organizaciones internacionales y los gobiernos sean conscientes de que es necesario conseguir que el agua sea más visible”, ha asegurado Abou Amani, director de la División de Ciencias del Agua de la Unesco.

La importancia cuantitativa de las aguas subterráneas es mayor que la de las aguas superficiales, pero, al ser un “recurso oculto” con un mayor grado de inaccesibilidad, prevenir la contaminación, efectuar el seguimiento y restaurar su estado puede resultar más complejo que en las aguas superficiales.

A diferencia del agua superficial, el agua subterránea se mueve muy lentamente, lo cual tiene ventajas y desventajas: al moverse despacio, se produce un efecto de depuración natural de contaminantes orgánicos; pero también implica que es un recurso cuya gestión no es inmediata, de modo que cualquier acción tarda años en llegarse a completar.

(1) Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2019

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