Sierra de Aracena (Huelva)

La demanda de agua ha crecido de forma exponencial en la Sierra de Hueva, que cada vez más fija sus pilares económicos en un turismo creciente fuera de temporada y unos cambios de modelos agroganaderos más intensivos. Y con la demanda crece el impacto de todas estas actividades en los territorios, al tiempo que aumenta la inestabilidad meteorológica con la crisis climática.

Ante esta demanda creciente, explican desde Ecologistas en Acción, «las autoridades optan por medidas de urgencia, como se hiciera hace ya unos 10 años, cuando se construyeron los pozos de Rafael I y Rafael II, cuya sobreexplotación dejó seca la Fuente del Castaño, que abastecía la rivera del Castañuelos que a su vez se secó también y la Fuente del Rey, seca dejando tras de sí sin agua a múltiples huertas tradicionales de la zona. Es evidente el grave problema de abastecimiento de aguas a la población que sufren numerosos municipios de la sierra, con una meteorología irregular y un crecimiento exacerbado de la demanda debido a un aumento continuo de actividades económicas fuertemente extractivistas».

Pozo sin concesión administrativa

La Junta de Andalucía ha desarrollado el Proyecto de Mejora de la Eficiencia y Garantía de Abastecimiento en Alta para la Sierra de Huelva- Fase I, para abastecer de agua a nueve núcleos de población.

Ecologistas en Acción ya denunció en su día ante la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que el pozo desde el que se pretende explotar el acuífero «no cuenta con concesión administrativa ni puede obtenerla según el Plan Hidrológico de Cuenca Vigente al encontrarse a menos de 15 metros de un manantial histórico y un cauce permanente, así como varias concesiones vigentes y legales». Ahora, la organización vuelve a denunciar las malas actuaciones realizadas para la implementación de la Fase I del Anillo Hídrico.

«Este proyecto consiste fundamentalmente en la explotación de dos acuíferos, uno es el Rafael III y el otro es el Molino del Bombo, ambos en el término municipal de Aracena. Este último provee de agua al Arroyo de la Fuente del Rey, que proporcionaba el riego a las múltiples huertas tradicionales extensivas, desde esta zona hasta su desembocadura en el pantano de Aracena, que ahora está seco, cuando siempre ha sido una rivera permanente».

En peligro la supervivencia de la huerta tradicional

Para la organización ecologista, tal y cómo se ha planteado el proyecto, «pone en peligro la supervivencia de las huertas tradicionales existentes en esta zona que llevan produciendo frutas y verduras desde tiempos inmemoriales, han alimentado y alimentan a la población local, suponen un ingreso económico importante para muchas familias, fija población al territorio y forma parte del paisaje y acervo cultural serrano».

Pero, sobre todo, dicen, «son acuíferos que alimentan los manantiales y arroyos que conforman el rico ecosistema protegido dentro del Parque Natural Sierra de Aracena Y Picos de Aroche integrado en la Red Natura 2000 y que es Zona de Especial Protección para las Aves y Zona Especial de Conservación.

Impactos en la zona

La normativa del Parque impone la cooperación y coordinación obligatoria entre organismos de las Cuencas Hidrográficas competentes y ayuntamientos implicados, para garantizar que la explotación de los acuíferos se realizará de forma controlada para garantizar la conservación de zonas de protección de acuíferos o captaciones de aguas, cauces públicos, para conservar y mantener los ecosistemas de rivera que garantizan el cuidado de la biodiversidad. Competencias éstas que, según los ecologistas, «han sido descuidadas en esta actuación».

Relatan que los impactos de la puesta en funcionamiento del pozo del Molino del Bombo «no se han hecho esperar, se han secado tanto las fuentes cercanas como la rivera y los pequeños pozos particulares de la zona». Por ello, exigen a la Junta de Andalucía «un proyecto mejor medido, planificado y trabajado, basado en la tutela sensata del agua, en vez del proyecto cortoplacista y sin salida que se ha elegido para paliar el abastecimiento básico a los núcleos de población».

Aumento desmedido de los usos del agua

También advierten de que, a pesar de las políticas que marca Europa y Naciones Unidas a raíz del Cambio Climático y sus consecuencias, «son cada vez más los proyectos contrarios a estos criterios los que se aprueban en el territorio serrano, sordos y ciegos a la realidad que nos rodea, aumentando exponencialmente con nuevos usos el consumo de un agua que no hay».

Se refieren a los «regadíos industriales de dudosa rentabilidad social en manos de multinacionales en los Llanos de la Belleza; proyectos de nuevos regadíos industriales al sur de Aracena sustituyendo dehesa y paisaje por explotaciones agrícolas industriales; crecimientos urbanísticos de segundas y terceras residencias que supondrán consumos per cápita muy superiores; instalación de grandes industrias cárnicas que se asientan buscando la marca del territorio sin aportar producto ni empleo de calidad; proyectos de nuevas explotaciones mineras, grandes consumidoras de agua para sus procesos; y el crecimiento de usos turísticos que consumen gran cantidad de agua. Por ejemplo, los campos de golf.

Ante este panorama, Ecologistas en Acción cree que hay una necesidad «urgente e ineludible» de abrir un debate público, participativo, «capaz de dar voz a todas las partes implicadas y afectadas, para buscar un consenso basado en el conocimiento no sólo técnico, sino incorporando conocimientos históricos, culturales, territoriales y con participación amplia de la población junto a las instituciones».

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