Según 14 organizaciones sociales y ambientales, el PSOE ha sacrificado la posibilidad de tener una Ley de Movilidad Sostenible ambiciosa que permita a la ciudadanía tener un sistema multimodal de transporte descarbonizado, eficiente, sostenible, justo e inclusivo en España. Además, advierten de que es el mismo proyecto de ley sin cambios ni mejoras, carente de ambición climática, con la intención de hacerlo a toda prisa, por la vía de urgencia.
«Con el envío al Congreso de los Diputados, por segunda vez, del mismo y decepcionante proyecto de Ley de Movilidad Sostenible, el PSOE ha generado una especie de efecto del ‘día de la marmota’, convirtiendo su tramitación parlamentaria en una situación repetitiva», manifiestan desde la coalición de organizaciones ambientales, sociales, sindicales, ecologistas y juveniles que trabajan unidas en la mejora de esta propuesta legislativa.
«Inconsistencia y falta de ambición»
«Esta inconsistencia y falta de ambición», dicen, ya provocó en la pasada legislatura la presentación de 975 enmiendas por parte de los grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados. Una parte muy considerable nacieron de las propuestas de estas entidades. Por ello, advierten de que «el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible parece ser ajeno a la creciente gravedad del cambio climático y a su propia nomenclatura. Ha decidido volver al punto de partida inicial, presentando exactamente el mismo proyecto de ley que ya suscitó un fuerte rechazo en la legislatura pasada».
En el Estado español, según los datos del MITECO incluidos en el «Inventario nacional de emisiones de gases de efecto invernadero: serie 1990-2021», el sector con más peso en el global de las emisiones de GEI en 2021 continúa siendo el transporte (un 29,6 % del total) y, dentro de este, el transporte por carretera, el cual por sí solo supone un 27,8 % del total de las emisiones de GEI del Inventario.
Hacia la neutralidad climática
Entre las propuestas de las organizaciones para revertir esta situación durante la tramitación de la Ley de Movilidad Sostenible destaca la obligación de conseguir la neutralidad climática del sector transporte-movilidad lo antes posible, siempre antes del 2050, con objetivos intermedios de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para el 2030 y 2040 en relación a los niveles de emisión existentes en 1990.
Calidad del aire
También piden objetivos concretos de mejora de calidad del aire para todas las ciudades en 2030 en línea con los valores guía de la Organización Mundial de la Salud en su versión más reciente; la exclusión de cualquier referencia (explícita o implícita) al combustible fósil como posible energía alternativa o combustible de transición; concretar mecanismos de financiación del transporte público para garantizar la calidad y sostenimiento del sistema, a largo plazo y de forma estable, fijando una aportación mínima y máxima del Estado a la financiación del transporte público, y concreción de las otras fuentes de ingresos de las que debe nutrirse el sistema; recoger medidas específicas para garantizar que la movilidad sostenible llegue realmente al medio rural, debidamente adaptadas a la propia idiosincrasia de estos territorios, así como fomentar la movilidad eléctrica en todo el territorio.
En defensa del ferrocarril
La integración de la eficiencia energética como eje fundamental de la ley, optando por un sistema multimodal de transporte que tenga como columna vertebral el transporte público y los tres modos más sostenibles: el peatonal, el ciclista y el ferroviario, es otra de las cuestiones que plantean las organizaciones.
«Haciendo una firme defensa y fomento del ferrocarril, tanto de personas como de mercancías; recuperando los trenes nocturnos y poniendo a España al nivel de la UE en el porcentaje de mercancías transportadas por ferrocarril; incorporando un objetivo de alcanzar una cuota modal del 18 % en 2030 respecto al total de mercancías transportadas por vía terrestre y de, al menos, el 35 % en 2040, y otorgando la debida prioridad a la electromovilidad en el transporte de personas y mercancías por carretera.
Transporte aéreo
En este sentido, piden incluir medidas de reducción de los graves impactos sociales, ambientales y climáticos del transporte aéreo, como pueden ser la eliminación de los vuelos domésticos entre ciudades para los que exista una alternativa ferroviaria, adecuada en términos de conectividad y seguridad y de menos de cuatro horas de duración.
Combustibles renovables de cero emisiones
Otra reivindicación es el establecimiento de una hoja de ruta con objetivos concretos para el despliegue de combustibles renovables de cero emisiones derivados del hidrógeno verde para la aviación y el transporte marítimo, que vaya más allá de los mínimos exigidos por la UE, aprovechando así el elevado potencial de generación de hidrógeno verde del que dispone España.
Asimismo, insisten en la mejora del planteamiento y los objetivos de los planes de movilidad sostenible al trabajo, para que reflejen la realidad del tejido empresarial de España; dar prioridad a la movilidad activa frente a la motorizada, especialmente en la planificación del espacio urbano, y volver a incluir los conceptos de «cero emisiones»; incluir el desarrollo permanente de una estrategia estatal de la bicicleta; modificar el sistema de etiquetado de vehículos «obsoleto y engañoso», por su potencial contaminante, de manera que incluya el parámetro de las emisiones de CO2 de los distintos modelos de vehículos y clasifique la relación de tecnología y emisiones de forma real.
Concepto de «pobreza en el transporte»
Y finalmente, las organizaciones reclaman medidas concretas que garanticen una transición justa en el sector del transporte e incorporar el concepto de «pobreza en el transporte» y el emplazamiento al Gobierno para la elaboración de una Estrategia Nacional que diagnostique, prevenga y combata estas situaciones de vulnerabilidad.