En lo que dentro de un tiempo será un nuevo hotel de lujo de la cadena Four Seasons ahora mismo sólo hay cuatro paredes. El grupo Villar Mir, promotor del complejo Canalejas, ha mantenido las fachadas históricas de los edificios y ha vaciado el resto, dejando un solar inmenso en el centro de Madrid, pero también conserva otros 16.170 elementos en una nave de Azuqueca de Henares.

A cuarenta minutos de Madrid, en un polígono industrial de esta localidad -que es la primera de la provincia de Guadalajara si se recorre la Nacional II desde la capital-, hay varios tesoros guardados. Rejas, puertas, vidrios y piedras con algún valor histórico que proceden de alguno de los edificios del complejo de Canalejas.

Están a buen recaudo en una nave, en un almacén inmenso propiedad de OHL, que la compañía abrió a un grupo de periodistas ante las críticas y contratiempos judiciales que ha recibido el proceso de construcción.

En el espacio están catalogados y depositados 16.170 elementos. El responsable del proyecto, Francisco Meliá, precisó que el grupo sólo tenía obligación legal de preservar 3.500 piezas y que el propio grupo constructor decidió guardar también piezas que tuvieran algo de valor.

Pero no se limitan a guardarlo sino a restaurarlo, para lo que han contado con varios talleres y artesanos del vidrio, de la carpintería, de la forja y de los mármoles.

En el conjunto de las piezas que expusieron a los reporteros destacan unas rejas decorativas de 1941 y medio centenar de farolas originales de Canalejas 14 -de 1897-, así como vidrieras de estilos clasicista y art déco.

En algunos casos, las piezas estaban deterioradas y castigadas por las condiciones en la que se encontraban los edificios, llenos de humedades y hasta con “cables pelados y colgando”, según Meliá. En otros casos, los elementos decorativos incluían chapuzas que se habían colocado en las sucesivas reparaciones.

Uno sale de la nave con la impresión de que nada histórico queda de los edificios del complejo Canalejas, no tanto porque se hayan derruido sino porque fueron remozados tantas veces que su valor se ha ido diluyendo a lo largo del siglo de historia que tiene.

Pese a que algunas piezas tienen un valor histórico cuestionable, a la luz de las múltiples adendas que se han acometido en los inmuebles, tanto el Ayuntamiento como la Comunidad de Madrid -así como la opinión pública- tienen a OHL bajo el foco. Especialmente tras el desencuentro de las crujías.

A vueltas con las crujías

Al abrir las puertas de su almacén, OHL quiso demostrar que está respetando el patrimonio histórico del complejo Canalejas. No obstante, las posibles irregularidades en las que la constructora incurrió durante el desmontaje de los inmuebles volvieron a ser motivo de discusión durante la visita guiada a la nave de Azuqueca.

Meliá afirmó que el único problema que se ha producido es una diferencia de opiniones entre las autoridades y la empresa en la interpretación del concepto de crujía, el espacio entre la fachada y la primera línea de pilares, que también había de ser respetada.

Fruto de las obras de desmontaje, reconoció Meliá, se destruyó aproximadamente un 2% de éstas, aunque aseguró que era una pérdida inevitable, debido al deterioro de los edificios. Sea como fuere, ese 2% ya no está, así que Ayuntamiento y Comunidad tendrán que ver si sus actos tienen consecuencias.

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