Estos días los operarios comienzan a retirar la segunda ruta ciclista en Elche por orden del Gobierno municipal compuesto por la coalición de derechas.
Según destaca The Guardian, la semana pasada se desmanteló el carril bici de la Avenida Juan Carlos I de Elche por un coste de 38.000 euros y ahora ha iniciado las obras de eliminación de un segundo carril bici en la calle José María Buck.
El pasado lunes varios manifestantes intentaron impedir que los trabajadores municipales eliminaran un carril bici. Un grupo de ciclistas bloqueó parte de la ruta José María Buck, durante una protesta contra las obras de remoción.
Claudio Guilabert, concejal responsable de Movilidad de la localidad, explicó en rueda de prensa que las obras en la Avenida Juan Carlos I «se estaban llevando a cabo porque los padres del colegio jesuita Santa María-Jesuitinas se quejaron de que se veían obligados a aparcar en doble fila delante del colegio, ya que, como ocurre con muchas ciudades españolas, el carril bici estaba separado de la calzada por una fila de coches aparcados».
El ayuntamiento afirma que el carril bici José María Buck no es seguro para ciclistas y peatones y ha provocado 10 accidentes menores en 18 meses.
La predecesora de Guilabert, Esther Díez, ha calificado de “bárbaro” el plan para crear un sistema en el que los ciclistas compartieran el espacio viario con coches y motos y ha afirmado que el nuevo Gobierno estaba impulsado por el “fanatismo”.
La eliminación de las rutas ciclistas ha demostrado ser una política popular para los gobiernos de derecha, empezando por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, en 2019, pero no es sólo es la derecha la que ha descubierto que hay votos a favor del automóvil, explica el digital.
Pone el ejemplo del primer acto como alcalde de Barcelona del socialista Jaume Collboni, cuando anunció que un tramo de la calle Pelai que había sido peatonalizado «se reutilizaría para atender la demanda de plazas de aparcamiento».
Bajo la anterior administración de Ada Colau la ciudad se ganó una reputación por su esfuerzo por humanizar el espacio público. Sin embargo, con el apoyo de los medios locales, Collboni ganó las elecciones a la alcaldía en mayo, calificando a Colau de candidata “antiautomóviles”, explica.
Collboni ha dicho que cree que la solución pasa por una transición a los vehículos eléctricos y ha ofrecido a los ciudadanos 2.500 euros si cambian su coche convencional por uno híbrido o eléctrico, una política que describe como “una agenda verde con un corazón [socialista] rojo”.
