¿El karaoke es japonés? Quizá la palabra, pero en el mundo 2.0, el karaoke no sólo es español. Es de Logroño.

Miguel Ángel Díez Ferreira, cofundador y CEO de Redkaraoke, visita la redacción de SABEMOS para enfrentarse a las cámaras de Viajando con Fetka, el programa de entrevistas que grabamos con una planta del Ikea porque el único Chester que nos cabe en el estudio es la mascota de los Cheetos. 

Nos conocimos Las Vegas hace ya unos cuantos años. Él se había mundado a San Francisco con su mujer para hacer las Américas y aprender. En Las Vegas, donde se celebraba el Consumer Electronic Show (CES), la mayor feria del sector, su objetivo era mantener reuniones para meter la aplicación con la que nació la empresa, Redkaraoke, en los televisores inteligentes, un mercado que entonces se antojaba muy vibrante.

No lo era. No había llegado su momento. «La gente ha utilizado poco Redkaraoke en los smart-TV. Y eso si llegaban a abrir la aplicación», explica hoy. La primera aplicación de la compañía servía, básicamente, para grabarse cantando y compartirlo, y los televisores inteligentes apenas tenían entonces capacidad de grabar imagen y audio. 

En realidad, la historia de Redkaraoke es un relato de superación. La compañía nació en 2007 con un modelo de negocio basado en la publicidad, y que ponía mucho foco en la audiencia. «Durante tres años fuimos virales y nos lanzamos a comercializar publicidad. Fue todo un éxito en EEUU, aunque más relativo en Japón. Pero llegó la crisis en la publicidad. Triunfaron modelos como Facebook, Twitter o Tuenti, que generaban muchos más impactos de los que éramos capaces de generar, y tiraron los precios. No podíamos crecer a ese ritmo, era imposible competir. Además, no había anunciantes específicos de entretenimiento. Y para los que había, ser los líderes del karaoke no era suficiente».

Toca el primer gran cambio de rumbo. En 2011 lanzan un servicio freemium, con una parte gratuita y otra de pago, y con ambición multidispositivo. «Fue entonces cuando me mudo a EEUU para aprender. Me reuní con mucha gente, y aprendí todo lo que pude de Netflix. Tuvimos que cambiarlo todo, no tenía nada que ver un modelo basado en publicidad que otro basado en suscriptores. Hubo que empezar casi desde cero, y sabíamos que nos arriesgábamos, porque hacer que una comunidad que está acostumbrada a lo gratuito se pase al pago puede ser un drama».

Aunque la transición se logró, y con éxito, no tardaron en llegar a un momento de estancamiento. «La facturación no crecía. Además, nosotros nacimos como producto de escritorio, y comenzaron además a surgir aplicaciones de karaoke nativas para el móvil que lo hacían mejor que nosotros». A Miguel Ángel se le oscurece el gesto al hablar de este periodo. La compañía tuvo que ajustar costes, incluidos los laborales, de forma drástica, con todos los problemas que eso supone. Fue un momento crítico, y quizá no estaríamos sentados hablando de no ser porque se encendió la proverbial bombilla.

No dejábamos de preguntarnos ¿qué estamos haciendo mal?

«No dejábamos de preguntarnos ¿qué estamos haciendo mal? En los comentarios de la aplicación había dos tipos de usuarios muy extremos. Algunos nos adoraban, y otros cargaban en contra del producto, incluso con saña. Revisando los comentarios descubrimos que había una disonancia porque esos usuarios que nos criticaban esperaban un karaoke y se estaban encontrando un producto pensado como estudio de grabación. Y empezamos a trabajar para darles precisamente eso». Fue el origen de Karaoke Party by Redkaraoke, un producto que permite llevar una fiesta de karaoke al salón de tu casa, haciendo que el smartphone actúe como micrófono y consiguiendo voz amplificada. «Empezamos llevando el karaoke a Internet y ahora llevamos Internet al Karaoke«, sonríe el directivo.

Para conseguirlo, esta vez sí, ha sido clave tener alianzas con los grandes fabricantes de televisores, tales como Samsung, LG o Panasonic. «La próxima versión en los grandes fabricantes coreanos no necesitará siquiera tener un Chromecast o Google TV», subraya. También destaca que ya están presentes en tres mercados de aplicaciones menos conocidos pero que les permiten llegar a otras 300 marcas en todo el mundo (Netrange, Foxxum y Opera Market)

Hoy, la compañía espera encontrar buena parte de su rentabilidad generando aplicaiones de karaoke de marca blanca para dispositivos como los set-top box de algunas operadoras. Y siempre con un enfoque global, jamás centrándose en un único mercado. Todas sus aplicaciones están localizadas en 9 idiomas, y sirve canciones en 31 diferentes. En España triunfan Mecano, Luis Miguel o Marta Sánchez. En EEUU, Frozen, los Beatles o Lorde. ¿Una de las lecciones peculiares que ha aprendido el directivo? «No tiene nada que ver la música que escucha la gente con las canciones que canta».

¿Y dónde está el dinero con el nuevo modelo? «La mitad de las canciones son gratis, pero si montas una fiesta en casa siempre llegará un momento en el que te pidan una canción y preferirás pagar»

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