Las negociaciones entre el PP y Ciudadanos para dar estabilidad a gobiernos autonómicos y municipales marchan por buen camino. Tal es así que los populares dan por hecho que contarán con el apoyo de C´s para gobernar en las cuatro autonomías donde los votos del partido de Albert Rivera son imprescindibles (Madrid, Castilla y León, La Rioja y Murcia). La lealtad y el compromiso que Ciudadanos demuestra en las negociaciones es el motivo para que algunas familias del PP se planteen presionar a Rajoy con el objetivo de concurrir con Ciudadanos a las elecciones generales de finales de año.

Lejos quedan ya los ataques que los dirigentes populares dedicaron al partido de Albert Rivera durante la campaña de los comicios autonómicos y municipales del pasado 24 de mayo. Ahora la sintonía es otra. Una sintonía que va más allá del pacto de no agresión y que, en el caso de algunos sectores del PP, conllevaría la posibilidad de ofrecer a Ciudadanos una alianza para concurrir juntos a los próximos comicios para elegir representantes en las Cortes Generales.

Algunos dirigentes del Partido Popular han hecho llegar a Rajoy tal cuestión. Su análisis de la situación es simple: no basta con cambios –cosméticos o no- en el Gobierno y en el PP; no es suficiente con la teoría de mayor proximidad al ciudadano y con una mejor política de comunicación; es necesario motivar con nuevas políticas a las clases medias para que vuelvan a confiar en las fuerzas del centro-derecha; y hace falta un golpe en la mesa que evite el batacazo del PP en las elecciones generales y frene el avance del frente popular que conformarán los partidos de la izquierda.

Estos dirigentes del PP son conscientes del importante número de votos que se fugan de su partido a Ciudadanos (un reciente artículo de SABEMOS cifró el trasvase en dos millones de electores, según los datos demoscópicos facilitados por el CIS) y hacen sus cálculos de lo que ganarían los populares en el caso de concurrir en alianza con C´s a los próximos comicios legislativos. Según esos cálculos, el PP podría lograr, en el mejor de los casos, ciento cuarenta escaños al Congreso y Ciudadanos, en torno a otros cuarenta. La alianza entre los dos partidos podría llegar a una mayoría absoluta en la Cámara de ciento ochenta diputados.

El escollo del cabeza de cartel

Estos sectores del PP consultados por SABEMOS constatan que su partido no está alejado ideológicamente de Ciudadanos. Ambas fuerzas políticas comparten los mismos ideales sobre la defensa de la Constitución y la integridad de la nación española; los dos son beligerantes en su oposición a los nacionalismos excluyentes y desintegradores. Y apuestan por los mismos principios de crecimiento económico y contención del gasto y el déficit.

Es por eso que el electorado de centro-derecha no desconfiaría de una alianza electoral entre ellos. Es más, serviría para motivar a los votantes que han decidido abandonar al PP, llevando su voto o bien a Ciudadanos o a la abstención, según señalan las mismas fuentes.

El gran escollo de esa alianza electoral de las dos fuerzas de centro-derecha sería determinar quién sería el candidato a la Moncloa. Habría que ver qué oferta es aceptable por parte de Ciudadanos. En cualquier caso, las fuentes populares consultadas por SABEMOS creen improbable que el partido de color naranja aceptase a Mariano Rajoy como cabeza de cartel y dan por hecho que tratarían de situar a Albert Rivera en la primera línea de salida.

Los socialistas piden un adelanto electoral

Así las cosas, algunas familias del PP creen que una coalición entre los populares y el partido de Albert Rivera es la única vía para frenar a las fuerzas de izquierda en las urnas. La política –como el fútbol y otras facetas de la vida- es un estado de ánimo. Y qué decir tiene que, tras las elecciones del 24 de mayo, el ambiente en el PSOE y Podemos es de satisfacción por arrebatar poder a la derecha.

Ayer, sin ir más lejos, durante la sesión de control al Gobierno en el Senado, los socialistas, crecidos, no tuvieron empacho en pedir a la cara de la vicepresidenta primera del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que el PP –con mayoría absoluta en las dos cámaras- disuelva las Cortes y convoque elecciones.

Ciudadanos, por su parte, trata de sacar el mayor partido posible a la situación. Conscientes de que no están siendo sencillos los pactos entre las fuerzas de la izquierda en algunos territorios, los dirigentes del partido de Albert Rivera se postulan para hacerse con el bastón de mando del Ayuntamiento de Valencia –con el apoyo del PP y el PSOE- si los socialistas rompen con los puentes de diálogo con Compromís y Podemos.

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