España es uno de los países más expuestos a la posible salida del Reino Unido de Europa. En los últimos meses se han retirado más de 50.000 millones de inversión española ante la amenaza del ‘Brexit’. El sector financiero soporta el mayor riesgo por el alto volumen de bonos británicos en cartera.

A menos de un mes de la celebración del referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, la incertidumbre sobre una eventual salida y sus condiciones preocupa a todos aquellos que apostaron por la isla como centro clave en su negocio.

Entre los posibles afectados por el denominado ‘Brexit’ se encuentran varias compañías españolas y sobre todo grandes bancos, cuyas pérdidas podrían afectar al mercado en su conjunto. De hecho, Reino Unido es a el quinto mayor inversor en España con más de 63.000 millones de euros en los últimos 11 años, y ha creado unos 214.000 empleos directos e indirectos.

Por otro lado, ha aportado 3.600 millones de euros en impuestos a la Administración General del Estado y más de 2.700 millones de euros a la Tesorería General de la Seguridad Social, según los datos de la Cámara de Comercio Británica en España.

Las consecuencias previsibles de la salida británica son poco esperanzadoras: la depreciación de la libra y la desaceleración de la economía local serían los efectos a corto plazo que más afectarían a los socios europeos y globales.

“Las consecuencias más evidentes del ‘Brexit’ serían una depreciación de entre el 10% y el 15% de la libra, lo que afectaría a las compañías europeas a la hora de cambiar beneficios, y la desaceleración de la economía, con la caída del PIB, la inflación y el empleo, como consecuencia de la desconexión con Europa. Ya no será un foco de referencia para montar negocios. Quizás las empresas residentes puede aprovechar la caída de la libra para exportar”, explica Jaime Díez, analista financiero en XTB.

Como siempre, los mercados se han adelantado al peor escenario posible, el del ‘no’ a la permanencia, y esto se ha reflejado en la evolución de la inversión global española en los últimos meses, que ha pasado de los 111.000 millones de euros el pasado año a los 60.000 millones actuales, según los datos de la Cámara Oficial de Comercio de España en Gran Bretaña.

La fuga de capitales españoles ya ha costado 51.000 millones al mercado británico y los inversores están a la espera de lo que ocurra el próximo día 23 para decidir si siguen sacando dinero.

“El parón en las inversiones se debe a que los inversores no quieren dar ningún paso hasta saber qué pasa y cuáles son las condiciones. Como no hay un plan de salida establecido, los flujos se han paralizado completamente. Si Reino Unido saliera habría un castigo a nivel global por parte de los inversores, por ejemplo con un retorno masivo a la renta fija”, añade el especialista.

Las pérdidas de los que apostaron por UK

Las empresas cuyo proceso de internacionalización incluye Reino Unido come mercado clave son las que registran una mayor exposición ante una eventual salida de la UE. En este sentido, algunas españolas se encuentran en primera línea de batalla, ya sea por su volumen de inversión como por su cotización en el mercado británico.

Este es el caso del banco Santander, su filial británica generó un beneficio neto de aproximadamente 1.500 millones (23%) el pasado ejercicio, la mayor contribución en volumen por países. Si se aplica la depreciación estimada por los expertos de la libra, este beneficio podría resentirse en más de 226 millones de euros.

Además, el mercado británico acumula cerca de 300.000 millones de euros en créditos del banco y 232.000 millones en depósitos, lo que reduce aún más la libertad de respuesta del banco ante el peor de los escenarios.

Otro de los grandes afectados sería IAG –holding que aúna Iberia, Aer Lingus, British Airways y Vueling-, cuya filial británica mueve un beneficio superior a los 2.500 millones de euros. La depreciación de la moneda británica supondría una pérdida de aproximadamente 376 millones para British Airways.  

Ferrovial también tiene una buena pieza de la tarta invertida en territorio británico, ya que actualmente es el primer mercado por ingresos de la compañía de Rafael del Pino a través de su filial Amey. El 36% de sus resultados netos en el último ejercicio tuvieron como fuente de origen Reino Unido, un total de 173,9 millones de euros.

Para la compañía de infraestructuras y servicios el descenso de sus beneficios ante una caída del precio de la libra ascendería a los 26,1 millones de euros.

Por último, otra de las grandes exposiciones ante una eventual salida sería Banco Sabadell. La entidad se hizo recientemente con el británico TSB, el cual incrementó en 62 millones el beneficio global durante el primer trimestre del año. Con el nuevo tipo de cambio, esta cifra podría verse reducida en 9,3 millones.

Las pérdidas en beneficios de los principales inversores españoles en Reino Unido sumarían un total de casi 616 millones de euros.

“España está especialmente expuesta en relación al sector bancario. No es tanto un riesgo comercial como un riesgo operativo financiero, por la cantidad de bonos británicos que acumulan las entidades españolas en cartera. Además, el Ibex 35 tiene una alta dependencia de la banca -un 30% del volumen de cotizadas- por lo tanto sería uno de los más penalizados a nivel global”, señala Jaime Díez.

Pero no sólo el sector privado está en riesgo, el crecimiento global de Europa y su fiabilidad ante el resto de mercados también se pondría en entredicho.

“Que Reino Unido salga de Europa supone una mala noticia vía crecimiento. El ‘Brexit’ podría disminuir entre 50 y 150 punto sobre el PIB el crecimiento global y elevar la prima de riesgo española entre 100 y 200 puntos, poniendo en duda el proceso de conformación de la UE”, explicaba Nicolás Fernández Picón, director de Análisis de Bolsa y Crédito de Banco Sabadell durante su intervención en el foro Medcap.

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