La presidenta de Reporteros Sin Fronteras (RsF) en España, Malene Aznarez, ha asegurado este miércoles que desde su organización se ha recomendado a «muchos freelance jóvenes e inexpertos» que no vayan a Siria a cubrir el conflicto porque «es una locura».

Aznarez ha recordado en declaraciones a Europa Press algunas de las recomendaciones de RsF a los periodistas que acuden a cubrir zonas de conflicto: seguir todos los protocolos de seguridad, llevar chaleco antibalas y casco o hacerse los seguros internacionales.

En el caso de su organización, facilitan a sus socios un teléfono abierto 24 horas de asistencia, un seguro a un bajo precio y los citados cascos y chalecos, algo que tenían los tres periodistas españoles desaparecidos en Siria (Antonio Pampliega, José Manuel López y Ángel Sastre), puesto que pertenecían a RsF.

«Muchos periodistas españoles han decidido seguir yendo a Siria a pesar de la situación, son muy experimentados en la zona y en otros conflictos y saben muy bien a lo que se arriesgan, incluso jugándose la vida. Los periodistas son libres de acudir a informar», ha explicado.

En cualquier caso, reconoce que el año pasado, con los asesinatos ‘en directo’ de varios periodistas, «se cruzó una línea roja» que ha hecho que descienda el número de profesionales de la información en esta zona, hasta crear «un agujero negro» informativo.

«Falta información rigurosa y de calidad, lo que llega es propaganda de un lado y de otro, Daesh ha conseguido con secuestros y asesinatos que no haya prácticamente periodistas. Los grandes medios internacionales han dejado de enviar a corresponsales y los freelance, que hasta el año pasado eran abundantes, han dejado de ir porque los riesgos son altísimos», ha añadido.

Según las estimaciones de RsF, a día de hoy hay en torno a 25 o 30 informadores desaparecidos o secuestrados en Siria, con una amplia mayoría de periodistas locales («normalmente olvidados en Occidente»). El que más tiempo lleva en esta situación, desde agosto de 2012, es Austin Tice, freelance que colaboraba con The Washington Post.

«El lugar más peligroso»

En su último informe anual, RSF advierte de que Siria es el país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo y «el más mortífero», y recuerda que de los 119 periodistas secuestrados en 2014, 27 fueron en Siria, y de los 66 asesinados, 15 lo fueron en ese territorio.

En el informe, la organización denuncia que el Daesh (acrónimo de Estado Islámico) puso en marcha en 2014 «una industria sangrienta» de secuestros y ejecuciones de periodistas, cuyo punto «álgido» fueron las decapitaciones de los reporteros estadounidenses James Foley y Steve Sotloff, según recoge la agencia Efe.

Siria se convirtió en 2013 en el país más peligroso para los informadores, después de que más de la mitad de los 87 secuestros de periodistas que se registraron ese año en el mundo tuvieran lugar allí. Entre ellos destacaron los de los españoles Javier Espinosa y Ricardo García Vilanova, liberados el 30 de marzo de 2014 tras más de seis meses de secuestro.

Unos días antes, el 2 de marzo de 2014, quedaba en libertad el corresponsal de El Periódico de Catalunya Marc Marginedas, secuestrado seis meses antes en los alrededores de la ciudad de Hama, en el centro de Siria, por yihadistas del entonces denominado Estado Islámico de Irak y del Levante (EIIL).

Espinosa, periodista del diario El Mundo, y el fotógrafo ‘freelance’ Ricargo García Vilanova también fueron secuestrados por el EIIL en un puesto de control de Tal Abyad, en la provincia de Raqqa, fronteriza con Turquía.

 

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