El presidente del partido difunde la hoja de ruta que obligará a seguir a todos sus cargos en las negociaciones postelectorales. Los de Burgos y Palencia ya se habían inclinado por despejar el camino a los alcaldes populares, cosa que no podrán hacer sin el beneplácito de la dirección.

“No va a haber excepciones ni tampoco vamos a doblar la rodilla ante ninguna situación particular”. Albert Rivera había sido el lunes muy contundente a la hora de reafirmarse en su decisión de no facilitar la investidura de candidatos que no asuman las propuestas de Ciudadanos. Dichas medidas se agrupan en cuatro bloques -pacto anticorrupción, transparencia y regeneración, reactivación económica y cohesión social- y fueron ayer trasladadas por escrito a los cargos electos del partido, recordándoles que no están facultados para negociar por libre y que cualquier decisión debe ser validada por la dirección.

Para controlar los movimientos 756 grupos municipales y diez autonómicos -a los que habría que añadir los de las cámaras andaluza y catalana-, Rivera ha creado un comité ad hoc que preside el subsecretario de Organización, José María Espejo. Dicho organismo celebró ayer su primera reunión y garantizó que Ciudadanos no pactará «con aquellos partidos que no acepten el compromiso por la regeneración democrática». Dicho compromiso es el célebre decálogo que ya puso a Susana Díaz como condición para abstenerse en su investidura y que incluye la obligación de celebrar primarias en todas las formaciones.

La formación ha creado un órgano ‘ad hoc’ para seguir las negociaciones de sus cargos públicos

Esa es sólo la condición previa, necesaria para sentarse a negociar. Luego, los cargos de C´s pondrán encima de la mesa sus propuestas de transparencia -listas abiertas, supresión de aforamientos, restricción de las puertas giratorias-, de reactivación económica –priorizar la investigación, bajar el IRPF– y de cohesión social -defensa de la sanidad y la educación como servicios públicos esenciales-. Si el candidato que busca el apoyo de Ciudadanos se aviene a asumir una parte importante de ellas, se contemplaría la abstención o el voto favorable. En todo caso, «cualquier propuesta de acuerdos deberá ser aprobada por la Comisión Ejecutiva del partido», reza el citado documento, y «el contenido completo de los acuerdos se hará público y su cumplimiento será evaluado periódicamente».

Rivera quiere tenerlo todo atado y evitarse sorpresas o que su partido tenga posiciones contradictorias en algunas partes de España. Su proyecto es «de país», como no para de repetir, y el discurso único es una pieza fundamental para dotarlo de credibilidad. Con esta ratificación de sus exigencias compromete el devenir político de varios barones del PP, en especial el de la candidata a la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. Necesita los votos a favor de los 17 diputados de Ignacio Aguado para ser elegida presidenta y ya sabe que no lo logrará si no hace suya en gran parte la hoja de ruta que incluye un total de 26 directrices concretas. En otras regiones, como Castilla y León, Murcia o La Rioja, el PP puede buscar alternativas o negociar una abstención de Ciudadanos, algo que en ningún caso ocurrirá si no se instauran primarias.

Ni siquiera se sentarán a hablar quien no se comprometa con las primarias para elegir a los candidatos

La iniciativa de la formación naranja se produjo después de que algunos de sus miembros, como la número uno por la ciudad de Burgos, Gloria Bañeres, se mostraran favorables a facilitar la investidura del candidato más votado. “En principio nos abstendremos en la investidura. Es una directriz que nos marca el partido a nivel nacional. Es cierto que hay una comisión de pactos, que igual hace estudios concretos según las ciudades, pero en un principio nuestra postura es esta”, señaló Bañeres tras adjudicarse cuatro concejales en la ciudad de El Cid y saberse determinante en un ayuntamiento donde el PP perdió el domingo la mayoría absoluta. Reacción parecida tuvo su homólogo en Palencia, Juan Pablo Izquierdo, que también se inclinó por despejar el camino al candidato popular, Alfonso Polanco. Rivera ha visto que algunos de los suyos iban demasiado deprisa y ha puesto los puntos sobre las íes.

La verdadera directriz que marca Ciudadanos es la de oponerse a la investidura de los alcaldables en esa primera votación donde requieren mayoría absoluta para hacerse con el bastón de mando. Si en la segunda le basta con los votos de sus concejales, el partido naranja tampoco lo evitará con alianzas múltiples junto al resto de la oposición. Las candidaturas más votadas en los ayuntamientos donde C’s tiene representación decisiva tienen, pues, mucho más fácil el camino que los aspirantes de las autonomías, que se encontrarán con un persistente ‘no’ a su investidura si no asumen el pacto anticorrupción que ya ha provocado tres rechazos a Susana Díaz en Andalucía.

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