Ya no tienen cargos orgánicos dentro del PSOE, pero mantienen cierto grado de influencia en el partido. Ministros de la época de Felipe González, altos cargos de la Administración socialista de finales de los ochenta y principios de los noventa, barones territoriales de las primeras legislaturas autonómicas que constituyen lo que se conoce como la vieja guardia socialista. SABEMOS ha querido tomar la temperatura a la actualidad política con algunos de ellos y todos coinciden en lo mismo: los pactos con Podemos pasarán factura al PSOE en las próximas elecciones generales.

Las estrategia de acercamiento al partido morado que ha puesto en marcha el líder socialista, Pedro Sánchez, para ganar poder autonómico y municipal no convence –ni mucho menos- a todo el PSOE. Tampoco agrada la intención declarada por la Ejecutiva socialista de aislar al PP en las instituciones.

Las declaraciones que concedió a la agencia Efe el pasado fin de semana el ex presidente socialista de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, han removido las aguas entre la vieja guardia socialista. Considera el antiguo barón autonómico que Ferraz se precipitó al decir que nunca pactaría con los populares, al tiempo que se permite dar un consejo al secretario general del PSOE: “Si yo estuviera en su piel tendría cuidado, porque al partido le han nacido unos parientes próximos y si se mete en la cama con alguno de ellos, no sé si va a salir vivo”.

No son tan gráficos otros integrantes de la vieja guardia socialista consultados por SABEMOS, pero sí igual de críticos. En opinión de estos, si Pedro Sánchez se presenta a las elecciones generales –eso todavía está por ver- perderá con claridad las elecciones generales, porque un giro a la radicalidad deja el centro político en bandeja al PP.

Pedro Sánchez, en septiembre: “Jamás pactaré con Podemos”

No olvidan estos dirigentes históricos la declaración de intenciones que el secretario general de su partido hizo al poco tiempo de llegar al cargo (“jamás pactaré con Podemos porque quiere convertir a España en Venezuela”, dijo Sánchez a mediados de septiembre del año pasado) y la estrategia que la Ejecutiva socialista sigue en la actualidad. “Al electorado no se le engaña fácilmente. Y las mentiras en política tienen su precio”, asegura en privado uno de esos dirigente históricos del PSOE.

Tampoco olvida la vieja guardia socialista las consecuencias nefastas que tuvo para el anterior presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el hecho de que hiciera suyo el cordón sanitario del PP generado por los pactos del Tinell, suscritos en Cataluña con los nacionalistas radicales.

Los dirigentes históricos consultados por SABEMOS creen que Sánchez se equivoca de plano en hacer seguidismo del partido de Pablo Iglesias. “A cambio de las escasas monedas de un poder menor, el PSOE está a punto de comprometer su futuro como partido hegemónico de la izquierda”, afirma también en privado otro integrante de la vieja guardia socialista.

Así lo avisa, por su parte, Joaquín Leguina: «Que hagan en Ferraz lo que quieran, pero que tengan cuidado. No me lo invento yo, lo han dicho los líderes de Podemos: quieren comerse el espacio socialdemócrata que ha ocupado el PSOE desde su fundación».

Parecida lectura de la situación en el partido del puño y la rosa hacen los estrategas de la calle Génova. Así, el argumentario con el que los dirigentes del PP tratarán de bombardear a los votantes de aquí a las elecciones generales se basará en tres ejes: primero, el PSOE se echa al monte de la radicalidad de la mano de Podemos; segundo, Pedro Sánchez es una copia de José Luis Rodríguez Zapatero; y, tercero, la única fuerza que se sitúa en el centro político es el Partido Popular.

Así las cosas, los pactos entre el PSOE y Podemos avanzan con éxito en autonomías como Extremadura y Castilla-La Mancha y se hacen más arduos en la Comunidad Valenciana y Baleares, donde el partido morado apoya a Compromís y Mès respectivamente para liderar los Ejecutivos autonómicos.

Rumores sobre nuevos tamayazos

Mientras tanto, con el objetivo de poner nerviosos a los socialistas, determinados medios de comunicación próximos a la derecha política alientan los rumores de un posible tamayazo en las votaciones del Ayuntamiento de Madrid y del Parlamento castellano-manchego. El avisado lector recordará lo ocurrido en el año 2003, cuando los diputados autonómicos Eduardo Tamayo Barrena y María Teresa Sáez impidieron con su ausencia en el pleno que el líder de su partido, el socialista Rafael Simancas, fuera elegido presidente de la Comunidad de Madrid.

Un periódico de la capital publicó ayer que un sector de los socialistas madrileños reclama que los ediles de Antonio Miguel Carmona hagan público su voto de investidura ante el miedo a una abstención fatal. Por su parte, un diario digital de Castilla-La Mancha desveló el inicio de una ronda de contactos individuales del PP con los diputados de la oposición, buscando una ausencia que provoque que Cospedal vuelva a revalidar su mandato. Ambas informaciones fueron rotundamente desmentidas.

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