El PP ha cerrado ya la reedición de los acuerdos con el Partido Aragonés (PAR), Foro Asturias de Ciudadanos (FAC) y Unión del Pueblo Navarro (UPN) para volver a presentarse junto a ellos en las elecciones generales del 26 de junio. Así lo ha anunciado este lunes el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, felicitándose por unos pactos que en diciembre permitieron a su partido aguantar el tipo en esas regiones, donde el retroceso electoral fue sensiblemente más contenido que en el resto de España.

Así, Mariano Rajoy cedió dos escaños en Aragón (pasando de ocho a seis) y obtuvo los mismos que en 2011 en Asturias (tres) y Navarra (dos), para el total de 123 que sumaron sus listas. Esos once diputados fueron determinantes en términos cuantitativos para poner tierra de por medio con los rivales, pero también cualitativamente puesto que el último escaño en las circunscripciones de Zaragoza, Teruel y Asturias se lo llevaron los populares por un escaso margen y a costa de Podemos o IU.

Si el bloque de centro derecha (PP-Ciudadanos) sumó dos puestos más que el de centro izquierda (PSOE-Podemos-confluencias-IU) en el Congreso (163-161) fue en parte gracias a esos resultados. Ahora, la alianza de Pablo Iglesias con Alberto Garzón podría perjudicarles gravemente, motivo por el cual se le hacía a Génova muy importante volver a entenderse con los regionalistas.

Rajoy sacó en Asturias y Navarra los mismos escaños que en 2011 gracias a sus pactos con los regionalistas

En virtud de ese acuerdo, los dos diputados de UPN y el de Foro pasaron tras el 20 de diciembre a formar parte del Grupo Mixto, cultivando así la autonomía de sus proyectos. No obstante, el compromiso es mantener la misma línea política en las Cortes y apoyar la investidura del candidato del PP a la presidencia del Gobierno. Así lo han hecho ambos partidos estos meses, rechazando a Pedro Sánchez y defendiendo ante el Rey en las rondas de consultas su respaldo a Rajoy.

En el caso del PAR, cualquier parlamentario electo debe encuadrarse dentro del Grupo Popular, tanto en el Congreso como en el Senado. Esta formación regionalista, que de 2011 a 2015 gobernó Aragón junto al PP pero que en otras ocasiones lo hizo junto a los socialistas, contribuyó a que el voto de centro derecha se agrupara en torno a la candidatura conjunta, que se llevó tres escaños en Zaragoza, dos en Teruel y uno en Huesca. Si en junio se repitieran los resultados y Podemos e IU concurrieran juntos, los populares perderían en favor de esta candidatura sendas actas zaragozana y turolense. Por ello, se les hacía imprescindible renovar la alianza y confiar en una mayor movilización de su electorado a la par que mengua el de la izquierda, circunstancia clave para aspirar a esos seis escaños aragoneses de diciembre. Recuperar los ocho de 2011 es sencillamente utópico.

Casado adelanta el mensaje clave de su partido en campaña: «Si no quieres que gobierne Podemos, vota al PP»

En Navarra, UPN-PP volvió a obtener dos diputados, como cuatro años antes, pese dejarse más de nueve puntos de respaldo electoral. Aquí el peligro de perder diputados es menor porque el último de los cinco escaños en juego se lo llevó Podemos, siendo EH Bildu el partido que más cerca se quedó él. Rajoy se desplazará este martes a Pamplona para escenificar el entendimiento con los regionalistas navarros, con quienes el PP estuvo hermanado durante 20 años hasta que rompió en el segundo mandato de Zapatero. Entonces, UPN permitió al PSOE salvar los presupuestos de 2009 con su abstención y los populares decidieron desligarse abrir su propia estructura en la comunidad foral.

Asturias, por último, acogió el año pasado la reconciliación de Foro con el PP, después de que Francisco Álvarez Cascos liderara en 2011 una escisión por negarle Génova la candidatura a la Presidencia del Principado. Gracias al pacto, los populares repitieron el 20-D el resultado de las generales anteriores (tres actas), cuando Cascos les hizo un enorme daño al conseguir el 14,7% de los votos. En esta circunscripción, que otorga ocho puestos al Congreso, se quedó IU a menos de 10.000 papeletas del escaño, que hubiera obtenido a cosa de PP-FAC. Si ahora se alía con Podemos tendrá más fácil conseguirlo y estaría prácticamente hecho si las fuerzas conservadoras no se hubieran entendido.

Así las cosas, Casado ha sido muy claro al señalar que la campaña del PP estará dirigida a alertar de los riesgos de que España acabe teniendo un Gobierno participado por Iglesias. «Si no quieres que gobierne Podemos, vota al Partido Popular», es la idea que según Génova estructurará esa línea discursiva. El propio Rajoy la ha lanzado este lunes con la difusión de un vídeo donde avisa de que un proyecto «extremista se asoma como un disolvente de todo lo bueno que tenemos». Para hacerle frente, se erige en alternativa bajo una campaña que recupera el eslogan de diciembre –España en serio– con el añadido de un Ahora más que nunca.
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