• El partido de Iglesias no abandonará el diálogo con Sánchez aunque éste cierre un acuerdo con Rivera y deja en el aire el sentido de su voto en la investidura.
• Los partidos de izquierda pactan un índice de temas a negociar que relega la conformación del Gobierno para el final.
• Los socialistas celebran la rectificación de Podemos y anuncian «acuerdos» para «los próximos días» tras una cumbre secreta Sánchez-Rivera.
• La mesa a cuatro impulsada por Garzón logra los primeros entendimientos en política económica y social. IU ve «mimbres» para un pacto global.

Podemos ya no descarta despejar el camino a un pacto PSOE-Ciudadanos que haga presidente a Pedro Sánchez. El partido de Pablo Iglesias sigue defendiendo un Gobierno de coalición de izquierdas y entiende que su programa es incompatible con el naranja, pero se ha olvidado de los vetos. Deja hacer a los socialistas en sus negociaciones a dos bandas, aceptaría con gusto la abstención de Albert Rivera al pacto de izquierdas y ha aparcado la contundencia con que antes despachaba hipotéticos entendimientos PSOE-C’s, que consideraba acordar con el PP «en diferido». Ahora se limita a asegurar que el sentido de su voto en la investidura lo decidirá el devenir del «carril» abierto este lunes en la izquierda.

Iglesias ha rectificado sus vetos y permite que Sánchez negocie a la vez con él y con Rivera

Y es que el PSOE ha doblado el brazo a Podemos. Los socialistas han logrado que el partido morado se siente a negociar, pacte un índice de prioridades y se comprometa a no abandonar las conversaciones «hasta el final» pese a que las tres exigencias que en algún momento enunció Iglesias no se han cumplido. El partido de Sánchez sigue negociando con Ciudadanos, la reunión entre líderes que para Podemos era vital no se ha producido y la composición del futuro Gobierno no será debatida hasta que se cierren acuerdos programáticos.

La formación de los círculos se ha metido de lleno en un diálogo que le puede abocar a un callejón de salida aparentemente indeseada. La mesa izquierdista impulsada por Alberto Garzón (PSOE-Podemos-Compromís-IU) se reunió el lunes por espacio de cinco horas y seguirá hablando este martes a partir de las 18h. De la primera cita salió el índice de prioridades para la legislatura, un programa que relega la conformación del Gobierno para el final y que desarma la estrategia de Iglesias.

Sobre esa base, es posible que la izquierda pacte una agenda de medidas concretas, variadas y ambiciosas, ante las cuales el socialismo lance el órdago final: el Ejecutivo encargado de desarrollarlas no puede contar con la presencia de Podemos. ¿Qué haría Iglesias en ese caso? ¿Apretar en la investidura el mismo botón que el PP solo porque se le han cerrado las puertas del poder? La decisión sería muy difícil de vender, pero la puerta para que se vea atrapado en esa tesitura ha quedado abierta de par en par. El complejo plan Sánchez avanza por el buen hacer de su equipo negociador, que se desdobla para lograr avances contrarreloj.

Muy cerca de Rivera

El acuerdo con Albert Rivera aparece ya despejado en casi todos los frentes, a excepción de flecos fiscales y de lo que C’s llama el «pinchazo de la burbuja política» -cierre del Senado y de las Diputaciones y fusión de servicios municipales-. Esos temas pendientes podrían quedar solventados a lo largo del martes. Antonio Hernando, portavoz parlamentario del PSOE, asegura que «en los próximos días» se anunciarán acuerdos entre su partido y «muchas fuerzas políticas», ensalzando los entendimientos con C’s, PNV, IU, CC y Compromís. Con Podemos no los ha habido «porque hasta hoy no se han querido sentar».

Antonio Hernando (PSOE): «Bienvenida sea la rectificación de Podemos»

«Bienvenida sea la rectificación de Podemos», presumió Hernando, sin perder la oportunidad de capitalizar el envainamiento de Iglesias. «Ahora han cambiado de actitud», «reconocen que no estaban en lo más acertado», «no todas las organizaciones hemos sido igual de coherentes e igual de sinceras». Además, detalló la temática a abordar en próximos encuentros, que se divide en cinco bloques: economía y empleo, política social, regeneración democrática, territorialidad y reforma de la Constitución. La propuso el PSOE y la aceptaron «todos», zanjó.

Íñigo Errejón, portavoz morado, añadió un sexto punto: el de las «garantías» de que los acuerdos firmados se cumplirán. Ahí es donde se hablaría del Ejecutivo de coalición que no es prioridad ni para IU ni para Compromís ni por supuesto para el PSOE, que quiere llegar a ese momento -«no nos cerramos a ningún tipo de Gobierno»- con un programa pactado que comprometa a Iglesias. Contando siempre con la línea roja marcada por Ciudadanos, que ya ha dicho que se opondría a un Ejecutivo en el que entrara Iglesias. También Coalición Canaria ha puesto tal condición. Y Susana Díaz fue elocuente en el último Comité Federal: «[un gabinete de coalición] no lo veo».

La cuadratura del círculo que persiguen los socialistas es que los 208 diputados que no pertenecen al PP ni al secesionismo se abstengan o voten a favor de Sánchez y de un Gobierno monocolor o con gran presencia de independientes. Esos 208 parlamentarios tienen, según el PSOE, «muchos más puntos en común de lo que podrían aparentar».

Reunión Serrano-Villegas

La cosa parece a punto con C’s, aunque ya lleva varios días siendo así. Los escollos finales no acaban de superarse en gran parte porque el PSOE necesitaba primero entablar el diálogo con Podemos. Ayer, mientras se formaba esa macromesa de 22 negociadores izquierdistas, José Enrique Serrano (PSOE) debatía con los naranjas José Manuel Villegas, Luis Garicano y Toni Roldán. A las 18h, Pedro Sánchez se entrevistaba en una reunión no anunciada con Albert Rivera «por espacio de una hora», según el equipo de este último. Ni lo uno ni lo otro importó a Podemos.

Sánchez y Rivera se reúnen en el Congreso durante una hora en una cita no anunciada

¿Y si el camino que toma el PSOE es el de buscar el sí de C’s y la abstención morada? Errejón ya no descarta abiertamente esta posibilidad y se limita a explicar que el sentido de su voto dependerá de cómo vaya «el carril» que se ha abierto en esa mesa a cuatro: «Está bien que se llegue a otros acuerdos pero la posibilidad de que haya un acuerdo de gobierno está en esta mesa, en este carril». Para su partido sigue siendo vital entrar en el Gabinete, pero habría que ver si no renuncian también a esa exigencia cuando se haya avanzado en amplios aspectos programáticos, como pretende Sánchez. Más claro fue Xavier Domènech, líder de la confluencia catalana, para quien el referéndum -inaceptable por el PSOE- es fundamental.

IU, por su parte, ve «mimbres, cimientos» para que cuaje el pacto de izquierdas. «Estamos más cerca que hace dos días, cuando dos de los actores principales no se hablaban», se felicitó Garzón, insistiendo en que la temática de la cita versó «única y exclusivamente sobre programa». Entre lo debatido, Errejón fue el más concreto al citar la flexibilización de los objetivos de déficit, la derogación del artículo 135 de la Constitución y de las dos últimas reformas laborales -la de Rajoy y la de Zapatero-, una reforma fiscal progresiva o rectificar la ley de estabilidad presupuestaria. De todo ello se seguirá hablando este martes. Antes de la reunión a cuatro habrá una cumbre bilateral PSOE-Podemos (16.30h).

La gran pregunta es hasta cuándo podrá el PSOE mantener sus negociaciones desdobladas o si realmente podrá pactar por separado una agenda que contente tanto a Ciudadanos como a IU, Compromís y Podemos. Joan Baldoví, portavoz de Compromís, sintetizó la complejidad de la operación parafraseando a Antonio Machín: «cómo se pueden querer, dos mujeres a la vez, y no estar loco».

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