La portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid, Mónica García Gómez, se despachó a gusto en la sesión en la que se debatió la situación del hospital de Collado Villalba y en la que los grupos en la oposición sacaron adelante una proposición no de ley en la que exigían devolver dicho centro al Servicio Madrileño de Salud (Sermas).

“En el caso de este hospital, una vez más, la planificación no se basó ni en las necesidades de la población, ni en el uso eficiente de los recursos, ni en nada que se parezca a una buena gestión; la planificación se basó exclusivamente en ver cómo se repartía el pastel de la sanidad”, lamentó García Gómez, médico anestesista y master en dirección médica y gestión clínica.

A partir de ahí, tal y como se desprende del diario de sesiones, los tiros fueron claramente dirigidos contra Quirón Salud, el coloso de la sanidad privada dirigido por Víctor Madera: “En ese reparto nos encontramos que la salud de casi un millón de madrileños se adjudicó a una empresa, una empresa con ánimo de lucro que primero se llamó Capio, luego se llamó IDC Salud, ahora se llama Quirón Salud, que a su vez depende de un fondo buitre al que si le seguías la pista terminabas en las Islas Caimán. ¡Hombre, me parece un buen sitio para planificar la sanidad madrileña! ¡Las islas Caimán!”, espetó.

Asimismo la diputada criticó que no se trate de un caso aislado. “También tenemos un hospital como el Juan Carlos I de Móstoles, que pertenece al mismo grupo empresarial, el mismo que depende de los fondos buitre, que está construido a cuatro kilómetros de un hospital público de Móstoles y a nueve kilómetros del de Fuenlabrada. Díganme ustedes qué necesidad había de construir tres hospitales en un radio de 10 kilómetros. Con esos datos, cualquier malpensado podría llegar a la conclusión de que se está dando un trato de favor a esta empresa privada en detrimento, obviamente, de la pública, y que hay muchos millones de dinero público invertidos en este ‘monopoly’ sanitario”, denunció.

Asimismo, puso foco en el derroche. “Después de adjudicar este hospital a este socio de un fondo buitre, adjudicación que se hizo con este oscurantismo disfrazado de concurso público con el que se han venido haciendo los contratos, que ya denunció la Comisión Nacional de la Competencia en 2013, se tuvo que recalificar una parcela protegida”. Dicha recalificación se hizo por acuerdo del Consejo de Gobierno del 25 de marzo de 2010, que declaró “la urgencia y la excepcionalidad del interés público de la construcción del hospital de Collado-Villalba”.

“No había planificación, no había informe técnico, no había ningún dato que sugiriera que ahí se necesitaba un hospital, pero era urgente y excepcional hacer ese hospital. Pero aquí no queda la cosa, era tan urgente y excepcional que el hospital estuvo cerrado dos años, dos años que nos costaron a los madrileños (…) casi 25 millones de euros (…) Si estos 25 millones de euros se hubieran invertido en salud, que es para lo que está un sistema sanitario, por ejemplo, en el problema reciente que tenemos de la hepatitis C, podríamos tener a 1.100 pacientes de la Comunidad infectados por hepatitis C hoy en día curados. Esta es la diferencia entre hacer política sanitaria pensando en los pacientes o pensando en el lucro”.

La diputada lamentó la falta absoluta de datos sobre el modelo sanitario. “Queremos conocer los índices de mortalidad, las tasas de reingreso, los índices de mortalidad evitable, de infecciones, la formación del personal… en fin, esos datos que desprende un hospital. Esos datos que no los tienen ni los tendrán nunca, porque no los buscan, y no sólo en este hospital, sino que en el resto de la red de esta empresa adjudicataria no están publicados, como sí lo están los del resto de los hospitales”.

Para García Gómez, el hecho de que dichos datos no estén evaluados y no se esté persiguiendo ni poniendo el foco en qué está pasando dentro de estos hospitales “responde sencillamente a que no es un objetivo de ustedes (…), les es completamente secundario que estos pacientes tengan una buena asistencia sanitaria”.

Lo más llamativo es que, pese a que todos los grupos de la oposición han presentado todo tipo de información acerca de los daños de Collado Villalba al resto de hospitales de la región, en el PP se mantiene la doctrina de no abandonar ni por un momento el apoyo irreductible a Víctor Madera y Quirón Salud.

¿Propuesta poco seria?

El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Jesús Sánchez Martos, ha reafirmado su vocación de no atender la propuesta de grupos que, juntos, tienen mayoría en la asamblea, y dejar tal y como está el sistema de gestión del Hospital de Collado Villalba. Y lo hizo descalificando a la oposición: “Esa propuesta no es oportuna. No es seria, no tiene datos, no se sustenta en ningún rigor”, ha señalado.

Y eso que Jesús Sánchez Martos, a diferencia de los portavoces de Sanidad de PSOE, Ciudadanos y Podemos, no tiene experiencia ni formación específica en gestión sanitaria. Es doctor y enfermero, aunque principalmente se le conoce por haber tenido un programa diario en Telemadrid, la cadena pública que, durante años, ha visto desplomarse sus audiencias a medida que se iba convirtiendo en poco más que un órgano de prensa de Esperanza Aguirre e Ignacio González.

Obligado por su acuerdo con Ciudadanos, Sánchez Martos se comprometía esta semana con los sindicatos a derogar, en la Ley de Medidas Fiscales y Administrativas de acompañamiento de los presupuestos 2016 el artículo que declaraba la extinción de 26 categorías profesionales del Servicio Madrileño de Salud y permitía la privatización de servicios no sanitarios.

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