La voz de alarma por los efectos perversos que la sequía está provocando el espacio protegido de Doñana no es nueva en absoluto, los conservacionistas llevan denunciando actuaciones contra la protección del denominado ‘pulmón verde de Europa’ desde hace décadas, pero las distintas administraciones, por acción u omisión, han colaborado de forma decidida a que se haya llegado a una situación límite en esta zona protegida especialmente vulnerable. El punto de inflexión lo ha provocado hace unos días la denuncia de los expertos de la Estación Biológica de Doñana (EBD) al secarse la laguna de Santa Olalla, la permanente más grande del Parque Nacional y la última que ha mantenido agua hasta el pasado agosto. Las causas parecen claras: la sobreexplotación de los acuíferos y la sequía, al tiempo que este verano se han llenado numerosas piscinas de la playa de Matalascañas, perteneciente al municipio de Almonte, donde su población habitual de 2.000 habitantes pasa a tener picos de 300.000 residentes estacionales durante los meses de verano.
La organización WWF coincide con los expertos de la Estación Biológica de Doñana en que el principal causante del mal estado del acuífero que se ha secado es la extracción de agua para suministro domésticoy elriego de jardines o piscinas en Matalascañas, situada a escasos cuatro kilómetros de Santa Olalla. Pero la grave situación que atraviesa esta laguna fundamental para el paso de las aves por Doñana no es nueva en absoluto, ya que un informe encargado en 1988 por WWF internacional (conocido como el Informe Hollis) para conocer el estado de las aguas del Parque Nacional advertía de la posibilidad de que el nivel freático en la zona de las lagunas descendiera hasta hacerlas desaparecer si continuaban las extracciones para Matalascañas, como ha ocurrido en estas casi cuatro últimas décadas, denuncian en esta organización.
Este mismo año, sólo el el 5% de la marisma se ha inundado, mientras la sobreexplotación del acuífero no ha parado un instante. WWF denuncia que la sobreexplotación tanto del acuífero como de las aguas superficiales por la agricultura intensiva e industrial está afectando a zonas tan importantes como Entremuros o el Caño del Guadiamar. Esta situación límite se ha dejado sentir notablemente durante todo el año en las especies del Parque Nacional. Sin ir más lejos, durante la invernada se ha pasado de 470.000 aves acuáticas censadas el año pasado por la Estación Biológica a sólo 87.500 este 2022, lo que supone un espectacular descenso del 81%. También en los anfibios se notan los efectos directos de la mano del hombre, ya que se ha registrado un 20% menos ejemplares respecto al año pasado en los muestreos realizados este invierno. Desde WWF se apunta directamente a un posible culpable: “Son datos alarmantes que no puede pasar por alto la Junta de Andalucía, competente en la gestión de esta área protegida”.
Las aves acuáticas censadas este año por la Estación Biológica de Doñana han descendido un 81% respecto a las más de 470.000 registradas en 2021
Mientras tanto, el Gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla sigue a lo suyo y ahora propala insistentemente su afán por implantar esta legislatura de mayoría absoluta del PP la denominada “economía azul” para lo que cree necesario “explotar la economía del mar bajo un prisma sostenible y respetuoso”, al tiempo que mantiene en firme su proyecto de legalizar más de 1.400 hectáreas de regadíos ilegales en el entorno de Doñana bajo el argumento de que se encuentran “a 30 kilómetros del Parque”. Y todo ello pese a que el resto de instituciones, incluso la UE, hayan dictaminado claramente en contra de este proyecto que sigue su vía legislativa en el Parlamento de Andalucía.
La organización conservacionista WWF exige a Junta, Gobierno central y Ayuntamiento de Almonte que “reaccionen” ante la situación límite de Doñana y adopten “medidas urgentes” para proteger sus lagunas. Al Miteco le reclaman la implantación “urgente” de un plan de recuperación integral, el ‘Plan Doñana 2030’, con base científica e “implicación” de todas las administraciones con competencias y de la sociedad civil para “salvar las marismas, las lagunas peridunares y demás ecosistemas y especies ligados al agua”, según el secretario general de WWF, Juan Carlos del Olmo. “Es inadmisible que mientras se llenan cientos de piscinas con agua del acuífero en Matalascañas, el Parque Nacional de Doñana se haya secado del todo”, apunta, al tiempo que denuncia la “inaceptable inacción” de las administraciones para proteger “uno de los humedales más importantes de Europa”. “Máxime, cuando España ha sido condenada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea precisamente por este motivo y debe cumplir con la sentencia con carácter inmediato”, concluyó.
Planta desalinizadora en Matalascañas
El Ayuntamiento de Almonte, por su parte, ha comenzado a tomar medidas sobre el mensaje de socorro lanzado por los ecologistas y ha implementado iniciativas municipales para intentar paliar este daño al espacio protegido de Doñana. Entre ellas, destacan las restricciones de riego en el mantenimiento de jardines públicos. También contempla que una empresa especializada en desalinización instale una planta en Matalascañas. Además, el consistorio almonteño ha impulsado un proyecto de reutilización de agua de la depuradora y ha mantenido reuniones con los agricultores para que implementen nuevas técnicas de regadío a demanda.
Fuente: Diario16