Afortunadamente, la mayor parte de la población no tiene que tener, a lo largo de su vida, mucho contacto con el mundo judicial y de la abogacía. Sin embargo, esto no elimina la posibilidad de que cualquier persona pueda enfrentarse a un procedimiento judicial por cualquier motivo.

Esto hace que conocer el mundo de la abogacía sea importante. «No es lo mismo contratar a un abogado especialista en civil que a un letrado que trabaja en casos penales», explican desde Esteban Abogados Penalistas, uno de los despachos con mayor experiencia en los segundos escenarios.

Y es que la especialización de los abogados es esencial para tener posibilidades a la hora de enfrentarse al proceso: «Conocer el campo de trabajo, las leyes que rigen el tema juzgado y todos los precedentes del mismo puede ser la clave para lograr una sentencia favorable», amplían desde el bufete. Esto es algo esencial a la hora de buscar un letrado: preguntar por su especialización, qué experiencia tiene y en qué temas se mueve mejor.

En el caso, sobre todo de las causas penales, contar con la experiencia de un despacho especializado es esencial: son casos en los que la persona acusada se juega una pena de prisión y, por ello, todos los esfuerzos son pocos para inclinar la balanza a favor.

¿Qué diferencia a los abogados penalistas?

Aunque cada profesional es distinto, lo cierto es que los abogados penalistas responden a un perfil muy concreto de letrados. Un especialista en casos de robos, homicidios o lesiones tiene que estar preparado para asumir escenarios duros y ser resolutivo en cada momento.

Por ello, la actitud proactiva es una de las características más destacadas de los abogados penalistas. Este tipo de letrados no se amedrentan ante las dificultades y tienen una alta capacidad analítica e imaginativa para generar posicionamientos y discursos que convenzan al tribunal o a los jueves.

Además de ello, son especialistas en el pensamiento rápido: es en los juicios penales donde en más ocasiones suelen darse «giros de guion»; y hay que estar preparado para ello. La aparición de una prueba o un testimonio de última hora pueden suponer el giro total en la decisión judicial. El abogado penalista debe tener las herramientas necesarias para reaccionar rápido ante todo ello y crear estrategias nuevas sobre la marcha, en la propia sala del juicio.

El último detalle importante: muchas de las causas penales que llevará un abogado de este campo tienen que ver con delitos de sangre. Esto significa que son casos graves donde hay culpables y víctimas. El abogado debe, pese a ello, mantener su firme compromiso de buscar el mejor escenario para su cliente.

Esto exige que el abogado sepa mantener un perfecto equilibrio entre la distancia hacia el caso —para mantener la mente fría y la capacidad analítica—, pero a la vez mantenga una relación de empatía con sus clientes, para conocer y comprender su situación.

Estas son las principales características que diferencian al abogado penalista de otro tipo de profesionales que trabajan en el ámbito judicial.

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