Hubo un tiempo en que la construcción era el motor de España, un país en el que a principios del nuevo milenio no se ponía el sol en ningún solar porque en todos había alguna obra en marcha. Cómo habrán cambiado las cosas para que dos otrora gigantes, OHL y Sacyr, hayan salido del Ibex 35, el club de las mayores empresas del parqué madrileño.

El comité de Bolsas y Mercados de España (BME), la empresa que gestiona la actividad bursátil española, ha expulsado a estas dos multinacionales del Ibex como parte de su trabajo ordinario, que consiste en elegir cada 6 meses a los valores más fuertes para incluirlos en el selectivo. Para permanecer en el Ibex hay que contar con una capitalización que suponga al menos un 0,30% de la capitalización total del selectivo, una condición que no cumplían ni OHL ni Sacyr.

La decisión de BME ha sido sintomática de los tiempos que corren: salen dos constructoras y entran una empresa de telecomunicaciones, Cellnex, y una que fabrica tripas artificiales para los embutidos, Viscofan. El fin de ciclo, como le dicen al Barça cada vez que tropieza, ya se había producido hace tiempo en la construcción, pero el sector resistió con cierta dignidad durante los años de la crisis gracias al aumento de su actividad en el exterior y a su reconversión hacia otras actividades, como la concesión de servicios.

Estas dos alternativas no han sido suficientes, ya que la cotización en bolsa de OHL y Sacyr se ha comportado de manera muy negativa desde el final del ‘boom’ de la construcción.

«Son dos empresas que están muy endeudadas. Eso hace que no sean las compañías idóneas para tener en cartera en el momento actual. El mercado busca más seguridad, menos deuda y más benficios», resume en declaraciones a SABEMOS el responsable de Análisis Técnico de BNP Paribas Personal Investors, Óscar Germade.

En su opinión, la crisis del ladrillo ha sido demasiado larga como para que las empresas se recuperen, dado que los visados para la construcción de nuevas viviendas han descendido de manera sistemática desde el año 2008, cuando estalló la burbuja inmobiliaria.

«El problema es el tiempo. Si una empresa está muy endeudada y su negocio se reflota en uno o dos años, el problema de endeudamiento pasa a ser un mal menor. Pero este caso es el contrario: llevamos diez años así», añade Germade. No obstante, a los excesos en el pasivo se les suman otros factores coyunturales y también la propia volatilidad de las dos empresas en bolsa, según este analista. Además, cada uno tiene sus líos domésticos.

Los resultados de Sacyr se ven lastrados por su participación del 8,7% en Repsol, que aunque ha mejorado en las últimas semanas todavía tiene una valoración muy por debajo del monto que tuvo que pagar en su entrada, ya que Sacyr desembolsó 2.855 millones de euros por un 9,23% de la petrolera y ahora su parte vale 1.300 millones. Por otro lado, si se produjese una nueva caída en los precios del petróleo habría complicaciones en Repsol, lo que podría generar «un problema gordo» en Sacyr, explica Germade.

Mientras, OHL acumula un descenso sostenido de su valoración en bolsa desde que se publicaran algunos indicios de corrupción de su filial en México.

Todos estos ingredientes hacen pensar a Germade en una ausencia larga del Ibex 35 para estas dos empresas: «No creo que vaya a ser cuestión de un año», indica. Son casos distintos, matiza, porque OHL tiene casi el doble de capitalización bursátil que Sacyr (1.400 frente a 900 millones). A Sacyr «no la vamos a volver a ver en un tiempo razonablemente alto» de nuevo el Ibex, según este analista.

Villar Mir mueve ficha

El Grupo Villar Mir, accionista con el control de OHL, anunció que va a desprenderse de un 5% de la inmobiliaria Colonial tras conocerse la última recomposición del Ibex. De esta forma el presidente de la constructora, Juan Miguel Villar Mir, perderá la condición de máximo accionista en Colonial, en favor del fondo soberano de Catar.

Esta es la segunda vez que Villar Mir hace caja con sus acciones de Colonial en menos de un año. Es posible que en esta ocasión la operación tenga algo que ver con la situación de OHL.

«Si lo ves desde fuera y en perspectiva, tiene todo el sentido del mundo. Al final esa liquidez es muy probable que la utilice para reforzar su posición en OHL, pero es muy especulativo», concluye Germade.

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