El relevo generacional en OHL no acaba de estimular a la constructora española, que ha presentado un beneficio neto casi nulo en lo que va de año. La salida del veterano presidente de la empresa, Juan Miguel Villar Mir, no ha conseguido aplacar a los inversores, que empujan la acción de la compañía hacia abajo. Pero ¿tiene el nuevo equipo directivo un plan?

OHL está en caída libre, y no sólo en bolsa. Entre enero y junio de este año ha conseguido un beneficio neto de tan sólo 3 millones de euros, un 94,3% menos que en el mismo periodo de 2015. La compañía achaca este descenso a efectos cambiarios y fiscales, pero lo cierto es que su actividad no acaba de repuntar.

El grupo presidido por Juan Villar-Mir, hijo de Juan Miguel Villar Mir, consiguió mejorar sus resultados de 2015 gracias a su participación del 16% en el capital de Abertis. Sin embargo, el parche de la compañía catalana de autopistas es cada vez más pequeño.

Tal y como explica OHL en un comunicado, la empresa vendió un 7% de Abertis por 815 millones de euros, una cantidad que ha destinado a reducir su deuda, lo que va a impedir al grupo volver a hacer caja con los dividendos de la concesionaria para enjugar su balance.

Todo forma parte de un plan con el que OHL pretende recuperar la credibilidad de los inversores y frenar la sangría que se mantiene en bolsa desde el pasado otoño. Lo más urgente es reducir su endeudamiento, para lo que ya ha empezado con una hoja de ruta de desinversiones adicionales a su retroceso en el capital de Abertis.

Por otro lado, la empresa se ha embarcado en un programa de compra de acciones para alimentar su autocartera. Es el mejor momento si se tiene en cuenta que el precio de cada título está en torno a 2,80 euros frente a los 15 euros que costaba hace un año.

Tal y como ha comunicado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), OHL está dispuesta a hacerse con un 3% de sus propias acciones por un máximo de 45 millones de euros. En cualquier caso, explica en un comunicado OHL, el importe máximo al que compraría sus títulos sería a 9,88 euros por acción, el valor contable que otorga la compañía a sus propios títulos. Esto implica que la valoración que hace OHL de sus propias acciones es 3,5 veces superior a lo que dicta el mercado.

Este movimiento estaría encaminado a estimular un alza en la cotización de las acciones, ya que la intención de OHL es amortizar los títulos que va a comprar. Esto es, eliminarlos. Con esta operación, la compañía conseguiría reducir el número de acciones en circulación, así que los actuales propietarios de capital de la empresa tendrían derecho a más dividendos cuando hubiera que repartir los beneficios.

Pese al movimiento decidido por la compañía, el precio de las acciones sigue desplomándose y ha concluido la última sesión en bolsa a 2,80 euros el título, con una caída del 6,5%. El mercado pide sangre -que OHL acelere sus desinversiones- y no parará hasta que anuncie más ventas.

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