Decenas de refugiados, cuyas nacionalidades por el momento se desconocen, han muerto asfixiados cuando viajaban de forma ilegal por Austria en un camión frigorífico, según ha informado este jueves la Policía.

Según la Policía austríaca, citada por la agencia Efe, los cadáveres fueron hallados en un camión abandonado que estaba aparcado en un arcén de la autopista A4, entre el lago Neusiedl y la localidad de Parndorf, en el Estado federado de Burgenland, fronterizo con Hungría.

El director de la policía de ese estado, Hans Peter Doskozil, cifró en una rueda de prensa entre 20 y 50 el número de muertos hallados en el compartimento de carga del camión, de origen eslovaco. La policía ha lanzado una operación para dar con el conductor del vehículo, del que no se tiene ningún rastro.

Como suele ocurrir en estos casos, la ministra austríaca del Interior, Johanna Mikl-Leitner, se ha mostrado “conmocionada” y ha calificado de “criminales” a los “traficantes de personas”. La canciller alemana, Angela Merkel, también se ha mostrado “profundamente conmocionada” y ha instado a que Europa trabaje urgente y conjuntamente para afrontar este problema.

La noticia ha coincidido con la celebración en Viena de una cumbre sobre las migraciones, cuyos participantes han guardado un minuto de silencio por las víctimas y en la que países como Serbia y Macedonia han reclamado a la UE que ponga en marcha un plan de respuesta al flujo masivo de personas que entran en Europa.

Se calcula que alrededor de 107.000 migrantes entran cada mes en las fronteras de la UE a través de los Balcanes Occidentales. En total, alrededor de 340.000 personas han intentado entrar por las fronteras externas europeas en lo que va de año, según la agencia fronteriza de la UE, Frontex, una cifra muy superior a los 123.500 migrantes registrados en el mismo periodo en 2014.

Más de 2.300 personas se han ahogado este año en el Mediterráneo en su intento por trasladarse a Europa desde el norte de África. En este contexto, los traficantes de personas de Libia se han beneficiado en buena parte del propio endurecimiento de las fronteras en Europa, ya que les hace más necesarios para las personas que desean huir, tal como han advertido algunos expertos.

Sirios, iraquíes y afganos

El problema se ha agravado dramáticamente en las últimas semanas, con la llegada masiva de sirios, iraquíes y afganos que huyen de los conflictos de sus países y buscan refugio en Europa Occidental, en especial en Alemania. Sólo este miércoles, según informa la BBC, la Policía serbia ha registrado la entrada de más de 3.000 personas en las fronteras de su país y la ONU estima una cantidad diaria similar en Macedonia en los próximos meses.

La UE ha anunciado el desbloqueo de 1,5 millones de euros para ayudar a Macedonia y Serbia a afrontar la situación, pero el ministro serbio de Exteriores, Ivica Dacic, ha advertido de que el dinero no va a solucionar por sí mismo la crisis y se ha limitado a reclamar un reforzamiento de los controles a fin de impedir la entrada de inmigrantes en los dos países.

La respuesta es similar a la de otros países implicados. Es el caso del gobierno ultraderechista de Hungría (el país en el que estaba matriculado el camión), que ha afrontado la llegada masiva de personas (más de 110.000 refugiados en lo que va de año, el 90 por ciento, al parecer, procedentes de Siria) con el reforzamiento de la frontera y el despliegue de policías con helicópteros y perros.

La UE se ha lavado las manos con el argumento de que, en palabras del comisario de Inmigración, Dimitris Avramopoulus (citado por el diario El País), “la gestión de las fronteras exteriores de los países miembro es competencia de cada Estado”.  La gran mayoría de los refugiados que llegan a Hungría permanecen poco tiempo en el país y se dirigen posteriormente a países más ricos de la UE, en especial Austria o Alemania.

 

 

Ruta seguida por los refugiados en dirección a Alemania

 

Alemania ha estimado en al menos 800.000 el número de personas que habrán solicitado asilo político en este país cuando concluya el año, un número muy superior al de cualquier otro país de la UE. Bruselas ha intentado convencer a los Estados miembros para que acepten una cuota minima de 40.000 refugiados sirios y eritreos en los dos próximos meses, pero la propuesta ha sido abiertamente rechazada por algunos países (España de forma destacada, al igual que Hungría, por ejemplo) y el pasado mes de julio sólo se consiguió una cuota de 32.500 refugiados de forma voluntaria, a pesar de las advertencias del ministro alemán de Exteriores, Walter Steinmeier.

Su homólogo austríaco, Sebastian Kurz, ha pedido que los Estados asuman la mayor parte de los inmigrantes que se dirigen a la Unión a través de los Balcanes Occidentales y ha advertido de que “la idea global de una Unión Europea sin fronteras está en peligro” si no se garantiza una política fronteriza exterior adecuada.

 

Imagen | BBC

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